XXI

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CAMILA C.


- Camila, ¿estás bien?

Esa es una pregunta estúpida. Por supuesto que no estoy bien. Ella estaba en el gimnasio al igual que lo estaba yo. Vio lo que me pasó. ¿Cómo puede alguien estar bien después de algo así?

—Quiero... ir... a... casa —respondo, mi voz temblando después de cada palabra.

La señorita Taylor me sacó del gimnasio tan rápido como pudo y nos llevó directo al baño de chicas, incluso cuando era el último lugar en el que quería estar. No tenía la energía para detenerla, así que la seguí. Ahora estoy atrapada en el cubículo sola, tratando de calmarme y ella está al otro lado preocupándose por mí.

—Tan pronto como estés lista, te llevaré a casa cariño. No te preocupes por eso.

Sus palabras no dan mucho consuelo. Decirme que no me preocupe es inútil. Eso es lo que estoy haciendo ahora. Me estoy preocupando de calmarme, así no arruino mi vestido, preocupándome por Lauren y lo que le pasará por lo que le hizo a Dillon. Estoy preocupada acerca de cómo luzco en frente de esta profesora que parecía preocuparse por mí. 

Simplemente estoy preocupada por todo.

—¿Puedes llamar a mi mamá? —pregunto, mi voz incluso salió más como un susurro de lo que esperaba.

—Haré eso tan pronto como estés lista.

Saco el seguro de la puerta y salgo, aún temblorosa en mis pies, pero con la capacidad de caminar si eso significa que saldré de aquí más rápido.

—Estoy lista, ¿podríamos por favor irnos ahora?

—Por supuesto.

Camina por delante de mí y abre la puerta, dejándome salir primero, sosteniéndome por los brazos y guiándome hacia el frente de la escuela. Contengo la respiración y cierro mis ojos mientras me guía, solo soltándolo cuando estamos fuera y a salvo.

Sé que tiene buenas intenciones, haciendo esto por mí, pero espero que se dé cuenta que después de que me deje en casa esta tarde, no me verá de nuevo. En el minuto que mi madre escuche lo que pasó, me mantendrá en casa y esta vez, la voy a dejar. Quería hacer las cosas bien por ella, dejándola finalmente volver al trabajo en cambio de tener que quedarse en casa conmigo y ver a dónde nos llevaba. Después de esta noche, no estoy segura si estaré bien de nuevo.

Aún en la calidez del auto de la señorita Taylor, cierro mis ojos y las voces que han estado dando vuelta en mi cabeza, las aparto. Necesito tranquilidad ahora. No puedo seguir repitiendo en mi cabeza el espectáculo de rabia de Lauren. No estoy solo escuchando las palabras previas, sino también escuchando todo lo que la llevó a eso.

Amy me dijo la verdad y Lauren lo probó.

Su deseo de que fuese la reina del baile se hizo realidad, lo que significa que sabía del montaje que estaban haciendo. Probablemente ella lo planeó. A pesar de la manera enojada en que se comportó con Dillon, quien también es culpable de esto, fue su voz la que dijo esas cosas con odio.

Fui un juego para ella.

¿Sabía que Lauren dijo cosas malas de mí? Sí, pero las cosas en la grabación esta noche, no fueron definitivamente lo que pensaba que ella podía decir. Lo había hecho, sin embargo, y no importaba cuanto tratara de negarlo, no podría.

—¿Quieres hablar de ello?

Sacudiendo mi cabeza, la escucho suspirar y me pregunto cuanta pena siente por mí ahora. Podía ser una profesora de necesidades especiales y se puede preocupar un poco más que los otros, pero estoy bastante segura que ahora lo que siente es pena y tristeza.

COUNT ON MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora