XXIV

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LAUREN J.


Hay una cosa de regresar que definitivamente no tenía muchas ganas de ver y aunque estoy en el pasillo ahora, me recuerda por qué lo temía tanto. No he oído o visto a Dillon y a los otros desde la fiesta de bienvenida. No quiero verlos, pero teniendo en cuenta la forma en que las cosas solían ser, esperaba encontrarme con al menos uno en el momento en que llegué a la escuela. Había tenido suerte hasta ahora, porque los había evitado a todos. Parece que no podré hacer eso más. Están bloqueando a Camila de entrar al baño e igual que en cualquier otro momento en que llego a estar cerca de ella, quiero correr a su lado.

Retrocediendo tan cerca como puedo contra los casilleros, me mantengo fuera de su vista pero no del todo escondida así puedo ver lo que está sucediendo. Puedo distinguir a Camila, sentir la tensión de su cuerpo desde aquí. Sé que ha estado temiendo este momento igual que yo y daría cualquier cosa para poder ir y sacarla de allí. Lamentablemente no puedo hacerlo porque si lo hago, asumirá que estoy aquí para terminar lo que ellos comenzaron, a pesar de que es lo más alejado de la verdad. Cree que soy la que tramó esa mierda en el baile y no hay manera de que pueda hacerle ver de manera diferente, por lo menos no todavía.

La forma en que Dillon está burlándose de ella me enferma. Debería haber terminado lo que empecé en el baile esa noche, incluso si al hacerlo hubiera hecho todo peor. El control sobre la escuela que él ha tenido por los últimos cuatro años tiene que terminar y si tengo que ser la persona que lo haga, entonces que así sea. Las cosas tienen que cambiar.

—No has visto a Lauren, ¿verdad?

La veo sacudir su cabeza y suspiro. Por supuesto que lo hará de esta manera. Él me va a poner ahí de inmediato, por lo que cuando acabe, no será él quien tenga la culpa, seré yo. Está haciendo a propósito todo lo posible para arruinar lo que hice esta mañana y nunca quise matarlo más.

—Sí, eso es correcto, ha estado evitándote. Con el olor saliendo de ti ahora mismo, no puedo imaginar que haya podido escapar de ti totalmente.

—D, ¿viste eso? ¡Acaba de rodarte los ojos, hombre! —grita Tim antes de reírse—. La retardada se recuperó.

—¿Es eso lo que estás haciendo, Camila? ¿Tratando de mostrarnos lo dura que eres? —pregunta Dillon, su voz es tan brutalmente dulce que puedo sentir un dolor de muelas aumentando en mí.

—Tal vez tengo que llevarla al baño y demostrarle lo dura que realmente es —se une Amy y toma todo de mí no moverme hacia adelante. No hay manera en el infierno de que vaya a dejar que le hagan eso de nuevo.

—Estoy pensando que puede ser que tengas que hacerlo.

—Escucha retardada —corta Charlotte—. Cualquiera que sea la pequeña tonta idea que tengas en tu cabeza acerca de Lauren y tú, olvídate de ella. Ella está de vuelta ahora y no quiere tener nada que ver con tu lamentable trasero. El juego comenzó. Está conmigo ahora.

A pesar de querer dejarla manejar esto, oí más que suficiente. Antes de que pueda salir de mi lugar, soy tirada hacia atrás y una mano viene a mi boca. Es un intento débil de mantenerme en silencio, lo que significa que solo puede ser una persona.

Eric.

—Sé que quieres detenerlo, pero si lo haces, la alejarás más —susurra y no puedo evitar estar de acuerdo con él. Con todo lo que he estado haciendo hoy en un esfuerzo para suavizarla, la última cosa que quiero hacer es llevar las cosas de nuevo al comienzo de nuevo.

—Entonces tú detenlo —siseo de regreso—. Ella no te odiará.

—¡Como si pudiera detener a esos tipos!

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