XIV

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LAUREN J.


- Lauren, pensé que no iba a verte hasta más tarde.

Cuando Camila se fue, no estaba del todo segura sobre qué hacer. Con todo el tiempo que he pasado con ella, sabía que no podía simplemente levantarme y encontrar a Dillon y los demás, y sinceramente, no quería hacerlo de todos modos. No me podía quedar allí bajo ese árbol, sin embargo. Cuanto más tiempo lo hacía, peor me sentía solo por lo que ese estúpido árbol significaba. Es correcto solo sentarme allí cuando está conmigo. Nunca tuvo sentido antes de empezar a pasar tiempo con ella, y si va a irse y dejarme sola; iba a volver a ser de esa manera. Nada de permanecer allí se sentía correcto sin ella. Cuando dejé a Camila y hablé con la señorita Taylor, en realidad estaba estableciendo un tiempo para venir a verla y hablar con ella sobre cosas. Mi idea de volver a empezar significaba que primero tenía que aprender todo lo que podía sobre el Autismo. Si quiero pasar tiempo con Camila, no podía hacerlo sin entender exactamente qué es lo que ella atraviesa. Una vez que entienda, tal vez pueda cambiar la forma en que la miran. ¿Quién mejor para cambiar un montón de mentes infantiles que una de las chicas más populares en la escuela? Incuso si últimamente esa posición social se está desmoronando por segundo.

Quiero conocerla, cada cosa. Mucho de eso es con lo que ella tiene que lidiar todos y cada uno de los días, tanto lo bueno como lo malo. Tengo que aprender todo lo que pueda sobre el autismo y lo que realmente significa, entonces podré seguir adelante con la promesa que me hice a mí misma ese día en mi auto.

—Cierto, pero tengo práctica después de la escuela hoy. Debería haber recordado eso antes.

—Bueno, podemos hacer esto ahora —me responde y le sonrío débilmente, agradecida de que esté dispuesta a ayudarme—. Espero que no te importe si pregunto, pero, ¿dónde está Camila?

Sé que estoy aquí para aprender acerca de ella, ¿pero realmente tengo que hablar de ella? No quiero admitir que la molesté de nuevo por lo que se siente ser como la centésima vez esta semana y ella me dejó. Si hago eso, la señorita Taylor me verá por la jodida persona que soy y no me ayudará. No puedo arriesgarme a eso. Necesito su ayuda.

—Ella quería algo de tiempo a solas. Supongo que he estado asfixiándola últimamente.

—No pienses así, querida. Nunca la he visto tan feliz antes. Creo que lo que estás haciendo es bueno para ella.

No sé qué tipo de Camila ha estado viendo, ya que con la forma en la que ha estado actuando últimamente, no parece que la estoy haciendo feliz en absoluto. De hecho, creo que podría estar haciendo lo contrario. Desde el beso, a pesar de que hacemos lo rutinario, puedo notar que las cosas están diferentes. La arruiné, de nuevo.

—No estoy segura de eso Señorita T., pero estoy esperando que tal vez hacer esto pueda ayudar.

—Bueno, ¿por qué no me dices con qué necesitas mi ayuda y veré lo que puedo hacer? —pregunta con una sonrisa.

—¿Cuánto realmente sabe sobre el autismo? —Me doy cuenta de que es una pregunta estúpida al minuto que las palabras salen, pero no puedo retirarlas. Es una maestra de necesidades especiales, por el amor de Dios, tiene que saber un infierno de ello—. Lo siento, quiero decir, ¿qué me puede decir al respecto?

—Está bien, Lauren. A veces los maestros son trasladados y muchas veces somos colocados con estudiantes que no entendemos del todo o sobre los que no hemos sido informados. Está bien que lo preguntaras de esa manera. ¿Puedo preguntar por qué quieres saber sobre el autismo?

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