XIX

801 46 5
                                    


Yo era la que fue invitada al juego, pero era obvio por la forma en la que Tristan no podía quedarse quieto que se pensaría que era él. Mi mamá tampoco está mucho mejor, tarareando y sonriendo por toda la casa, asegurándose de que tengamos todo listo para más tarde. Sé que ir al baile es algo bastante grande para ella ya que es mi primera vez y todo eso, ¿pero realmente necesita actuar como si ella fue a la que invitaron? Al menos con Tristan lo esperaba, tiene seis. En el pensamiento de mamá, estamos en la película "Viernes de Locos" y hemos intercambiado lugares.

—¿Segura que no quieres que me quede por los alrededores hasta después del juego? Vas a necesitar volver para estar lista, así que creo que debería.

Es la tercera vez que ha preguntado eso, pero esta vez, Tristan responde antes de que yo lo haga. Parece que él tampoco la quiere allí. Amo a mi mamá, lo hago y sé que ha sido un camino realmente duro para nosotros llegar a este punto, pero esto es algo que necesito hacer sola.

Es difícil de explicar, pero estoy cansada de vivir del modo que lo he estado haciendo. Por años, me ha gustado tenerla aquí conmigo cuando tenía que hacer cosas nuevas, pero eso está empezando a cambiar. Supongo que estoy creciendo, incluso aunque la mayoría de las personas lo hicieron años antes. No es que quiera hacer esto sola, porque no quiero, pero lo necesito. Ayer, viendo al doctor Stevens es cuando me di cuenta. Nunca antes había ido a una cita con el médico sola. Siempre estaba conmigo y por la forma en que luchaba tan fuerte por mí, siempre la dejé. Sin embargo, ahora tengo diecisiete. No quiero necesitar siempre a mi mamá. Tengo que pararme en mis propios pies. Finalmente tengo que darle la oportunidad de vivir la vida que ha estado posponiendo debido a mí por tanto tiempo. 

— Mila no te necesita mamá. Me tiene a mí.

Quizás Tristan solo tenga seis, pero es un viejo de seis. Así como él era el único hasta Lauren que realmente podía hacerme sonreír, también es de esa forma cuando se trata de ser protector. La primera vez que se enfrentó contra alguien por mí, fue contra nuestra mamá y desde entonces, nunca ha parado. Tiene razón. No la necesito porque lo tengo a él, incluso si debería ser al revés, yo protegiéndolo a él.

—Entonces solo los dejaré e iré a tomar un café. Pueden mandarme un mensaje cuando estén listos para regresar.

Hay tristeza en su tono, casi como si se sintiera dejada de lado. Quizás no es eso en absoluto y solo está preocupada sobre mí alejándome de su constante supervisión. Sea lo que sea, no me gusta y la última cosa que quiero oír en ella, especialmente esta noche, es tristeza. Este es un gran momento para todos nosotros, incluso si acaba de pasar la última media hora bailando por nuestra casa como una loca.

—Te mandaré un mensaje en el minuto que termine. —Le sonrió brillantemente—. Todo va a estar bien.

Esa no es exactamente la verdad, pero por ahora va a tener que serlo. Voy a la escuela a ver a Lauren jugar fútbol por primera vez. Lauren, mi novia, la única persona en el mundo además de las dos que se encuentran en esta habitación, que no dejaría que nada me pasara. Por supuesto que todo estaría bien.

Ella no lo permitiría de otra forma.

—¿Dónde conseguiste eso? —pregunta señalando el brazo del sillón donde se encuentra la chaqueta de Lauren—. ¿Te la dio cuando estuvo aquí anoche?

Antes de que pueda responder, Tristan llama su atención señalando la camiseta que está usando y no puedo evitar reírme por su entusiasmo.

—Sí, me la dio anoche. Quería que la usara hoy. Una vez que escuchó cuan emocionado estaba Tristan por ir, se aseguró de que él también tuviera algo que usar esta noche, como puedes ver.

COUNT ON MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora