XVIII

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CAMILA C.


Nunca antes me había dado cuenta, pero cuando algo grande te pasa, es sorprendente lo rápido que cambia todo. Ha pasado exactamente una semana desde que Lauren se sentó fuera de mi casa y me preguntó si quería ser su novia. Lo que significa que ha pasado una semana estando juntas y una semana en la escuela dónde todos parecen saberlo. Me advirtió que por su reputación y el pasado que tuvo con muchas chicas, que cambien no sería fácil. Por la forma en que estoy acostumbrada a ser tratada, no imagino cómo puede ser peor. Sé cuán popular es y lo que significa que esté conmigo. Tan dulce como es preocupándose por mí, estoy atenta a lo que suceda. Hay chicas que me miran mal, pero de cualquier forma, ya lo hacían antes, es lo mismo de siempre. Los insultos siguen ahí e incluso algunos nuevos se agregaron, unos que no entiendo, pero no creo que deba de hacerlo. 

Algo ocurre, y que a pesar de todas sus advertencias, no lo vi venir. Últimamente Dillon ha estado pasando más tiempo con nosotras. Lauren se mantiene tan lejos como puede de los otros, pero Dillon no deja que lo haga por completo. Es tan extraño. En los últimos dos días, se ha sentado bajo el árbol con nosotras y a pesar de que recibe miradas por eso, parece que no le importa.

Creo que después de todo, tenía razón sobre él. Extraña a Lauren y está tratando de hacer lo que sea para probárselo a su vieja amiga, aunque Lauren no confíe en él. Lo está soportando y sé por qué. Ella hace esto por mí porque piensa que es lo que quiero. No se da cuenta que quiero que esté cómoda. Si el que Dillon esté aquí no es lo que ella quiere, está bien.

Es como mi mamá me enseñó. Todos tenemos una opción. Creo que Dillon habla en serio, pero Lauren no le cree y ambas lo manejamos de manera diferente. Estoy contenta que las cosas entre nosotras no han cambiado. Cuando llegué a la escuela al día siguiente, no sabía cómo iba a actuar, pero Lauren dejó muy claro que porque estábamos juntas, no significa que las cosas tenían que ser diferentes.

Ahora sostiene mi mano mientras me acompaña a mis clases y se asegura de besar mi frente o rozar suavemente sus labios contra los míos antes de irse a la suya. Esa es la única diferencia. Me hace sentir bien saber que solo porque nuestra relación cambió, no tenemos por qué cambiar con ella. Al menos es cómo me sentí hasta que empecé a ver a las porristas decorando la escuela para el baile de bienvenida. 

Puede que no tenga ninguna experiencia siendo parte de uno, pero sé que es muy importante, al menos para las personas que asisten. Es la oportunidad para que todos se suelten y diviertan aunque lleva un montón de trabajo llegar a ese punto. Es la única vez donde la gente que normalmente camina sola por los pasillos, se convierten en parejas y hablan de vestidos, juegos de fútbol y lo que harán después de la fiesta.

Observando a las porristas vender boletos mientras pasamos por el pasillo solo me recuerda lo que viene y cuán diferentes son las cosas. ¿Va a querer que vaya con ella? y si quiere, ¿por qué aún no me ha preguntado? ¿Ir conmigo la avergonzaría mucho? ¿Es por eso que está tan callada, sin importar que a cualquier lugar al que vayamos, parecen estar mirándonos fijamente?

No voy a mencionarlo. No estoy segura si quiero saber, mucho menos cuestionarme por qué no me ha preguntado. Aunque hay una pequeña parte de mí que espera que me invite porque siempre estuve parada afuera mirando hacia adentro y esta vez, con Lauren a mi lado, no tiene que ser así.

Su horario de práctica ha aumentado porque viene el juego de bienvenida. De hecho, jamás he ido a un juego de fútbol, no entiendo la mayoría de los deportes, pero iría por ella. Además, sé que a Tristán le encantaría, pero es otra cosa que nunca ha surgido. Otra forma en la que hemos cambiado.

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