Me había quedado dormida con las caricias de mi hermana y cuando desperté eran aproximadamente las nueve de la noche.
-Puedes irte ya a casa cariño, yo me quedaré con ella.-Mi padre me hablo desde el marco de la puerta sonriente.
-No, vete tú, necesitas descansar más que yo.-Le aseguré restregándome los ojos para despejarlos.
-Está bien, volveré mañana temprano para que puedas irte a cambiar.-Se acercó para darme un dulce beso en la frente.-Gracias.-Fue lo último que dijo antes de marcharse.
Después de comprobar que el estado de mi hermana era estable y de que todo estaba bien, decidí salir a tomar un poco de aire y poder aspirar un poco de humo de tabaco. Llevaba ya dos meses sin fumar, pero todo esto me superaba y necesitaba un cigarrillo urgentemente.
-Espero que no sea nada grave.-La grave voz de un hombre tras de mi me sobresaltó.-Lo siento, no pretendía asustarla, soy Andrew.-Un hombre de unos 40 años más o menos, de cabello azabache y ojos esmeralda me tendía la mano alegremente.
-Alison.-Le correspondí el saludó y después Andrew se encendió un cigarrillo.
-¿Y bien?-Insistió.
-Mi hermana padece leucemia.
-Vaya, lo siento muchísimo.-Andrew me miró con compasión.
-¿Y usted porqué está aquí?
-Es un poco complicado, pero la madre de mi hijo está muy grave y me pidió verle una última vez.
-¿Y puedo saber cuántos añitos tiene?-Le pregunté sonriente
-Cuatro añitos, se llama Matt.-Se le iluminaban los ojos al hablar de su pequeño hijo y eso me enternecía.
-Debe de ser un niño muy guapo y dulce.-Le sonreí tiernamente imaginándome al pequeño.- ¿Pero no es un poco pequeño para que entre a estos lugares?
-Sí, no me gusta nada la idea, pero según me dijo su madre cuando me llamo después de tantos años, no durara mucho en esta vida por desgracia.-En sus ojos no vi ni pizca de alguna emoción y eso me intrigó bastante.
-Lo siento.-Le dije sinceramente, sería muy duro para ese niño perder a su madre con tan poca edad, y más lo tendría que ser para su madre al no poder verle.
-Bueno debo de irme ya a mi casa, mañana tengo que traer a mi hijo, alomejor volvemos a coincidir y le conoces.-Me sonreía alegremente.
-Claro, me encantaría.
-Adiós Alison, encantado de conocerla.
-Igualmente.-Me despedí de él.
__________
La noche había pasado demasiado lenta y aburrida, no conseguía dormirme y ya había salido más de cinco veces a fumar, en cambio Natasha seguía durmiendo, no se había despertado ni una sola vez.
Mi padre había llegado al hospital a las siete y media de la mañana y yo aproveche para volver a mi antigua casa, descansar un poco, llamar a mis amigas para informarles de todo y después de darme una relajante ducha volver al hospital.
-Oye cariño, espera.-Mi padre que estaba en la puerta de entrada me paró antes de pudiera seguir mi camino.-Tu hermana está acompañada y creo que no quiere que estemos allí.
-¿Qué? ¿Quién esta con ella?-Pregunté confusa
-No lo sé, antes de que llegara esa visita me pidió que me marchara y no he podido ver de quien se trata.-A mi padre se le notaba igual de confuso que yo.
-Pues lo siento, pero yo voy a entrar.-Me daba igual lo que hubiera dicho Natasha, había bastantes cosas en su vida que tenía que explicar, nunca me ha importado nada relacionado con ella, pero ahora todo era distinto y necesitaba saber muchas cosas, si quería perdonar, era una de las cosas que el doctor Brown me había dicho," tienes que aprender a perdonar".
-Alison espera, si tu hermana ha querido que no estuviéramos será mejor esperar.-Mi padre intentó retenerme, pero yo era una de las personas más testarudas sobre la faz de la tierra y era completamente inútil.
-Papá, suéltame porque sabes que es inútil.-Suspiró y apartó su agarre.
No sabía el motivo, pero mi corazón iba a mil por hora y una especie de ansiedad se había apoderado de todo mi cuerpo mientras caminaba apresurada por los pasillos del hospital.
Tan solo un paso y un movimiento de mano y sabría quién era aquella visita que mi hermana nos había impedido ver. Suspiré muy hondo y conté hasta tres...
Uno
Dos
y tres...
No entendía nada, absolutamente nada, estaba en estado de shock, y mis ojos se movían en ambas direcciones, sobre las dos personas que se encontraban frente a frente, mi hermana con ojos de súplica y la persona que estaba en frente echando humo por todos los poros de su piel, hasta que su cabeza giró y su mirada se estrelló con la mía, calmándolo al instante y sustituyendo su irá por sorpresa.
El mundo es un puñetero pañuelo...
Edward, esa era la persona que se encontraba en la misma habitación que mi hermana y yo, y un torbellino de emociones se instaló en mí, sin saber muy bien si llorar, reír, asustarme o salir corriendo, porque tenía frente a mí a la persona con la que he compartido intensas cosas, a la persona que a pesar de todo no consigo olvidar y cada día he estado soñando con volverle a ver, aunque no fuera lo mejor para mí, según mi psicólogo y sin embargo no había pasado ni un solo día en el que su imagen no fuera lo último que viera al acostarme y lo primero al despertar.
Y a pesar de querer engañarme a mí misma diciéndome que ya era alguien de mi pasado, no era así, no, porque ahora estaba aquí, a unos metros de mí y lo único que quería era lanzarme a sus brazos y decirle que ya estaba curada, que la mujer que él conoció estaba de vuelta.
Pero de repente, como un balde de agua fría, la imagen de él y Lauren, se posó en mi mente y todo se rompió, ya solo quería entender que era lo que estaba pasando y porque estaba él en la misma habitación que mi hermana mirándola con tanto odio como los encontré.
-Alison le dije a papá que esperarais fuera.-Mi hermana habló inaudiblemente debido a su estado, pero ninguno de los dos le prestaba atención, simplemente no podíamos apartar nuestras miradas, llenas de sorpresa y confusión, pero sobre todo de amor, de mucho amor y esto era lo que más odiaba de toda esta historia, de él, que me hiciera sentir tan indecisa, que me hiciera querer devorarle y al segundo querer matarle y al siguiente segundo querer lanzarme a él y al siguiente....lo odiaba, odiaba este sin sentido, estos cambios en mi cuando él estaba cerca, lo odiaba y me encantaba a la vez. "Pero ahora hay algo más importante que resolver" me dije a mi misma, preparada para algún tipo de explicación.
-Y yo necesito saber que es lo está pasando.
Espero sus votos y opiniones, son muy importantes de verdad.
Un beso enorme :)
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EL ODIO DEL DESEO
RomanceAlison Hoffman, una joven de 20 años recien cumplidos, una californiana llena de vitalidad, risueña, activa, muy segura de si misma, que vive en uno de los barrios de clase media de california, compartiendo piso de alquiler, con sus dos mejores amig...