Narra Bonnie
Me desperté por la mañana, noté que estaba entre los brazos de Deuz como siempre. Miré por sobre su hombro el reloj.
12:35...
¿¡12:35!?
-Deuz, despiertate, vamos tarde–dije sacudiendolo un poco.
-¿Tarde para qué?–preguntó dormido.
-¿Cómo que para qué? ¿Acaso se te olvida que a las una de la tarde tenemos que tomar un bus para irnos a la ciudad vecina?
No hubo respuesta. De pronto sus ojos se abrieron de golpe y saltó de la cama.
-¡Es cierto!–se levantó entrando al baño. Cuando lo hizo noté que estaba desnudo, y recordé lo que sucedió anoche.
Oh por dios...voy a morir.
Me bajé de la cama para irme a bañar abajo pero un dolor en mis caderas provocó un cosquilleo en mis piernas que me hizo flaquear hasta caerme.
-D...D...¡Deuz!–grité enojado.
-¿Qué pas–guardó silencio al verme arrodillado en el suelo.
-Fuiste un poco brusco...¿No crees?
-Tal vez...Ven, te ayudo...–me tendió su mano para pararme, una vez lo hice me tomó en brazos al estilo nupcial.
Me llevó al baño donde me sentó en la tina, y con la manguera de la regadera comenzó a lavarme.
-Tranquilo...puedo solo...ve y bañate tú–le dije.
-¿Seguro?–asentí. Se metió a la cabina de la regadera y comenzó a bañarse. Yo, por mi parte terminé de limpiarme en la tina.
Cuando estuve listo me puse de pie. El dolor había aminorado bastante gracias al agua tibia.
Me envolví de la cintura para abajo con una toalla para ir al cuarto. Me sequé el agua del cuerpo y me puse un bóxer. Me puse un pantalón de jeans negro purpura, y una playera azul.
Mi cabello estaba húmedo así que lo dejé así.
Deuz salió del baño ya con su ropa puesta. Llevaba una playera negra, sobre esta una camisa escocesa roja, un jeans negro y zapatillas negras.
Bajamos a la sala, donde ya estaban nuestros bolsos.
Deuz preparó rápido dos sándwich, sirvió dos vasos de jugo y desayunamos. Con el jugo me pasé una pastilla para el dolor. Una vez terminamos fuimos por nuestros bolsos. Nuestros móviles estaban cargándose aquí abajo, los cogimos y guardamos.
Cuando salíamos vi el estuche de mi guitarra junto a la puerta, así que lo tomé.
Vi la hora en el móvil.
12:50
Caminamos lo más rápido que pudimos hasta la estación de autobuses.
Llegamos justo a tiempo, el nuestro aún no salía.
Subimos, no sin antes registrar nuestros bolsos con el sujeto que los guarda en el compartimiento del bus.
Nos acomodamos en nuestros asientos, yo a la ventana y Deuz al pasillo.
En nada el bus empezó a andar.
Narra Foxy
Estaba llegando a la casa de Bonnie para hablar con él sobre lo de Golden. Escuché golpes en una puerta, al desviar mi vista hacia el sonido, vi al chico peliazul golpeando la puerta gritando el nombre de Deuz.