CAPITULO DIEZ

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CAPITULO DIEZ

- ¿Qué hacen aquí? – pregunte exaltada. Estaba asustada y mucho, después de cuatro años ahí estaban mis padres frente a mí, seguían siendo como los recordaba, mi madre no había cambiado nada, a excepción que esa mirada que antes estaba llena de calidez ahora estaba llena de resentimiento. Era más alta que ella por al menos 8 centímetros. Su cabello seguía siendo tan castaño como el de Yukiho, al igual que sus ojos. Mi hermana había heredado los ojos verdes de ella. Por el contrario, mi padre era más alto que nosotras media al menos 1.80 m, él tenía los ojos azules, como los míos y el cabello negro, su tono de piel era ligeramente moreno, yo era muy parecía a él. Sin embargo, el color de cabello que alguna vez tuve lo había heredado de la madre de mi padre, la cual murió cuando él era pequeño, según me había comentado yo era muy parecida a ella.

- Esa no es manera de hablarle a tus padres, chiquilla idiota- me respondió molesto mi padre.

- Perdón por mi intromisión. Pero, tampoco esa es la manera de hablarle a su hija señor Kousaka- dijo Kira poniéndose frente a él, yo me quede detrás de él, Kira era por pocos centímetros más alto que mi padre, pero aun así mi papá era intimidante aun así agradecí que me defendiera.

- No acepto tus disculpas, muchacho estúpido, si me disculpas tengo que hablar con esa idiota y no es de la incumbencia de ninguno de ustedes en realidad, así que Honoka- dijo mirándome fijamente- muévete no tenemos tu tiempo- decidí seguirlo mi padre había cambiado mucho y sé que no le importaría golpearme frente a ellos y no me importaba en realidad recibir más golpes de él, solo que no quería ser expuesta frente a la mirada de ellos mis guardaespaldas y mis compañeros de generación, no dije nada solo me dedique a caminar y deje que me guiaran.

- Honoka- escuche que me llamaba Kira, me gire pese a la molestia de mis padres, corrió hacia donde estaba y me abrazo fuertemente- llámame, no importa donde este yo iré por ti, no dejes que te hagan nada- no le conteste, aunque quisiera negarlo poco a poco él y lo mucho que lo quiero me estaba ayudando a reaccionar.

- Vámonos- me dijo mi padre, tomándome del brazo para jalarme y así comenzar a avanzar, no me quise girar, después de esto el acoso por parte de esas chicas iba a ser mayor, me ordenaron que los llevara a mi casa y así lo hice. Al llegar estaba un poco desorganizado el departamento ya que la noche anterior estudie para no quedarme atrás en ninguna materia, en la mañana no me dio tiempo de nada, levante mis libros de la mesa que estaba en el centro y los deje arriba de mi piano.

- Ofrécenos algo de tomar, creí que te había educado bien- me repelo mi madre.

- ¿Quieren un poco de té? - les ofrecí tratando de imaginar que hablaba con un par de clientes déspotas y no con mis padres, me era más fácil actuar frente a un cliente que frente a ellos.

- Si, pero apresúrate. No tenemos tu tiempo, ya bastante hemos hecho al venir hasta acá- me contesto mi madre.

Me apresure, al igual que ellos, ya no quería estar con ellos, me era toxico, ¿en qué momento mi madre y mi padre me odiaron tanto? ¿Fue mi culpa? ¿Los debí dejar que siguieran con sus relaciones clandestinas? ¿alguna vez me amaron, o al verse descubiertos decidieron dejar de fingir que me amaban? Me apresure. Pocos minutos después me encontraba frente a ellos, sirviéndoles té, les ofrecí un poco de dulces que había hecho en la semana, después de todo aprendí mucho de ellos y como me dijo Yukiho, yo también soy fruto de ese árbol casquivano.

- Seremos breves. Necesitamos que te cases lo antes posible- me soltó de golpe mi padre. – Por eso te presentaremos a tu prometido a la brevedad posible.

- La boda se realizará a finales de diciembre- me informo mi madre.

- ¿Qué les hace pensar que voy a aceptar este matrimonio? – les pregunte tratando de calmarme.

Love Live School Idol Project: Un aplauso para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora