CAPITULO CATORCE

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CAPITULO CATORCE

Después de la plática que tuve con las chicas tome una decisión. No puedo y no voy a perder al amor de mi vida, por culpa de mi cobardía, es verdad que las cosas no serán nada sencillas, seguramente llorare por mucho tiempo, a causa del desprecio de mis padres, pero prefiero eso a quedarme sin el amor de mi querida Rin, aquel día que Eli no llego, mi niña llamo en seguida a su cita, para poder ir a hacer lo que tenían pendiente, ni si quiera me miro cuando salió del departamento de Maki, dejándome con una incertidumbre enorme en el corazón fue en ese momento. Me di cuenta que podía perderla de manera definitiva, por mis inseguridades y mi falta de valor. Si no es que ya tenía perdida la batalla conozco a mi amiga desde hace mucho y sé que le llama la atención su compañero, tal vez y ya era tarde pero mínimo quería luchar por ella.

Estuve tentada a seguirla, pero no lo hice por respeto a ella y su espacio, aunque los celos me estaban volviendo loca, no quiero perderla por nada del mundo, así que hare lo correcto. Me encuentro de camino a casa de mis padres, la verdad es que me siento muy nerviosa, por ello, aunque son unas personas muy relajadas no todos los días su única hija les da la noticia de que es lesbiana y está a punto de perder al amor de su vida por sus miedos, aun así, con todo este temor, me siento confiada, podre perder el cariño de mis padres un tiempo. Puede y nunca me comprendan, pero más vale luchar ahora por mi futuro, y lo que quiero que llorar una vida por la pérdida de lo que amo.

Llegue a casa antes de lo esperado, mis padres vivían en un barrio cercano a Akiba no muy lejos de donde estudiaba así que en menos de una hora llegue a mi destino, toque la puerta con mucho temor, por algún motivo no quise solo entrar a casa. Me sentía impotente ante la incógnita del no saber cómo reaccionarían mis padres, aun así, quería sacar todo ese valor que me falto hace ya casi cuatro años para poder decirles a mis padres, que amo a una chica.

Mi madre, me abrió la puerta y se quedó asombrada al verme en el lumbral de esta. No les había avisado que vendría, ya que me decidí de un momento a otro, me hizo pasar entre feliz y preocupada, mi madre y yo somos muy parecidas físicamente la única diferencia que existe entre nosotras es el color de ojos, mientras los suyos son verdes como los de mi abuela los míos son del mismo color que mi padre.

- ¿Qué pasa hija? ¿Por qué no nos avisaste que vendrías a vernos? – me pregunto algo desconfiada mi mama. Me conocía. Sé que para ella soy un libro abierto y por mi manera de actuar ella nota mi preocupación.

- Quiero hablarles de algo sumamente importante. Pero es necesario que mi padre este presenté también en esta conversación – dije tratando de sonar lo más segura posible.

- ¿Es algo grave? ¿estás bien de salud? ¿se trata de Rin – chan? ¿acaso terminaron? – me cuestiono preocupada, antes de que acabara de asimilar lo que me había dicho mi padre entro a la cocina, estaba igual de preocupado que mi madre. Al parecer había escuchado lo que le dije a mamá y lo que ella me contesto.

- ¿Qué? – pregunte con un gritillo al comprender lo que mi madre me había dicho. - ¿Cómo sabes que salgo con Rin? – dije tratando de mantener la calma, sin importarme que papa estuviera presente.

- Era más que obvio pequeña. Tus negativas a presentarnos una pareja estable, la manera en la que se miran y hablan, como si se comprendieran al conocerse desde antes de que nacieran si quiera, tu siempre nos hablabas de ella y solo de ella, nunca te pareció atractivo ningún joven que conocías. La verdad que era tan obvio que nos costaba aceptarlo, y aun teníamos la esperanza de que solo fuera nuestra imaginación – me dijo mi padre.

- Si lo sabían, ¿Por qué no me lo dijeron? ¿Por qué no me cuestionaron nada? ¿Por qué querían presentarme a un pretendiente? ¿Qué fin tenía decirme que me iban a comprometer? – pregunte un poco exaltada.

Love Live School Idol Project: Un aplauso para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora