La igualdad entre el cuervo y el escritorio [AliciaxSombrerero]

Capítulo 1: Antes de que la semana termine

Disclaimer: Alice in Wonderland 2010 pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

|Capítulo 1|

 |Antes de que la semana termine|

Era medianoche, la luna era llena y una joven mujer de rizos dorados miraba hacia el horizonte con la mirada perdida. Estaba sola en su cuarto y últimamente se había estado sintiendo más sola que de costumbre, incluso cuando tenía compañía. Pero no, ella nunca se había sentido realmente acompañada en su vida. Sólo se había sentido acompañada cuando su padre vivía y cuando, casualmente, había caído como un rayo de luz en ese extraño lugar. Ese lugar donde las reinas eran conocidas por su color y los animales y las flores hablaban. Ese lugar que al parecer sólo habitaba en sus sueños.

Pero no, Alicia ya casi no pensaba en Infratierra. Al menos no, desde que volvió a Inglaterra luego de su viaje por el mundo. Sólo cuando se sentaba a mirar por la ventana y pensar en el pasado. Lo hacía menos doloroso. En China, había conocido mucha gente y había visto muchas cosas interesantes. De hecho tuvo un par de amigos pero la vida se encargó de separarlos. Sin embargo, ese viaje era todo lo que ella necesitaba. Alejarse de Inglaterra, de esas aburridas convenciones sociales, de las medias y de los corsés. Podía vivir la vida a su manera y el negocio estaba funcionando bien. Pero algo le faltaba a Alicia. Ese algo le hacía suspirar de noche, ese algo tenía brillantes ojos verdes y una sonrisa cautivadora. Durante cuatro años, no había olvidado al Sombrerero. Es decir ¿Cómo podría? Era el ser más fabuloso que alguna vez había conocido.

Recordaba una y otra vez, la última vez que lo vio. 

"Podrías quedarte" se decía a sí misma, derramando alguna lágrima.

"¿Por qué tuve que decir que no?" Alicia sacudía la cabeza, sabiendo que estaba hablando sola otra vez. 

"Quizas necesito dormir" 

Y con esa escena de despedida en su cabeza, se metió bajo las sábanas y se durmió.

[...]

En Infratierra, todo había cambiado. Es decir, ya no había peligro de que la Reina Roja siguiera persiguiendo a todo los que se oponían, pero aunque sea, un grupo selecto notaba la ausencia de la joven Alicia. Es más, sólo uno estaba realmente afectado y este, por ende, afectaba a los demás.

Era una tarde triste, casi otoñal. El gato sonriente Chess, la pequeña lirona Mally y la Liebre de Marzo tomaban té en esa gran mesa llena de tazas rotas y pasteles con mágicas cualidades. Bebían en silencio, el aire estaba lleno de preocupación.

― ¿Dónde está Tarrant, Mally?― preguntaba Chess, arrastrando las palabras ―. ¿Lo has visto hoy?

―Debe estar trabajando o caminando de un lado al otro. No lo sé. Desde el Frabulloso Día que se empeña en hacer sombreros cuando se siente triste― le contestaba Mally, agregando otro cubo de azúcar a su té de rosas ―. Es decir, por una parte está bien. Al menos ahora está distraído"

Thackery, la libre loca, en realidad no prestaba atención a la conversación. Se entretenía mirando fijo las tazas sin fondo.

―Alicia en realidad lo ha afectado. Me siento mal por él―, Chess se desvaneció de la derecha de Mally y reapareció en su izquierda sobresaltando a Thackery ―.Mirana me ha dicho que es normal. Que no debemos preocuparnos. Pero, él se está dejando vencer por el lado oscuro de su locura. No podemos permitir que eso suceda.

Mally quedó pensativa un segundo.

―Tienes razón Chess. Desde entonces, su acento cambia más seguido, al igual que sus ojos volviéndose anaranjados. ¿Qué podríamos hacer por él?

―Hablé sobre eso con Mirana también. Ella me dijo que no podemos obligar a Alicia a volver. Dice que si vuelve será cuando deba ser.

― ¡Qué pena que no sea ahora mismo!― exclamó Mally y dio un gran sorbo a su taza. Se quedaron callados, hasta que el silencio fue quebrado por la Liebre de Marzo que seguía jugando con las cucharas y las tazas. Ahora, tenía un pedazo de torta en la mano.

―No sé cómo, pero Alicia volverá antes de que la semana termine... ― dijo con un tono de absoluta certeza. Chess y Mally se dieron vuelta para ver si continuaba su discurso, pero la lucidez de la Liebre duró poco como siempre y se puso a mirar fija a la torta ―. ¡Torta!

El gato y el lirón continuaron bebiendo té, con miradas de desilusión dirigidas hacia el molino destruido. Allí, a través de la puerta abierta, se podía ver ir y venir, a un hombre y a su sombrero.

Continuará...

Si te interesó esta historia y quieres leer más sobre Alice in Wonderland, puedes ver mis historias "La igualdad entre el cuervo y el escritorio" o "Sueños" o "El vacío que tú llenaste".

Gracias por leer, los comentarios serán apreciados

Cereza Queenie