Capítulo 20: No puede ser

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Disclaimer: Alice in Wonderland 2010 pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

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|Capítulo 20|

|No puede ser|

El amanecer se levantaba por el horizonte de Infratierra. Llegaba hasta los lugares más oscuros y los hacía un poco más luminosos. Llegaba adonde no había nadie y adonde había demasiados. Caía sobre una Sota de Corazones y una Reina Roja. Caía sobre una Reina Blanca y su castillo. Caía sobre un Sombrerero sin recuerdos y una joven rubia con miedo. Ya era la hora. Las tropas, tanto rojas como blancas estaban listas para marchar hacia el lugar de encuentro. Hoy se decidía todo.

Esa misma mañana, Alicia no tuvo ningún sueño. Sólo se fue a dormir la noche anterior y se despertó muy temprano, pero no recordó haber soñado nada. Limowi, el soldado real fue quien golpeó su puerta para ir a buscarla.

―Campeón de Infratierra, debemos prepararnos para irnos― recitó, con su tono exageradamente formal.

―Buenos días para ti también― replicó la chica.

―Debes desayunar, mandé a pedir algo para que comieras― el hombre señaló a una sirviente que venía por el pasillo con una bandeja. La mujer, tan blanca como la nieve, dejó la bandeja en la habitación, sobre una mesita de noche que había al lado de la cama.

―Gracias, aunque en realidad no tengo mucha hambre.

―Nadie tiene hambre antes de una batalla. Come lo que puedas y ponte la armadura, nos iremos tan pronto como podamos.

―Lo haré, quédate tranquilo.

Limowi hizo una pequeña reverencia y estaba dispuesto a irse, pero Alicia lo interrumpió.

―Oye, Limowi...

― ¿Si?

―Tengo miedo― murmuró Alicia. –No quiero tener miedo.

―Todos tenemos miedo. Lo que nos diferencia de otros, es como enfrentamos ese miedo― el soldado se rascó la cicatriz en el rostro ―. No te preocupes, Tarrant estará bien y tú también. Tengo toda mi confianza en ti. Y por eso, tú deberías confiar en mí y en todos los que estaremos allí para ayudarte.

Ella le sonrió. Estaba más tranquila. El soldado se fue mientras ella comía su desayuno. Mordisqueó unas tostadas, bebió un té de interesante sabor y se comió un plato entero de avena con leche. Una vez que su estómago estuvo lleno, se sintió con más seguridad. Fue al baño, se lavó la cara y se acomodó el cabello en una trenza. Luego torció esa trenza y la convirtió en un rodete, no podría luchar si tenía su cabello molestándole en el rostro, aunque por dentro sabía que si el duelo era complicado, su cabello se soltaría de todas formas.

Por último, la chica se puso su armadura sobre la ropa que llevaba puesta. El frío metal se sintió inusual al principio, pero luego se acostumbró a este. Estaba lista. Salió corriendo de la habitación y bajó hasta el vestíbulo principal, dónde ya había gente reunida.

La igualdad entre el cuervo y el escritorio [AliciaxSombrerero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora