Capítulo 10: El algún lugar de las Tierras Lejanas

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Disclaimer: Alice in Wonderland 2010 pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

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|Capítulo 10|

|El algún lugar de las Tierras Lejanas|

En algún lugar de las Tierras Lejanas, una antigua reina de inmensa cabeza hablaba con su lacayo, que la seguía a todas partes. Estaban escondidos en un refugio que habían construido.

―Stayne, sota pícara. Ahora que he decidido perdonarte por tu bajeza cuando mi hermanita nos apresó, debemos comenzar la lucha en su contra. Ya mucho tiempo nos costó liberarnos de esas cadenas. ¿Has conseguido lo que te pedí?― declaraba la mujer cabezona, sentada en una desvencijada silla polvorienta.

―Fue difícil, pero lo pude conseguir otra vez, su Majestad. Tuve que robárselo a esa oruga que se cree más inteligente que los demás. Aquí está el oraculum. Vea aquí, su Majestad. Vea el Pristigiosso Día.

El hombre desplegó un rollo de papel amarillento y señaló uno de los pasajes.

―Aún reconozco esa maraña de rizos dorados. ¿Es Um, verdad?― dijo ella con tono despectivo.

―Ha vuelto a Infratierra, hace unos días. Tenemos que actuar. Esta joven hermosa...

La Reina Roja lo miró mal. Stayne carraspeó y siguió hablando. No le convenía hacerla enojar.

―Esta muchacha nos está dando la oportunidad de vencer a la Reina Blanca otra vez. Sin Alicia, sus súbditos temerán otra vez a su divina tiranía― declaró la Sota.

―Ya hemos juntado personas. No todos aman a mi hermanita. Deberíamos hacer algo para advertirlo. Debemos lastimarla, hacer que se rinda. De a poco, la debilitaremos y luego atacaremos. ¿Qué tal con el ejército?― preguntó la Reina Roja.

―Son suficientes. No tanto como los de su hermana pero creo que resistirán.

―Entonces, tengo todas las armas a mi favor. Ahora sólo hay que debilitarle. ¿Qué se te ocurre, querido Stayne?

Él se lo pensó un segundo y tomó un largo vistazo del oraculum.

―Vea aquí, Majestad. Hoy es el Danzzaroso Día. Hay un baile en Marmorreal. Mire esta pareja de aquí.

Señaló a los que parecían ser Alicia y Tarrant. Iracebeth tuvo una sonrisa perversa.

―Eres muy inteligente, Stayne. Consigamos al Sombrerero. Sabía que era buena idea perdonarte la vida.

―Y hasta el día de hoy lo aprecio, mi Reina― el hombre besó la mano de su soberana.

―Eres un sinvergüenza, Stayne. Ahora, ya sabes que hacer. Tráeme al ridículo Sombrerero― declaró la mujer.

―A sus órdenes― él se dio media vuelta y salió de la habitación. Afuera del refugio había un caballo negro atado. Lo montó y partió rumbo a Marmorreal.

Iracebeth se quedó sola con sus pensamientos. Acarició el oraculum y miró el cielo. Aún no anochecía.

―Ya verás, hermanita. Ya lo verás― murmuró para sí y se fue a su dormitorio.

Continuará...

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Cereza Queenie

La igualdad entre el cuervo y el escritorio [AliciaxSombrerero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora