Capítulo 21: El cuervo y el escritorio

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Nota de autora: Antes que nada, pido disculpas por haberme tardado tanto en volver a publicar. Más que nada tuve que tratar con falta de tiempo por asuntos personales, pero bueno... trataré de publicar más seguido desde ahora. Tengan en cuenta que esta historia en realidad ya está terminada, faltan dos capítulos además de este y los publicaré mañana. Sin más preámbulos, aquí está la historia. 

Disclaimer: Alice in Wonderland 2010 pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

 Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

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|Capítulo 21|

|El cuervo y el escritorio|

― No puede ser― se dijo ella mientras evitaba el primer espadazo del Sombrerero. El filo de la espada de él le pasó muy cerca, sería peligroso no haberla esquivado. Ese no podía ser su amigo. No podía ser. La Reina Blanca y su ejército contemplaban el duelo, sin poder hacer nada. Si interferían, podía haber una grave batalla. Limowi lucía preocupado, tanto como el resto de los amigos de Alicia.

― ¡Sombrerero! ¿Qué te pasa? ¿Sabes quién soy? ― gritaba ella.

Tarrant no respondía ni modificaba su expresión. Seguía intentando matar a la mujer que amaba y ni siquiera lo sabía. Desde su punto de vista, sólo hacía lo que le dijeron que tenía que hacer para ser libre. 

"Ella intentará cualquier cosa, para confundirte". Las palabras de la Reina Roja resonaron en su cabeza. Se lo había dicho antes de venir para prevenirlo. El Sombrerero no entendía por qué tanto alboroto. Así como estaba ahora, no le era difícil ignorar a chica rubia que imploraba por su vida.

Alicia, por otra parte, sollozaba mientras evitaba el ataque del Sombrerero. Era obvio que el hombre no había olvidado como usar una espada. Se preguntaba por qué él quería asesinarla, qué le había sucedido y si eso era el lado oscuro de la locura del Sombrerero. Tenía miedo. Ella no lo lastimaría a pesar de que estuviera chocando espadas con él, pero eso no significaba que él iba a hacer lo mismo. Parecía más emocionado por la pelea cada vez que ella derramaba otra lágrima.

― ¿Qué le han hecho a Tarrant, Reina?― preguntaba Chess a Mirana en voz baja, mientras observaban la batalla.

― Creo que... ― Mirana pausó para pensar. Algo de luz saltó en su cabeza ―. Forggetish.

― ¿Qué es eso?

―Poción del olvido. Es posible que mi hermana se hiciera con ella. Quizás haya alguna bruja entre su gente.

― ¿Del olvido? ¿Él no la recuerda? ― preguntó el gato Chess ―. ¿Acaso se puede hacer algo para volverlo a la normalidad?

― Me temo que no. Es una de las pocas pócimas que no se pueden quitar del sistema. Solo la recordará si ella hace o dice algo que le recuerde quien es. Pero no sabemos qué cosa es lo que lo haría despertar.

― Pero... ¿No hay forma de saberlo?

― Es imposible saber, cambia para cada persona ― Mirana se quedó en silencio y el gato sonriente la imitó. No podían hacer nada, todo estaba en manos de Alicia.

Los únicos que disfrutaban de la escena eran la Reina Roja y la Sota de Corazones, observando con gusto la pelea. Sus planes parecían estar cumpliéndose justo en frente de sus malévolos ojos.

― Verás, Stayne, Um caerá rápido e Infratierra será mía otra vez. No creo que pueda resistir mucho más en la pelea.

― Mi reina, no dejo de admirarla ni por un segundo. Cuando la chica pierda, me encargaré de asesinar al Sombrerero.

― No falta mucho. Cuando uno ama, uno es débil. Cuando uno recuerda, valora. Pero si no recuerdas, no tienes nada que valorar. Y si no tienes nada que valorar no amas y por lo tanto, uno es fuerte ― decía Iracebeth, jactándose de su propia inteligencia, sin quitar por un segundo la mirada del campo de batalla.

― ¡Sombrerero! ¿Por qué haces esto? ¿No me recuerdas?

Los desgarradores gritos de Alicia cruzaban el lugar, pero nadie podía hacer nada y Tarrant no respondía, sino que seguía atacando cada vez con más violencia.

― ¿Qué te hicieron? ¡Tarrant!

La situación se fue complicando más y más con el pasar de los minutos. El Sombrerero no parecía cansarse y Alicia ya estaba exhausta física y mentalmente. La confusión y el miedo eran una mala combinación en un momento así. La muchacha sentía como cada vez le costaba más respirar, su pecho le oprimía y sus piernas temblaban. Eso sin mencionar el gran dolor que le causaba ver a Tarrant de esa forma. Sus ojos ya no despedían alegría y su expresión se había vuelto dura.

Finalmente, luego de más o menos dos horas, Alicia ya no tuvo fuerzas. Su cuerpo le ardía y ya casi no podía mover los brazos. Apenas se mantenía de pie, pues trataba de ignorar el temblor en sus rodillas. El Sombrerero blandió su espada con todas sus fuerzas y la dejó completamente desarmada. La espada Vórpica salió disparada de su mano y quedó lejos de su alcance. Ella supo que era el final de todo. No pudo evitar sentir la ironía en morir en manos de su amor.

Tarrant sostenía su propia espada, apuntando hacia el cuello de la joven. Alicia tenía sus manos levantadas, en forma defensiva. Lloraba sin parar, ya no sabía qué hacer para que él se detuviera. Todos en el ejército blanco miraban la escena con preocupación. Estaban completamente sorprendidos de como las cosas estaban resultando. Todos los allegados a la Reina Roja y la sota de Corazones esperaban a que el Sombrerero haga su movimiento final.

Tensión reinaba en el campo de batalla, silencio total ante semejante situación. Lo que sea que ahora pasaría, cambiaría el futuro de Infratierra. Alicia estaba parada allí, completamente a la merced de Tarrant. Ella sí lo recordaba, todo lo que había vivido en ese lugar... con él, todo eso pasaba por su mente. Recuerdos tristes y felices. Todo pasaba por su mente y las lágrimas no cesaban. Entonces, con una voz muy rasposa y casi en su suspiro, él habló.

―Tus últimas palabras.

Ella lo miró directamente a los ojos y dijo lo primero que se le ocurrió.

― ¿Por qué es un cuervo igual a un escritorio? ― preguntó, con un tono quebrantado de dolor y desesperación.

Continuará...

Si te interesó esta historia y quieres leer más sobre Alice in Wonderland, puedes ver mis historias "La igualdad entre el cuervo y el escritorio" o "Sueños" o "El vacío que tú llenaste".

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Cereza Queenie

La igualdad entre el cuervo y el escritorio [AliciaxSombrerero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora