La igualdad entre el cuervo y el escritorio [AliciaxSombrerero]

Capítulo 5: La fiesta del té

Disclaimer: Alice in Wonderland 2010 pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

|Capítulo 5|

|La fiesta del té|

―Alicia, ven. Únete a la fiesta.

Ella sonrió, sabiendo que ese sería ahora su nuevo hogar. Con emoción, fue y se sentó a la izquierda del Sombrerero, mientras este le servía un pastel de color anaranjado en un plato de porcelana y un té caliente con un aroma frutal. Ahora que se lo pensaba mejor, estaba hambrienta. No había comido nada desde el desayuno y estaba segura de que habían pasado varias horas, a pesar de no saber realmente cómo se medía el tiempo en Infratierra. Como Alicia era la única en esa fiesta del té que no había estado por mucho tiempo, todas las preguntas recayeron sobre ella.

―Alicia, dime ¿Cómo has estado?― preguntó el Sombrerero.

―Investigando cosas que empiezan con la letra L― respondió ella, muy segura. Tarrant se rió.

―¿Y cuáles serían esas cosas?― inquirió la Liebre de Marzo.

―Lata, lino, lana, lengua...― enumeró la chica y luego miró a Tarrant directamente a los ojos –Loco.

Él sintió como sus mejillas se coloreaban y sus ojos se pusieron de un color rojizo. No como el rojo de cuando estaba furioso, que era cercano al anaranjado, si no uno más suave, cercano al rosado. Alicia lo notó, pero no tenía idea de lo que significaba.

―Alicia, ¿Te sientes con ganas de ver a la Reina Blanca?― quiso saber Chess.

―Pues... me encantaría ¿Por qué?

―Ella nos dijo que el día que volvieras, debíamos llevarte lo antes posible hacia Marmorreal. Quiere dar un baile en tu honor.

―Eres el campeón de Infratierra después de todo― agregó Mally, la Lirona.

Alicia detestaba que le dedicaran fiestas. Pero ahora no podía negarse, sería una falta de respeto. Además las fiestas en este lugar no eran como las que ella conocía.

―Me gustaría eso, Chess. Además sería bueno saludar a la Mirana― Alicia le dio un sorbo a su té.

―Entonces deberíamos partir ahora.

La muchacha casi se ahoga con su té. Todos la miraron absortos.

― ¡¿Ahora?!― exclamó.

No podía irse ahora, ni siquiera había tenido la oportunidad de hablar a solas con el Sombrerero. Realmente todavía no sabía qué decirle ni cómo, pero quería hablar con él. Por suerte, Tarrant interrumpió en esta conversación de manera muy oportuna.

―Chess, mi felino enemigo, no creo que deberíamos ir ahora. Mira, está anocheciendo y nuestra invitada está cansada. Mejor esperemos a mañana temprano.