Disclaimer: Alice in Wonderland 2010 pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro
|Capítulo 14|
|Sueño indeseado|
El Sombrerero despertó en un lugar completamente diferente al que deseaba. Apenas abrió sus ojos y sintió un repentino mareo, a pesar de que estaba recostado. El suelo estaba húmedo y apestaba. Con cuidado se sentó. Estaba contra una esquina en una celda pequeña, oscura y fría. Una pequeña ventana en dónde no cabría ni un niño pequeño era la única fuente de luz en la habitación.
Los recuerdos no tardaron en volver a su mente. El baile en Marmorreal, su beso con Alicia, Stayne apareciendo de la nada y atacándolo. Luego, todo era vacío. ¿Y si le había hecho algo a Alicia mientras estaba inconsciente? Su corazón comenzó a palpitar con preocupación. La poca luz que había no le permitía ver lo que había fuera de la celda además de sombras raras que se formaban. Una se parecía mucho a un hombre.
―Sombrerero, has despertado.
La Sota de Corazones estaba de pie, observando al prisionero. Esperaba que se despertara con un gesto altanero en su rostro. Realmente se sentía orgulloso por haberlo secuestrado. Tarrant lo observó con odio pero no le contestó.
―Y no a la pregunta que tienes en tu mente llena de locura, Sombrerero― dijo, con un gesto bufón ―. No nos llevamos a la bella Alicia. Tú eres más útil en lo que queremos hacer aquí.
― ¿Qué quieres?― escupió el prisionero, ocultando que estaba más tranquilo por saber que Alicia no corría peligro.
―A tu chica quiero― Stayne guiñó el ojo lascivamente ―. Pero eso no es el porqué de tu actual paradero. Como sabrás sigo órdenes de más arriba.
― ¡Esa maldita cabezona! ¿Verdad?
―Sí, Tarrant. Mi bendita Reina Roja creyó mejor apresarte. Y creo que es algo bastante inteligente. Aunque en mi opinión, yo te cortaría la cabeza con tanto placer.
―Eres un...― Tarrant se puso de pie de golpe y trató de golpearlo a través de la celda pero no pudo porque algo lo detuvo. Su pie derecho estaba encadenado a la pared del fondo y no podía llegar hasta los barrotes. La Sota rió perversamente.
―No te preocupes, Sombrerero. Cuando ya no seas necesario, me encargaré de ti. Pero por ahora, espero que seas bueno.
― ¡No los ayudaré jamás!
―No me importa. Cuando tú mueras, me encargaré de convencer a la reina de que tenga clemencia con Alicia, y entonces la haré mi mujer.
―¡Maldito CULGO DILATRO PILTRE CASJA RAMBA URPALES!― gritó el Sombrerero, intentando en vano golpearlo otra vez, pronunciando insultos con su idioma extraño, enrojeciendo sus ojos al máximo. Stayne rió y se fue sin contestarle, dejando a Tarrant solo. Cuando se pudo tranquilizar otra vez, se sentó en el suelo y se aferró a sus recuerdos de lo que había pasado hace tan solo algunas horas. Recordó lo feliz que se sintió por haber besado a Alicia por primera vez. Estaba enamorado de ella y ella le correspondía. ¿Qué otra cosa podía hacerlo más feliz? Comenzó a llorar de infelicidad y cada segundo el dolor era peor. Desear que ella estuviera bien era todo lo que le quedaba. Con lágrimas en sus ojos y el corazón partido, se quedó dormido.
Tuvo el mismo sueño que tuvo la noche en que Alicia volvió a Infratierra. Aquel en donde ella moría. Estaban todos en el campo de batalla donde se había llevado a cabo el Frabulloso Día previamente. Alicia era el campeón de la Reina Blanca, pero esta vez, el campeón de la Reina Roja no era el Jabberwocky, era Tarrant. El Sombrerero observaba la situación de su sueño como si el no participara de él. Se vio a sí mismo blandiendo su espada en contra de su amada y ella tratando de evitar los espadazos.
― ¡Sombrerero, mírame soy yo!― gritaba la chica en medio del llanto, esquivando los ataques fríos de un Tarrant que al parecer no la amaba.
Parecía como si él en verdad no la reconociera. En un momento de esa batalla, Alicia quedó desarmada, pero de pie. Entonces, Alicia levantaba sus brazos en señal de rendición y el Sombrerero se acercaba a dar su golpe final. Allí, siempre se despertaba de repente.
Sudor frío caía por su rostro y espalda, su estómago estaba revuelto y sus ojos tan abiertos como platos. Estaba harto de tener ese sueño. Tarrant se refregó la cara con sus manos. Estaba asustado, solo. El miedo de que ese sueño se volviera realidad era inmenso ahora que estaba alejado de Alicia y de los demás. Esta vez no había voces amigas tratando de calmarlo ni una bella mujer sosteniendo su mano. Esta vez sólo había barrotes de hierro y cadenas que le impedían verla. Esta vez la locura oscura lo llamaba a rendirse ante ella. Pero él no podía someterse a la locura. Tenía que escapar, de alguna forma tenía que volver a ella.
El Sombrerero cerró entonces sus ojos, esperando dormirse y una vez más despertar a su lado.
Continuará...
Si te interesó esta historia y quieres leer más sobre Alice in Wonderland, puedes ver mis historias "La igualdad entre el cuervo y el escritorio" o "Sueños" o "El vacío que tú llenaste".
Gracias por leer, los comentarios serán apreciados
Cereza Queenie
ESTÁS LEYENDO
La igualdad entre el cuervo y el escritorio [AliciaxSombrerero]
Fanfiction[COMPLETA] Han pasado cuatro años desde que Alicia dejó Infratierra luego de vencer al Jabberwocky. Los amigos del Sombrerero están preocupados por él, parece estarse dando por vencido y su locura lo arrastra cada vez más hacia la oscuridad. ¿Podrá...