Capítulo 12: No me sigas

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Disclaimer: Alice in Wonderland 2010 pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

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|Capítulo 12|

|No me sigas|

Alice y Tarrant estaban felices, metidos en su propio mundo. No sabían que había un hombre malvado que los observaba no muy lejos de ellos.

Ilosovic Stayne, la Sota de Corazones había partido ese mismo día más temprano desde las Tierras Lejanas hacia Marmorreal. No le tomó mucho trabajo entrar en los predios del blanco castillo. Era un hombre intrépido, tuvo que golpear a cinco guardias. No por nada era el segundo al mando cuando la Reina Roja reinaba Infratierra. Según el oraculum, ese día era el Danzzaroso Día. Un día en el que se celebraría un baile en honor al campeón de Infratierra. Era el momento perfecto para poner en marcha el plan que le quitaría el poder a la Reina Blanca.

El hombre estuvo escondido entre los arbustos y unos árboles durante unas horas, en la oscuridad. Con paciencia, el momento llegó. Vio que Alicia venía con el Sombrerero. Los observó muriéndose de celos, sentía repulsión viendo a la bella joven rubia besándose con ese vejestorio mal vestido. Stayne tuvo que desviar la mirada. Si la Reina Roja volvía a reinar, él quizás tendría oportunidad de ganar a Alicia.

La pareja de enamorados se abrazó y se quedaron mirando las estrellas durante unos segundos.

―Sombrerero, tengo sueño. Pero no me quiero separar de ti― dijo ella.

―Alicia, si quieres ir a dormir, ve, querida. Nadie se enojará contigo― le contestó Tarrant, acariciándole un bucle de pelo rubio.

―Sombrerero... ¿Qué tal si despierto en otro lugar?

― ¿Otro lugar?

― ¿Otro lugar alejado de ti?

―Me aseguraré de quedarme contigo y... puedes llamarme Tarrant― el hombre le dio su mejor sonrisa.

―Lo siento, es la costumbre― la chica estaba avergonzada ―. Me iré a dormir. ¿Me acompañas a mi cuarto?

―Claro. En un segundo iré tras de ti.

―Muy bien― Alicia se puso de pie y lo beso una vez más –Tarrant.

La chica le dio la espalda y caminó lentamente de vuelta al castillo. El Sombrerero la contempló embelesado, era una mujer muy hermosa. Suspiró, tranquilo ya que la chica le correspondía sus sentimientos. Disfrutó el momento y se aseguró de que su mente no lo perdiera. Cuando intentó levantarse del banco, una mano le rodeó el cuello de pronto y la otra tapó su boca. Tarrant trató de gritar pero no pudo, sólo un sonido hueco salió de su boca.

Comenzó a forcejear, enojado. No podía ver el rostro de su atacante, sólo podía ver la espalda de Alicia, que seguía alejándose hacia el castillo.

"Que no la atrapen a ella" pensó, desesperado. "Antes yo que ella, por favor".

Por el forcejeo su sombrero cayó al suelo. Sin pensárselo dos veces, el Sombrerero mordió la mano que tapaba su boca. Su atacante gruñó. Se dio vuelta a enfrentarlo y sintió dos manos que le sujetaban el cuello. La sorpresa lo rodeó.

―Stayne― dijo con asco.

―Sombrerero, tú vienes conmigo― le estaba cortando la respiración poco a poco. En cualquier momento se desmayaría. Si Stayne estaba ahí, entonces su amada corría peligro. Intentó mirar a Alicia, que ignoraba la situación.

― ¡Alicia, corre!― atinó a gritar.

Ella se dio vuelta, extrañada y vio a su Sombrerero, siendo ahogado por el hombre que una la había acosado. Stayne arrastraba a Tarrant hacia los límites del jardín.

―No― murmuró, mientras empezaba a correr tras ellos.

― ¡No me sigas, Alicia! ¡Sálvate!― gritó Tarrant antes de perder el conocimiento. Ella no le hizo caso, seguía corriendo. El cuerpo del Sombrerero se volvió ligero y la Sota lo alzó en sus hombros

―Alicia, querida. Estás más hermosa que antes― le dijo él, tratando de ser galán.

― ¡Vete al diablo, maldito! ¿Qué le harás?― le gritó ella.

―Nada que te importe. Iracebeth ya se comunicará contigo― él dejó una rosa y una nota sobre la banca vacía.

Alicia seguía corriendo pero ya era tarde. Stayne se llevó al Sombrerero inconsciente y salió galopando velozmente sobre su caballo. Ella estaba jadeando y despechada. Se lo había llevado. Era imposible. La joven cayó de rodillas en el césped húmedo por el rocío de la noche y sostuvo el sombrero del Sombrerero. Estaba en un mar de tristeza y frustración. Se lo habían llevado y ella no hizo nada para evitarlo. Comenzó a llorar amargamente.

Cuando se recompuso, después de un considerable tiempo, tuvo la fuerza para volver al castillo. Entró en el Gran Salón confundida, llevada únicamente por la fuerza de su corazón pues su cuerpo ya casi no poseía fuerzas. Era muy entrada la madrugada, pero aún había gente bailando. Atravesó el mar de bailarines y se dirigió directo a la Reina Blanca.

―Alicia, querida ¿Qué te ha pasado?― preguntó Mirana, con preocupación, acercándose a acariciar la mejilla de la joven. Ella no contestó, no sabía cómo. Alzó un poco sus brazos y le mostró el sombrero. La Reina comprendió al instante que algo malo había sucedido.

― ¿Dónde está Tarrant?

Alicia aún no contestaba. Estaba en algo así como un estado de shock. Movía la boca pero ningún sonido salía de ella.

―Alicia ¿Estás bien?

―Se... se lo llevó― dijo, al cabo de unos segundos más.

― ¿Qué? ¿Quién?

―Stayne se lo llevó. Lo dejó inconsciente y se lo llevó. No pude evitarlo― la chica comenzó a llorar nuevamente. Mirana se llevó la mano a la boca, impresionada. Por un segundo, miedo era lo que salía de sus ojos negros.

― ¿Ilosovic? No puede ser que haya logrado escapar.

―Se lo llevó― continuaba diciendo la joven, no podía salir de su pena ―Me dijo que no lo siguiera.

Continuará...

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Cereza Queenie


La igualdad entre el cuervo y el escritorio [AliciaxSombrerero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora