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Tiré el trapo a la mesa y empecé a pasarlo por la mesa. Coloqué las tazas en la bandeja junto con los platitos del café. Coloqué el trapo para limpiar las mesas en mi hombro y levanté la bandeja y caminé hasta la barra y la coloqué allí.
-Aquí tienes, Lix.-dije dejando el trapo en la mesada y pasándolo para limpiarla. Mi amigo tomó la bandeja y la llevó hasta la cocina. Cuando volvió, soltó un suspiró y miró a mis ojos.
-Hoy tenemos mucho trabajo. No creo que salgamos antes como dijo la encargada la semana pasada.-Mordí mi labio pensando que tenía planes con Luke para esta noche, pero decidí internamente en no llamarlo y avisarle que hoy saldría más tarde de lo normal. Él no me había confirmado la hora, así que me dediqué a limpiar mesas y a atender a las personas.
La cara de Felix cambió cuando su mirada cruzó la puerta. Giré mi cabeza para ver que estaba sucediendo y tragué saliva al ver esa pelirroja entrando por la puerta de la cafetería. Estaba vestida de etiqueta, como siempre. Llevaba su vestido rojo hasta la rodilla y ajustado al cuerpo. Sus zapatos de tacón alto de color negro hacía juego con sus labios del mismo color. Y llevaba y un saco de encaje también de color negro.
¿Acaso no tiene otro color en su armario que no sea rojo y negro?
Sentí su sonrisa cuando volví mi cabeza al frente y seguí limpiando la mesada, mientras sentía la mirada fija de Felix, era como que internamente se preguntaba que rayos iba a hacer yo cuando esa mujer viniera a hablar conmigo. Y se mantenía alerta para llamar a Luciano si ocurría cualquier cosa, y no eran ideas mías; el chico de ojos cafés le dijo eso a Felix. Y él tenía que serle fiel a esos ojos.
-No lo llames.-le dije a Lix antes que dijera algo. No quería a Luciano aquí, lo que menos quería era ganarme otro problema.
Por la esquina de mis ojos pude ver como ella se sentaba en las butacas que había en la barra y tocó la campanita. Seguí con la mirada baja sin conectarla con la suya.
-¿Qué necesita?-preguntó Felix mirándome de reojo. La pelirroja sonrío sarcásticamente y pidió su café. Ella empezó a jugar con su anillo. Y de pronto giró su cabeza y sonrío como si fuese el gato de Alicia en el país de la maravillas. Cerré mis ojos fuertemente tomando un gran suspiro, pero aún así, seguí limpiando.
-¡Olivia! Que gusto no tan grato verte.-dijo ella aplaudiendo suavemente. Trague saliva y giré mi cuerpo en su dirección.
-Hola.-dije haciendo una mueca con mis labios. Tiré el trapo hacía mi hombro lista para marcharme, pero su mano en mi brazo me detuvo. Miré su agarre y sus uñas largas y bien cuidadas, y luego miré a sus ojos. Alcé mi ceja incitándola a hablar.
-Ahora que estamos conversando tan amistosamente, te quería preguntar por Luciano.-su tono de voz eran tan falso y tan notable que aguanté mis ganas de echarla de aquí e irme a tomar las ordenes de los clientes.
-¡Vamos, apúrate, maldita sea. Ese café ya tenía que estar listo!-traté de no reírme de Felix, pero como jefe apestaba. Él les pagaba a algunos chicos nuevos para que hicieran su trabajo y él atendiera solamente en la barra.
-Tu amigo es muy...-miró hacía el cielo tratando de buscar una respuesta y chasqueó sus dedos cuando la obtuvo.-raro, es decir, no es por ofenderlo ni nada por el estilo ¿Cierto?-asentí lentamente con mi cabeza tratando de procesar sus chillones palabras. Pero no entraban en mi cerebro.
¿Acaso no se da cuenta que no la estoy escuchando?
-Yo..tengo que seguir trabajando.-señalé las mesas y traté de irme, pero su agarre me impidió huir.
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Entre sabores agridulces [#2] ✔
RomanceSEGUNDA PARTE DE "BESOS SABOR CAFÉ " Luego de un corazón roto ¿Qué sucede? Olivia se hace la misma pregunta luego de un traición por parte de su primer amor. Besos olvidados y recuerdos que se hacen presentes es lo que se tienen que olvidar. Y el pe...