Capítulo 23

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* * * *

Olivia.

Dejé el pedido en el mostrador y me apoyé en el esperando a que el café con dos moffins estén listos. Suspiré acomodando mi cabello mientras veía a Felix hacer el café con una sonrisa. Alcé mi ceja sorprendida y cuando se dio media vuelta para colocar la taza en la bandeja me miró confundido.

- ¿Qué?- preguntó cuando no dije nada. Alcé mis hombros en señal de que no pasaba nada, pero mi sonrisa no desaparecía de mi rostro. Él me tenía que contar lo que estaba pasando.

-Nada, solo... te veo muy feliz.-murmuré acomodando los moffins en la bandeja. Todavía faltaba un café.

-¿Acaso no se puede estar feliz sin que nada suceda?- suspiró rendido tomando una taza vacía.

-Tú tienes un motivo y no lo quieres decir. - sentí como mi bolsillo vibraba como quinta vez en el día. Coloqué mis ojos en blanco cansada por los mensajes que mandaba Luciano. Él si que no se rendía.

-Tú también tienes un motivo por no sonreír, pero igual lo haces. Yo no tengo ningún motivo para sonreír y lo hago igual. -alzó sus hombros mientras colocaba la segunda taza en la bandeja. Rodeé mis ojos fastidiada y lo señalé en señal que no se moviera de donde estaba.

Tomé un servilletero y lo coloqué dentro de la bandeja mientras la alzaba para llevar el pedido a la mesa de los dos hombres que escapaban de sus esposas aunque sean una hora. Hoy era miércoles y significaba que había un importante partido de fútbol.

-Muchas gracias, niña bonita. - dijo uno de los hombres concentrado en observar la tele, todavía no había empezado el partido. Sonreí de lado y asentí con la cabeza en modo de saludo. Fui a la barra y miré a Felix que estaba en la misma posición que antes.

-Así me gusta, que me hagas caso.- dije en modo de broma. Él rodó sus ojos y me señaló con su cabeza algo que estaba detrás de mi. Giré mi cuerpo y mi cuerpo se tensó cuando Peter Palauski entraba a la cafetería con una sonrisa que demostraba que estaba feliz.

¿Acaso hoy todos estaban felices por algún motivo?

Suspiré cansada y fui a donde Palauski estaba mientras sacaba mi anotador y mi lapicera. Antes de que le preguntara que pediría, alzó su mano y sonrío.

- Estoy tan feliz.-dijo

-Lo puedo notar.- dije por lo bajo. Tragué saliva y le pregunté que iba a pedir.

-Pido una respuesta positiva de parte de la camarera que me está atendiendo. -Alcé mi ceja en forma de pregunta mientras lo miraba de la forma más irritante que había. -Escuché que ya estas libre de la prisión de Luciano, así que... -alzó sus hombros de manera despreocupaba y sonrío.-Hay una fiesta esta noche, nena. Ven conmigo.

-Esta noche trabajo.-dije sin más.- ¿Vas a pedir algo o me puedo ir?-él negó con su cabeza mientras que su sonrisa no salía de su maldito rostro. -Entonces, me marcho. Hay más clientes que tengo que atender.

Peter asintió con su cabeza mientras miraba detrás de mí. Fruncí mis cejas cuando sus ojos brillaron mientras se levantaba. Besó mi mejilla y dijo fuerte: "Te espero esta noche, no te vas arrepentir."

Giré mi cuerpo para decirle un montón de palabras no tan lindas, pero estas se quedaron atoradas en mi garganta cuando mis ojos se conectaron con aquel café que tanto insomnio me dio.

-Luke...-susurré viendo su cara. Estaba más que enojada con él, me había traicionado pero aún mi corazón seguía latiendo por él. Di un paso hacia delante y cómo él no se movió de su lugar, empecé a caminar rápidamente hacia él. -No es lo que piensas. -él sonrío irónico.

Entre sabores agridulces [#2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora