Capítulo 16

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***

OLIVIA

Estábamos acostados, habíamos demostrado que los dos, unidos de corazón, podíamos ser solo uno.

Luciano me acariciaba el cabello con su mano, pero nos manteníamos en silencio. Como si nada de lo que acabamos de hacer, hubiese ocurrido.

-Estas muy callada.-murmuró él. Sonreí levantando mi vista hacia sus ojos tan hermosos de color café, de esos que te saca el sueño y piensan en ellos durante toda la noche.

-Estoy pensando, solamente eso.-susurré bajando la vista de nuevo. Sentí como se acomodaba sentándose con sus pies cruzados. Imité su acción haciendo que él tomara mis manos entre las suyas.

Que hermosa vista tienes en este momento, Olivia.

-Sé que todo es nuevo y muy repentino, pero probemos con darnos una oportunidad, Oli. No pensemos tanto y disfrutemos del momento, hace mucho me di cuenta que gané una estrella contigo y no pienso perderte, porque si no me perdería yo también, cariño.-fijó su mirada en mi y sonrío levemente.-¿A que le tienes miedo?

¿A que le tengo miedo?

Esa una buena pregunta pero la respuesta lo destrozaría el corazón. Negué con mi cabeza dándole a entender que no diría nada. 

Sus hombros cayeron rendidos, haciendo una mueca con sus labios, me tomó del rostro con sus manos, dejando las mías vacías y con ganas de acariciar las suyas.  

-Puedes confiar en mi, con lo que hemos pasado y con respecto a esta noche, espero que sepas que puedes confiar en mi, cariño. 

Trataba de esquivar su mirada, pero ea imposible. Tenía que decirlo. 

Abrí mis labios para formar la oración, pero no podía. Algo dentro de mi me obligaba a callar. Tomé una respiración profunda y dejé que las palabras y mis sentimientos se hagan cargo a partir de este momento.

-Tengo miedo de salir lastimado, es algo que tengo dentro de mi que no me permite avanzar en una relación; el miedo. El miedo de enamorarme de alguien equivocado y salir perdiendo.-cada vez iba disminuyendo mi vos hasta que me quedé en un total silencio. 

La respuesta de Luciano fue una caricia en mi mejilla izquierda mientras me regalaba una sonrisa tierna y dulce, como si fuese dueño del mundo. Y tenía razón de sonreír de esa manera, él era dueño de mi mundo, aunque no lo supiera admitir, yo ya había perdido esta gran batalla que tengo dentro de mi. 

Me había enamorado de Luciano. Solo esperaba que él supiera cuidar de mi corazón, porque de un segundo rompimiento nadie sale cuerdo. 

Le sonreí tristemente, sabiendo que él me dejaría en este momento, pero lo único que hizo luego de mi confesión, fue darme un beso. 

-Algo que tenemos en común, florecita. Mi miedo de confiar en alguien nuevo y que me falle es incontrolable, pero hay que aprender a dejarnos llevar y olvidar nuestros miedos de vez en cuando, ya que si no nos volveríamos locos. Y ya locos estamos...-

Fruncí mi ceño haciendo un mohin con mis labios.

-Eso no es verdad ¿Que pasa con la pelirroja?-Luke blanqueó sus ojos sonriendo levemente. Negó son cabeza y me miró como si fuese un caso perdido.

-Ella no significa nada para mi, mi padre eligió esa chica pero yo te elegí a ti. Tú eres diferente y siento algo en mi pecho, algo que nunca sentí y por eso tengo miedo de lo que pueda salir de esta relación. 

-Pero yo siempre los veía que estaban juntos. Y cuando teníamos algo o no sé lo que era nuestra relación en ese momento.-Luke tomó mis manos y picó mis labios con los suyos.

-Si, pero antes teníamos y ahora tenemos. Estamos juntos y mi corazón te pertenece, eso no lo dudes. La pelirroja.-dijo su nombre con un tono burlesco y me confundió.-Es una chica del momento

-¿Tenemos?

-Si, cariño. Y hay que festejarlo.-se levantó de la cama agarrando sus pantalones de paso, mientras se los colocaba, fijó su mirada en mi.-Por eso hay que llamar al rey de la fiesta y ambos sabemos quien es.

Sonreí. 

Como olvidar al alma de la fiesta. Sin él, nadie de nosotros seríamos los que somos. 

-Volvamos a los viejos tiempos, donde el alcohol y nosotros eramos unos.-Me señaló con su dedo frunciendo su ceño.-Pero con cuidado, te tendré vigilada. Tú y el alcohol no son los mejores compañeros para una noche fiestera.-sonreí inocentemente alzando mis manos al aire. 

-Soy inocente.-Luke sonrío acercándose a mi. Besó mis labios y se separó de mi.-Voy a llamarlo.-él asintió con su cabeza y mientras marcaba el número en el teclado de mi teléfono, observé al chico que me tiene loca desde ese día que entró a la cafetería con un paraguas rosa.

Estaba sin camiseta, solo con sus pantalones y sus calzoncillos que sobresalían. Quise pasar mis manos por su espalda, tal como anoche. Y los recuerdos vinieron a mi. 

Luciano y yo, unidos.

Sonreí sonrojada sacando la mirada de Luke que estaba de espaldas a mi ya que estaba buscando unas camisetas. Apreté el botón de llamada y llevé el teléfono a mi oído, mirando de reojo esa espalda que se lleva toda mi atención.

***

-¡Qué sería de mi sin el alcohol y las chicas!-Tom levantó sus manos al aire tirando un poco de cerveza en la trayectoria. -Aunque las chicas de Inglaterra están para morirse.-reí negando con  mi cabeza. -Quiero que sepas que sigo enojado contigo por desaparecer toda una noche. Y por no ir a buscarme al aeropuerto.-suspiré por cuarta vez en la noche. 

Cuando lo llamé, me sorprendió bastante que me atendiera el teléfono, por lo que sabía-gracias a Luciano-estaba bastante enojado conmigo para venir a una fiesta con nosotros. Pero cuando le mencionas "Alcohol" y "fiesta" a Tom, significa que lo tienes ganado, estando enojado contigo o no. Ya que fiesta más alcohol, significa chicas lindas. Y chicas lindas para él, es el mundo entero. 

Ese es el truco para que tu único hermano te perdone la vida. 

Porque sabía que él no podía estar enojado conmigo por tanto tiempo, es decir, soy su hermanita, y me necesita para vivir. Ademas que vivimos en la misma casa, no podríamos pasar un día sin hablarnos, ya que compartimos el mismo enemigo dentro del mismo campo de batalla: nuestro padre.

Tom lanzó su cabeza hacia atrás mediante una carcajada y lo miré extrañada.

-Tu novio se esmeró en elegir un bar decente. Supongo que no quería que te emborraches y lo hagas pasar vergüenza, como siempre..-

-¡Hey!-golpee su hombro haciendo que Tom se riera. Miré a los costados en busca de Luke, había ido a buscar unas bebidas, ya que mi hermano se buscó la suya y no pagó las demás.-Yo no hago pasar vergüenza a nadie, tú eres igual a mi. 

Tom sonrío burlesco y bebió un sorbo de cerveza.

Una mano sujeta en mi cintura, pensando que es Luke, me doy media vuelta dejando a Tom con la boca abierta, sonrío abriendo mis labios para preguntarle porque había tardado tanto, pero me sorprendo cuando veo a Peter y no a Luke.

Joder.

***

Entre sabores agridulces [#2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora