Capítulo 28

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Cuando llegué a la sala de espera, el rostro de tom estaba decaido, solamente se dedicó a mirar hacia el cuarto de mi padre y cerró sus ojos mientras soltaba un suspiro.

Supe en ese momento lo que había ocurrido, y dentro de mí, me sentí horrible por no haber estado en los últimos momentos de mi padre por estar discutiendo con Luke sobre mi corazón y por lo idiota que es.

Solté un suspiro y entré a la habitación, una enfermera asintió con su cabeza mientras salía del cuarto con una carpeta, apreté mis labios y me atiné a observarlo. Su rostro estaba pálido y sus manos estaban tapadas por la sábana del cama del hospital. Tenía su rostro serio, parecía estar molesto, a comparación con mi madre que ella tenía su rostro aliviado y con mucha paz.

Caminé hasta la silla que estaba a un lado de la cama y tomé su mano mientras me quedaba en silencio, solo a observarlo. Thom estaba en la sala de espera, afuera de la habitación.

Solté su mano mientras lo observaba y lloré. Lloré por todos los momentos hermosos que tuvimos, cuando me arropaba a las noches y a la mañana temprano cuando venia a mi habitación y se despedía de mí antes de ir a trabajar.

Lloré porque nunca me dijo algo bueno de mí, nada lindo ha salido de sus labios desde que tengo memoria. Siempre ha querido la perfección en mí, que no cometiera los mismos errores que él y por eso mismo me exigía que pensara todo lo que hacía.

Solté un sollozo al darme cuenta que, a pesar de todo lo buenos momentos, todos mis recuerdos de él eran malos.

Lloré por todas esas palabras feas que me ha dicho, por todas las injusticias, porque siempre él tenía la razón. Lloré un poco más cuando me di cuenta que no aceptaba una opinión diferente, y me dolió un poco más su partida cuando me di cuenta, que hasta el último momento, él no aceptó sus errores.

Me dolía el Alma, me dolía el corazón al saber que no lo vería más porque se había ido para siempre, pero sus recuerdos aún seguían presentes y lo estarían.

Odiaba el trato que tenía con mi madre, él la hacía sentir pequeña, sin poder, sin decisión. Él no la dejaba tener una opinión que fuese certera, porque, claro, él tenía la razón. Pero a la vez tenía recuerdos bonitos, como cuando me traía chocolates cuando venía del trabajo o íbamos a andar en bicicleta a la plaza.

Él se había ido y mi corazón sentia un poco de alivio, ya que sin él, los insultos y el estrés de cuidarlo, desaparecerían. Pero su ausencia me dolería, porque dentro de todo, era mi padre.

* * * *

- ¿Y qué hacemos ahora?-dijo Thom sentado en el sillon con sus pies sobre la mesa de la sala y sobre su regazo estaba mi gatito que dormia relajado debido a las caricias de mi hermano.

Solte un suspiro mientras recargaba mi cabeza sobre la cabecera del sillon, subi mis pies a la mesa y nos quedamos en silencio. Habiamos regresado del funeral y solo nos limitamos a sentarnos debido a que estuvimos haciendo papeleos todo el día. Thom tenia puesto su traje de color y negro y yo, el vestido que usé para el funeral de mi madre.

-No lo sé, sinceramente no pense que llegariamos a esta parte de nuestras vidas.-dije en un murmuro. Thom me respondio con un silencio, pero que a la vez, tenia una pregunta que rondaba.

¿Nos iriamos a Inglaterra? ¿Qué hariamos con la casa? ¿Qué hariamos nosotros? ¿Y mis estudios?

-Quiero empezar de nuevo, en otro lugar, ser alguien que nadie me conozca y encontrar gente distinta. Quiero ser una nueva yo.-murmure observando la ventana de la sala. -Estoy dispuesta a irme a Inglaterra a empezar de nuevo, Thom.

Entre sabores agridulces [#2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora