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Luke
Pasé mi mano por todo mi cabello haciendo que este se despeine por quinta vez en la mañana. No sabía que hacer con el caso de Olivia y toda la maldita mentira que dijo Tom acerca de lo que vio aquella noche.
Joder
¿Y ahora como le explico que mi corazón sigue siéndole fiel?
Dejé los papeles que tenía sobre mis piernas encima del escritorio y me recosté en la silla giratoria que tenía mi padre en su oficina, me había llamado hace más de media hora y todavía no había aparecido y ya empezaba a cansarme de esperar.
Olivia tenía muchos insultos más por decirme. Y, aunque suena realmente loco, preferiría estar discutiendo con ella a estar sentado aburrido en esta maldita oficina.
Al menos cuando ella me gritaba que me largara, podía escuchar su voz y, me rompía el corazón cada vez que soltaba una palabra para herirme. Si ella quería herirme, lo estaba haciendo excelente.
Me había bloqueado haciendo que no pueda mandarle mensajes ni siquiera llamarla. Y supuse que Tom estaba relacionado con ese tema.
Suspiré analizando todas las posibilidades de que Olivia me perdonara y ahora tno tenía ninguna. Tenía que ir a su casa y tratar de explicarle, una vez más, todo lo ocurrido.
Ya eran casi las cinco de la tarde y mi padre todavía no aparecía, rendido me levanté de la silla dejando todos los papeles desordenados.
Que los arregle él.
Tomé el picaporte abriendo la puerta y mi padre apareció en la escena. Alcé mi ceja confundido por su mirada de enojo. ¿Y ahora que había pasado? Me indicó con su cabeza que entrara de nuevo a la oficina y le obedecí rendido. Estaba harto de seguir ordenes.
Suspiré sentándome en una silla que había frente a su gran escritorio y esperé a que él hablara para asentir con mi cabeza ignorando cada palabra que salía de su boca. Pero esta vez no lo hice y no sabía por que, si no que algo en su mirada me decía que, esta vez, tenía que escucharlo.
— Desordenaste todo.— murmuró fríamente. Rodee mis ojos mientras alzaba mis hombros. Poco me importaba lo que pensara él.
—Me aburrí demasiado, hace más de tres horas que te estoy esperando. Se me acabaron las vidas y energías en todos los juegos que tengo en mi teléfono.- dije ignorando su tono de voz. Mi padre soltó un gran suspiro mientras pasaba sus dedos por su frente. ¿Acaso había pasado algo malo?
— Hijo, necesito hablar contigo de algo. - alzó su vista y clavó su mirada penetrante en mi.- Y te conviene que digas la verdad, por que voy a tener que sacar mi mejor jugada en este juego si tu me traicionas.—
¿Ok? ¿Qué rayos estaba pasado?
—No se a lo que te refieres, papá. Dime lo que quieres decirme y si puedo, te ayudaré diciéndote la verdad.- esto me resultaba familiar, cada vez que pasaba algo malo con la empresa, él ponía esa mirada como queriendo decir que yo tenía la culpa en algo.
Ahí esta mi similitud con Olivia. Nuestros padres siempre nos culpaban por sus errores, pero eso yo no podía hablarlo con ella, no entendería por que ni siquiera conoce a mi padre y yo no quiero que lo conozca.
Él soltó un suspiro cruzando sus manos por encima del escritorio y me miró fijamente.
— ¿Qué pasó con Sharon?- alcé mi ceja confundido.
¿Quién era...?
—No conozco a ninguna Sha...-antes de que terminara, alzó su mano para que me detuviera y me observó cansado de tantos juegos.
¡Yo no mentía! No conozco a ninguna Sharon.
Creo.
—Tú pelirroja favorita, Luciano.-
aaaah, con que esa Sharon.
Me tiré hacia atrás en la silla y me quedé observando a mi padre sin emitir ninguna palabra.
—Tú sabes muy bien lo que pasó con ella.-dije firme.-No tenemos ninguna relación de por medio, yo ya tengo a alguien.-suspiré pasando mi mano por mi rostro. O eso pensaba.
—Veo que esa chica te trae loco, espero conocerla algún día para ver si es digna de mi hijo.-se apoyó en el respaldar de su sillón y me miró burlesco. Él sabía que la economía de Olivia no era la misma que la nuestra, por supuesto que nunca estaría al nivel de mi padre, pero el del mío si. Y es por eso que estaba tan loco por ella.
—Yo no quiero que la conozcas.—estaba diciendo la verdad al frente de mi padre, casi me caigo de la silla.
Él alzó su ceja y sonrío divertido.
—Qué lástima.-murmuró por lo bajo. Lo miré atento. ¿Qué estaba tramando?- Organicé una cena familiar con algunos amigos íntimos de mi parte con el motivo del compromiso de mi hijo mayor, sería una pena cancelar toda organización que se viene preparando hace más de una semana.
¡¿Más de una semana!? Él lo había echo apropósito, lo sabía.
Lo miré sorprendido mientras me inclinaba hacia su escritorio.
—No quiero que te conozca.- ella no iba a aceptar venir a una cena familiar y mucho menos si es para nosotros confirmando nuestra relación. —Además, no estamos comprometidos, es algo serio, si, pero tampoco hemos llegado a ese punto, padre.-dije fingiendo indiferencia. Me dolía porque ni siquiera podía llamarla o mandarle ningún mensaje.
— Dile a esa chica que tiene que estar en casa antes de las ocho, quiero tener una charla con ustedes antes de que todos los invitados lleguen. -se levantó de su sillón y empezó a acomodar los papeles que había desordenado antes.- Y no me interesa lo que tú quieres, quiero conocerla y punto final. Haz lo que te ordené y no tendrás problemas.-
Tomó los papeles de la mesa y se dirigió hacia la puerta, pero antes de que se marchara lo detuve.
—¡Espera!- me levanté de la silla y lo miré confundido.—¿Qué tiene que ver Sharon con todo esto? Me preguntaste por ella y luego me cambiaste de tema.
—Lo sé-asintió con una sonrisa en su rostro.-No tienes que preocuparte por ella, luego hablaré contigo sobre ese tema. Y tú como idiota me seguiste el juego y me demostraste, una vez más, que esa chica te importa más de lo que piensas. -dicho eso, se marchó dejándome solo en aquella enorme oficina.
Tomé mi celular que estaba cargándose y caminé hacia la salida del edificio.
Tenía que hablar con Olivia y no me iba a quedar en silencio esta vez.
* * * *
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Entre sabores agridulces [#2] ✔
RomanceSEGUNDA PARTE DE "BESOS SABOR CAFÉ " Luego de un corazón roto ¿Qué sucede? Olivia se hace la misma pregunta luego de un traición por parte de su primer amor. Besos olvidados y recuerdos que se hacen presentes es lo que se tienen que olvidar. Y el pe...