Liebe mich 2 || André Schürrle

Es complicado

—Trata de entender, por favor...

—¡No! Trata de entenderme tú a mi—retrucó Sabrina—¿Tienes alguna idea de lo qué es esto? No trates de minimizarlo ¡Aún no me creo que sigas ahí tan tranquila!

—¿Crees que estoy tranquila? ¡No presumas de saber cómo me estoy sintiendo!

—¡Si André no hubiese enfermado, jamás sabría que tiene un hijo! Seguirías ocultándolo, mintiéndole al niño, mintiéndole a todos, haciéndolo pasar por el hijo de otro hombre.

—¡Félix es mi hijo y de nadie más! Jamás le he mentido, él sabe perfectamente que Marc no es su padre.

—Sí, pero no tiene idea de quién es, jamás le hablaste de él y le has negado el derecho a conocerlo, a relacionarse con André ¡Cuando se entere no te lo perdonará!

—André no está en condiciones de saberlo, no se lo dirás.

—¡Oh claro, que lo haré!—Sabrina se puso de pie—Apenas André esté un poco mejor sabrá toda la verdad y podrá reclamarlo. Es su legítimo derecho.

—Sabrina, piensa—le supliqué—No sabemos si Félix aceptará a André como su padre, tú lo has visto, tiene un carácter muy difícil ¡Además André está casado y será padre muy pronto! ¿Qué acaso no ves el caos que vas a causar?

—Mi familia y yo tenemos todo el derecho de estar en la vida de Félix. Cuando todo esto termine y André esté recuperado, hablaremos de esto.

Parecía que todos en esa familia tenían caracteres demasiado explosivos como para que yo pudiese entenderme con ellos. Pero no habría tal, una vez que se le hiciera el trasplante a André regresaría a Barcelona, y una vez en la seguridad de mi casa podría sentarme con tranquilidad y pensar en los pasos a seguir.

—Si alguien tiene la obligación y la responsabilidad de decir la verdad soy yo. No te atrevas a decir una sola palabra o te aseguro que no me vuelves a ver un pelo a mí o a mi hijo.

—¿Me estás amenazando?

—Es una advertencia... cuando sea el momento hablaré con todos, pero si me presionas me vas a conocer.

—¿Conocerte? ¿De verdad crees que no sé quién eres en realidad, Daniela Cordero? ¡André me habló de ti, pasó meses lamentándose por tus decisiones estúpidas sin saber que estabas esperando un hijo suyo!

Dejé la televisión ni bien supe que estaba embarazada. Me dediqué a la prensa gráfica y a escribir artículos para Cosmopolitan en España, dado que había cada vez más mujeres interesadas en el mundo del fútbol. Había vuelto a la televisión hacia apenas un año y conducía un magazine de actualidad, además de un programa de radio. Mi vida se había encarrilado nuevamente, y salvo algún que otro episodio con Félix, que me obligaba a salir corriendo, no tenía mayores problemas. Pero había hecho de mi vida un misterio, tanto como se pudo.

—¡André rehízo su vida! Para cuando Félix nació el ya estaba con otra mujer, no me aparecería en su puerta con un niño cuando todo lo que quería era que fuese feliz.

—¡No tenías por qué tomar esa decisión sola! ¡¿Qué sabias de lo que André quería?!—Sabrina se tomó la cabeza con ambas manos—¿Sabes qué? Esta conversación no tiene sentido, no quiero seguir hablando contigo.

Y hacia muy bien, porque yo no negociaba con nadie cuando se trataba de Félix. Mi hijo era mi responsabilidad y yo no la delegaba en nadie. Bajé a buscarlo a la sala de espera, donde se había quedado con los padres de André y me deparé con otra ingrata sorpresa: Marc.