El trasplante de medula ósea tiene básicamente tres fases: quimioterapia, aplasia medular (el trasplante propiamente dicho) y la recuperación. Como ahora tenía médula completamente nueva los síntomas posteriores eran sumamente molestos: picazón en todo el cuerpo al punto de enloquecer, ardor en la planta de los pies y las palmas de las manos, y lo que era peor, en los ojos. Aunque también tenía aspectos positivos, las llagas de la boca comenzaron a sanar y la hematóloga dijo que este era el primer efecto de la recuperación medular. Las nauseas y vómitos comenzaron a ceder lentamente y esto me infundió nuevos ánimos.
Fueron aún más días de internación después del trasplante. Durante cuatro semanas no haría más que entrar y salir del hospital todos los días, quedándome hasta seis horas diarias para recibir más medicación. Pero ahora me iría a casa, estaba curado, era libre... aunque por tiempo indeterminado. Tendría que controlarme al menos una vez cada año.
Bina insistió con la silla de ruedas pero la abandoné ni bien puse un pie en la calle. Era un día ventoso pero claro, repleto de buenos presagios. Sonreí ampliamente al ver la casa llena de globos azules, flores y carteles de bienvenida. Frank, John y todo el equipo estaban ahí, apretujados pero con ganas de celebrar. Salí al balcón, a contemplar la bóveda celeste tachonada de estrellas, y le di gracias a todas por el milagro concedido. Un milagro surgido de la persona que más amaba en el mundo.
Todos dormían profundamente después de dos años de malos ratos, de sinsabores y desesperanzas, pero yo estaba más despierto que nunca. Recorrí el corredor hasta la habitación que Danielle había ocupado, su presencia parecía aun flotar en el aire silencioso. Las cajas con los juguetes estaban pulcramente ordenadas en un rincón, sabía que no se los llevaría. La conocía lo suficientemente bien como para saber que querría desaparecer sin dejar rastros. Lo que me sorprendía era que aún después de tanto tiempo de conocernos todavía se creyera más lista que yo. Sabrina parecía constipada de tanto guardar secretos pero yo no necesitaba que me dijera nada, porque muy en el fondo siempre lo había sabido. Estaba todo escrito en los ojos de ese duendecillo que tenía su sangre y la mía. Hubiese querido tenerlo cerca más tiempo pero no era el momento, ni para él ni para mí. Bina no sospechaba nada, era religiosa y creía en milagros, no en algo tan certero como la ciencia y el llamado de la sangre.
Sabrina tenía un gesto cerrado en el rostro cuando golpeó la puerta del cuarto.
—Özil está aquí—bufó, poniendo los ojos en blanco.
—Sab, pasaron quince años ¿Por qué no lo superas?
—¡Cállate!—golpeó el suelo repetidamente con el pie—¿Qué hago? ¿Le digo que vuelva después?
—¡Claro que no! Dile que entre...
Mi hermana y Mesut tuvieron un breve aunque intenso amorío adolescente. El problema era que él encontraba bonitas a las hermanas de todos. No creo que Sabrina tenga recuerdos muy encantadores de mi etapa en los seleccionados juveniles.
Él le lanzó una mirada provocativa por encima de sus gafas Ray-Ban haciéndola enrojecer como si estuviera bajo el vitral de una iglesia. Sabrina le mostró el dedo medio y salió echando chispas.
—Sabrina sigue igual de simpática que siempre—se carcajeó con ganas.
—¿Por qué sigues molestándola?
—Porque me hace gracia lo fácil que es hacerla enojar—me arrojó una bolsa de regalo.
Sonreí de medio lado al ver la casaca del Arsenal firmada por todo el equipo.
—Gracias, necesitábamos algo para trapear los pisos.
Me guiñó un ojo con gesto cómplice y se levantó a echar un vistazo al pasillo antes de cerrar la puerta del cuarto.
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Liebe mich 2 || André Schürrle
FanfictionTras su escandalosa separación de Marc ter Stegen, Danielle ha logrado rehacer su vida y formar una (extraña) familia. Siempre concentrada en su profesión, Danielle se ha acostumbrado a la soledad y a sentir emociones solo para la cámara. Un rutinar...