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Febrero, 2021.

Era un nuevo día, un nuevo día en el que volvía a contar las horas para verte y, cada vez me hacía más feliz saber que la distancia se borraría pronto. Corría por toda la casa mientras me vestía con rapidez, iba algo tarde a una cita importante y, estaban a punto de venir a recogerme. Mientras me colocaba una de las botas peluditas que Hyoseon me había regalado por uno de mis cumpleaños a la vez que guardaba todo lo que necesitaría ese día en mi bolso. Comenzó a sonar mi teléfono móvil indicándome que aquella persona había llegado. Terminé de colocar la bota para retocarme el pelo y mirarme al espejo por última vez; me sentía feliz, me sentía llena, veía a otra Haneul muy distinta y eso me hacía sonreír, de nuevo volvía a ver el brillo de mis ojos.

Me despedí de mis compañeras de piso avisándolas de que me encontraría fuera durante toda la mañana. Bajé con rapidez las escaleras olvidándome del ascensor ya que tardaría mucho más porque, aunque la persona fuera de confianza, quería ahorrarme las bromas que solía hacerme de lo muy dormilona que era y de lo mucho que siempre me olvidaba de él. Llegué al portón recuperando el aliento a la vez que divisaba el coche de mi amigo al que no pude evitar sonreír cuando este me saludó.

—¿He tardado mucho? —Pregunté entrando con rapidez en el coche al sentir como el frío del invierno se adentraba por cada una de mis extremidades. Le miré buscando una respuesta a mi pregunta y me dedicó una sonrisa brillante al verme, cerrando totalmente los ojos.

—Yo diría que has corrido media maratón solamente para que no me meta contigo —dijo en tono burlón provocando que le dedicara una mala mirada. Rió con maldad.

—Anda y mueve el coche no vaya a ser que cambie de opinión en pegarte —bromeé provocando que ambos riéramos ante mis palabras. Obedeció mis órdenes arrancando el coche y encendiendo el hilo musical del mismo dejando que las primeras palabras de la canción salieran de mis labios.

Comenzó a conducir con tranquilidad mientras hablábamos. Él me contaba sobre lo mucho que había disfrutado la anterior semana con sus amigos de la Universidad ya que habían hecho como una despedida —algo parecido a lo que hacen las hermandades en las películas americanas— para los alumnos de último año que, como yo, vivían lejos de la ciudad o en otras partes del país. Habían hecho varias fiestas, juegos, actividades, muchas cosas que tenían pinta de ser divertidas. Yo mientras, le contaba mis planes para la vuelta a Busan y todo lo que había intentado disfrutar de mis últimos días en la capital.

—Haneul, ¿puedo decirte algo? —Asentí aunque no pudiera verme por estar atento a la carretera—. Hacía tiempo que no te veía brillar tanto como hoy, realmente te ves feliz —sonreí ante sus bonitas palabras porque, al igual que yo lo había notado, él también.

—Incluso hoy me he maquillado, eso ya es un paso bastante grande —bromeé provocando que riera. Continuamente me regalaba cosméticos porque, siempre había sido una gran amante de la moda y el maquillaje pero, como no solía estar de muy buen humor, tenía mi maquillaje muerto de la risa en el neceser.

—Realmente estás preciosa, si Jungkook te viera, seguramente se volvería a enamorar de ti otra vez —le pegué a modo de broma mientras sentía que el rubor llegaba a mis mejillas. Me moriría si me decías que estaba preciosa, me provocarías un paro cardiaco si eso sucediera.

Hoy era uno de esos días en los que me permitiría escribirte lo que llevaba puesto, no solía gustarme ya que, siempre pensaba «¿y si me imagina demasiado sexy?», a veces eras un poco pervertido y no me apetecía que hicieras cosas obscenas pensando en mí —vaya, que pura me había vuelto ah— porque, eso ya lo reservaríamos para otro momento.

Remember Him ↠ Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora