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Febrero, 2021.

Mi corazón latía con rapidez y un cosquilleo se mantenía en mi vientre a medida que el momento se acercaba. Estaba terminando de preparar las cosas que llevaría a tu piso y, no me podía creer que en cinco minutos Jimin llegaría a casa de mis padres para llevarme ahí. Respiré hondo armándome de valor para afrontar todos los sentimientos que recorrían mi cuerpo porque, era imposible evitar ponerse nerviosa cuando llevaba años deseando llegar hasta este momento en el que nos encontraríamos.

Mi mente no dejaba de preguntarse, «¿estará más guapo? ¿Su voz habrá cambiado? ¿Habrá ejercitado más? ¿Seguirá cantando igual de bien que antes o habrá mejorado? ¿Tendrá el mismo corte de pelo? ¿Su apariencia será como la recuerdo?» Muchas preguntas sin respuesta aparecían, cosa que cada vez me ponía más ansiosa y nerviosa de comprobarlo. Volví a respirar hondo mientras bajaba apresurada ante la llamada de Jimin desde el coche.

—¡Suerte cariño! —Me deseó mi madre cuando estaba a punto de salir por la puerta. Volví sobre mis pasos para darle un beso en la mejilla y alborotar los pelos de mi pequeño hermano.

—Gracias mamá, ¡no sé si volveré antes de la cena! —Anuncié volviendo a la puerta para colocarme los zapatos e irme no aplazando más la situación.

—No te preocupes Haneul, tú ve a verle —sonreí ante sus palabras y decidida llevé mi mano al pomo de la puerta.

Volví a sentirme insegura porque, ¿quién me decía que en realidad seguíamos sintiendo lo mismo que cuando éramos adolescentes? Con la mano temblorosa abrí la puerta despidiéndome por última vez e ignorando los comentarios de mi mente, intentando mantenerme positiva como acostumbraba a hacer. Si mi corazón seguía acelerándose ante la mínima idea de poder tenerte entre mis brazos quería decir que realmente seguía enamorada de ti. Cerré la puerta detrás de mí suspirando a la vez que agarraba la tira de mi mochila y me giraba en busca de subirme al coche. Me subí en el coche de Jimin sin pensármelo mientras él me miraba con una sonrisa y yo sentía que vomitaría de los nervios.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó con esa sonrisa burlona aún en sus labios casi haciéndome que le golpeara, ¿cómo podía estar tan feliz y yo tan nerviosa? El mundo era injusto.

—Como no te andes te vomitaré en la alfombra del coche, y no quieres eso, ¿verdad? —Añadí mientras dejaba mi mochila entre mis piernas haciendo que riera ante mis palabras. Colocó las manos sobre el volante buscando salir del aparcamiento e introducirse en la carretera.

—Me lo tomaré como que estás un poco nerviosa —comentó con un tono de broma que me irritó por un instante. De verdad terminaría golpeándole.

—¡¿Un poco?! —Exclamé más alto de lo que esperaba debido a los nervios que sentía. Miré hacia el paisaje que me rodeaba buscando un poco de tranquilidad y admirando lo mucho que Busan había cambiado estos años porque le terminaría golpeando y él era la única opción para ir al piso que compartíais.

Busan estaba realmente cambiada. Tenía un aspecto mucho más juvenil que antes y se veían menos niños por la calle que en la época en la que yo era más pequeña. Habían mucho más edificios que parecían estar habitados haciéndome comprender que, cada vez vivía más gente en mi maravillosa ciudad natal. Sonreí dejándome llevar por la tranquilidad que me transmitía aquel parque que, estaba algo renovado con nuevos puestos de comida y más lugares para que los niños pudieran divertirse.

—Un poco bastante —admitió por mí provocando algo de calor sobre mis mejillas. Al menos estaba consiguiendo que me tranquilizara un poco—. Tranquila Haneul, es Jungkook no te va a comer —bromeó con un tono de picardía que me hizo mirarle de mala manera. Lo retiro, no estaba consiguiendo que me tranquilizara.

Remember Him ↠ Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora