La Hija De Richter //Diabolik Lovers//

Capítulo 3

Por los pelos

-E-esperen no... ¡Alejense!-

El castaño tenia mis brazos fuertemente agarrados en mi espalda imposibilitando que me moviera con libertad, mientras que frente a mi se encontraba Ayato arrodillado entre mis piernas con mi camisón en sus manos.

-Hmm, las tienes tal como me gustan, grandes y redondas-
Soltó una risa burlesca mientras sujetaba mis senos en sus manos palpando su forma.

Mis ojos se dilataron al ver sus acciones e inmediatamente comencé a forcejear y a removerme con fuerza para alejarlo, causando risa en los trillizos.

-¡Sueltenme!¡No les dejar...!-

Kanato me interrumpió al tomar mi rostro y unir sus labios a los mios. -Cierra la boca, no queremos que Reiji arruine la diversión- E inmediatamente volvió a introducir su lengua besándome de una forma brusca.

Ante esto le siguieron sus hermanos. Laito deslizó una de sus manos por mis muslos hasta adentrar sus dedos por debajo de mi ropa interior, a la vez que lamia mi clavícula, mientras que Ayato besaba y lamia mis pechos.

No podía librarme, era inútil, y mis vanos intentos de resistirme solo provocaban mas diversión y excitación en ellos .
Solté un gemido lastimero, el constante toque de los dedos de Laito en mi feminidad junto a los besos de Ayato en mis pechos estaban surtiendo efecto en mi cuerpo. Dejé escapar un gemido sin querer, el cual quedo atrapado en los labios del pelilila, quien a su vez intentaba bajar del todo mis bragas, la única prenda que me quedaba.

Hasta que la oportunidad se dió.

Kanato había abandonado mis labios para dirigirse a uno de mis hombros y prepararse a morder,  dejándome la oportunidad de gritar.

-¡¡R-Reiji...!!-

Instantáneamente Kanato cubrió mi boca con su expresión exaltada y enojada, provocando que los demás se detuvieran y me miraran de la misma forma.

Se quedaron en silencio unos minutos estando atentos por si se oía algo, pero nada, todo seguía en silencio, cortando mis esperanzas de zafarme de ellos.

-Que lastima perrita, Reiji no vendrá a rescatarte como creías- Laito fingió pena al hablar para luego reírse socarronamente en mi oído, volviendo a su labor de estimular mi sexo.

-Te mereces un castigo por casi arruinarle la diversión Ore-sama- Ayato se alejó un poco de mi y de un tirón logró bajarme las bragas hasta las rodillas. Tiró de mi alejándome de sus hermanos y arrojándome bruscamente en la cama. Luego dirigió sus dedos a mi entrada acariciando mi hendidura por completo, provocando que cerrara mis ojos y corriera un poco mi cabeza hacia atrás en respuesta. Sus hermanos no tardaron en unirse a él. Sin embargo, en cuanto estuvieron por acercar su rostro para morderme, la seria y algo enojada voz de Reiji se hizo escuchar. -¿Ésta es su irrespetuosa forma de tratar a nuestra invitada?-

Instantáneamente mis ojos se abrieron con sorpresa y al verlo removí mi cuerpo con fuerza intentando zafarme y llegar hasta él.

-Sueltenla de una maldita vez-

Los tres chicos obedecieron a regañadientes soltándome con lentitud, viendo como mi cuerpo desnudo corría hasta quedar atrás de Reiji, quien sólo me observo sin ninguna expresión en su rostro.

-Retirense y vayan a arreglarse, no pienso llegar tarde al instituto por su culpa- objetó con frialdad tanto en su voz como en su mirar.

Antes de desaparecer los trillizos me dedicaron una mirada enojada, que ignoré completamente agachando la mirada mientras me acercaba un poco mas al pelinegro, siendo este testigo de todo.

-G-gracias... Reiji-san. Por un momento creí que no me habías... escuchado-

Levanté la mirada al no recibir respuesta encontrando la suya tan seria y fría como siempre.

-Termina de arreglarte-
Y sin mas se dio la vuelta saliendo de la habitación.

Solté un sonoro suspiro irritado y envolví una de las sabanas alrededor de mi cuerpo. Me daría una ducha antes de irme, me sentía sucia y llena de sus salivas.

Tomé mi uniforme y termine de alisar mi cabello para dirigirme escaleras abajo, encontrando a los seis hermanos ya listos para partir. Subimos a la limusina y me coloqué al lado de Reiji sintiendo las miradas penetrantes de los trillizos, cosa que traté de ignorar mirando por la ventana mientras el coche comenzaba a alejarse de la mansión.

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Asxhdfss

Siempre me gusta cortar el salseo jajajaj

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Arigatou!