Capítulo 7

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Intentar escapar... no es una opción recomendable...


Alejé a aquel pelilila de mi con un fuerte empujón, sosteniendome de paso del mueble detrás mio para no caer al suelo por el brusco movimiento. Le dediqué una mirada enojada y volteé huyendo hacia la salida de esa habitación. Al intentar abrir la puerta fuí abruptamente detenida por Kanato, quien volvió a cerrarla con un fuerte empujón mientras me miraba con su expresión seria y fría.

No podia hacerle nada, con mi condición de humana mi fuerza se reducía notablemente, al igual que mis poderes vampíricos. Lo único que podía hacer ahora era intentar huir y sobrevivir lo mas que pudiera a sus mordidas. No podía permitirme desfallecer en estos momentos.

-Déjame ir Kanato, ya obtuviste lo que querías- Coloqué mi mano sobre la suya con la intención de apartarla de la puerta, pero en vez de eso obtuve que Kanato me sujetara del cuello con brusquedad, cortandome la respiración.

-Agh.. ¡S-sueltame!-

-Tú no me ordenas, humana inútil- Apretó el agarre en mi cuello mientras sonreía sádicamente, divirtiendose de mis inservibles intentos de alejarlo.

-Podría matarte ahora mismo. Bebería tu sangre hasta dejarte vacía y usaría tu cuerpo inerte para crear una nueva muñeca ¿No te gustaría? Tendrías hermosos vestidos decorando tu figura y yo podría peinarte y arreglarte todos los días ¿Qué dices?- Estaba enfermo... esto... esto estaba aterrandome.

-¡N...no!¡Deja...me ir!-

Comencé a removerme desesperadamente intentando rasguñarlo para que me soltara. Al carajo lo demás, ahora mi prioridad era tratar de huír de él y de sus sádicos planes.

-Vamos... estoy seguro que a mi tio no le molestaría perder su inservible experimento. Además, te estaría haciendo un favor, no le pertenecerías mas, ni tendrías que seguir obedeciendole... serías mia por toda la eternidad-

Soltó una fuerte carcajada al ver mis expresiones atónitas y mis pupilas dilatadas ante lo dicho, levantandome entre sus brazos para luego tirarme bruscamente sobre su cama, posicionandose sobre mi.

Comencé a patalear y removerme con rudeza, consiguiendo insertarle un golpe, para luego empujarlo con mis pies fuertemente. Sin perder tiempo me levanté y retrocedí varios pasos al ver su rostro con sus facciones rígidas y oscuras, asustandome cuando se volteó hacia mi comenzándo a gritar que me mataría.

Corrí hacia la puerta saliendo de la habitación y dirígiendome con suma rapidéz hacia las escaleras, en la cual por ir tan rápido tropecé y caí en los dos últimos escalones. Maldecí y pase una mano sobre mi mejilla golpeada al mismo tiempo que me levantaba del suelo, sobresaltandome al visualizar a Kanato parado al otro extremo superior de las escaleras, con su expresión sádica y molesta.

-Eres tan torpe, hasta para escapar de mi-

Comenzó a descender produciendo que nuevamente corriéra, llendo esta vez hacia el recibidor, el cual no se encontraba vacío. No sabía si se podía considerar suerte o infortunio el ver a Subaru ahí, sentado en uno de los sillones, observandome con su expresión ceñuda y molesta.

-¿Qué míras? Ve a molestar a otra parte- Su voz salió fuerte y enojada, mirándome de arriba a abajo antes de voltear su rostro a un costado.

Corrí hasta él deteniendome a unos pocos metros de su persona. El albino volvió a mirarme con irritación al ver que estaba demasiado cerca, estuvo a punto de gritarme otra vez, pero fue interrumpido por mi perseguidor, quien se encontraba parado bajo el umbral de la entrada al recibidor -¿Qué estás haciendo cerca de Subaru? ¿Prefieres más su compañía que la mia? ¡Responde!- Su tono exaltado provocó que retrocediera colocándome detrás del albino, quien sólo miró a su hermano de la misma forma que a mi anteriormente para luego levantarse y chasquear la lengua en signo de molestia.

-Tsk... dejá de gritar Kanato, me irritas-

-¡No me interesa! ¡Quiéro que me la devuelvas!- El mayor dió unos pasos completamente enojado, estirando su brazo en señal de que Subaru me aventara hacia él.

Instantáneamente traté de alejarme en cuanto sentí el brazo del peliblanco agarrar el mio con fuerza, más lo que esperaba que hiciera no pasó, en cambio, me sujetó mas a él volviendo a mirar a su hermano -Ven por ella-

Y sin más se teletransportó conmigo fuera del alcance de Kanato, por el momento.
Al cabo de un rato nos encontrábamos cerca del prado de rosas de la mansión, y separandome un poco de él le dí las gracias por salvarme del pelilila.

-No me lo agradezas, despues de todo no lo hice por ti. Sólo me pareció injusto que Kanato quiera monopolizar tu sangre, ya que yo también quiero probarla-

Volví por cuarta vez a abrír mis ojos atónita, soltando un gruñido molesto y frustrado.
Si no era uno, era el otro.

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La Hija De Richter //Diabolik Lovers//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora