Capítulo 14

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Pervertido

Unas caricias frías en la piel de mi espalda fueron las causantes de que abriera mis ojos con pesadez, moví lentamente mi cabeza y restregué mi puño en uno de mis ojos cerrados para acostumbrar la vista mientras comenzaba a bostezar.

-Ara ara, buenas tardes gatita, por lo visto has dormido bastante bien ¿no?- Esa voz alegre y canturreona fue suficiente para que abriera ambos ojos y disipara todo el sueño -¿Acaso te es mas cómodo dormir desnuda?¿O es que te has estado tocando mientras pensabas en mi?-

Luego de escuchar aquellas palabras caí en cuenta de mi estado, me había olvidado que estaba completamente desnuda y con sólo una sábana cubriendome, por lo que rápidamente me senté y aferré lo más que pude la tela a mi cuerpo, sintiendo a mi lado la característica y burlezca risita de Laito. Moví mis ojos hacia él observandolo de reojo mientras tragaba saliva disimuladamente, ya que lo primero que se me vino a la mente fue la posibilidad de que el castaño nos viera al rubio y a mi... en las mismas condiciones que la noche anterior. Rogué internamente porque Shu se hubiera ido antes de que su hermano apareciera, ya que no estaba de humor para tener que lidiar con él y con lo que sea que hubiera visto.
-¿Qué estás haciendo aquí Laito? Este es mi cuarto, no puedes entrár cuando se te de la gana- Bufé exasperada al escuchar una risa socarrona y miré el despertador en la mesita a mi lado derecho, recién eran las 16:00 pm, el sol ni siquiera se había terminado de esconder y Laito ya estaba molestándome.

Sin más opté por volver a recostarme y darle la espalda, no sin antes decirle que se fuera y que me dejara seguir durmiendo, total no teníamos que ir al instituto hoy, era fín de semana. Hizo caso omiso a mis palabras y pasó un brazo por mi cintura atrayendome hasta él. Pegó sus labios a mi oído y murmuró que se sentía sediento, que anhelaba clavar sus colmillos en mi y beber hasta la última gota de mi sangre, acto seguido pasó su lengua por éste, descendiendo por mi cuello hasta mis omóplatos. Una corriente fría invadió mi espina dorsal provocando que inmediatamente lo empujara con uno de mis brazos a la vez que volvía a sentarme sobre la cama
-¡Basta Laito, no soy tu bolsa de sangre, por favor sal de aqui!-
Bajé mis piernas quedando sentada en el filo del colchón, dándole la espalda y levantándome un segundo despues envuelta en aquella sábana blanca. Recogí mi ropa interior del suelo y me acerqué al closet buscando lo que usaría el día de hoy. Opté por un vestido sin mangas con un escote ovalado en el cuello, que en la parte superior era blanco y en la parte inferior, en donde comenzaba la falda, aguamarina, adornado con un cinto en la cintura y unas botas cortas de color canela.

 Opté por un vestido sin mangas con un escote ovalado en el cuello, que en la parte superior era blanco y en la parte inferior, en donde comenzaba la falda, aguamarina, adornado con un cinto en la cintura y unas botas cortas de color canela

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Con todo en mano me dirigí hacia el cuarto de baño ignorando olímpicamente al vampiro, quien yacía ahora sentado en el filo de la cama. Sin embargo, tras pasar por enfrente suyo, se levantó como un resorte y me atrajo hacia él tironeandome del brazo. Trastabillé hacia atrás por la fuerza ejercida y choqué contra él inevitablemente, provocando que se resbalaran aquellas prendas de mis brazos. Con su mano libre sujetó mi otro brazo y me condujo hacia la pared mas cercana, golpeando rudamente mi espalda contra el cemento y produciendo que soltara un quejido de molestia. Soltó una de mis extremidades para acariciarme la mejilla y descender lentamente hacia mi cuello, no obstante, el suave contacto no duro mucho, ya que pasó a convertirlo en un fuerte agarre -Negarte no te servirá de nada perrita. Sabes que la tomaré con o sin tu consentumiento- Ladeó brúscamente mi cabeza y enterró sus colmillos en la curva de mi cuello, absorviendo la sangre casi con desesperación.

La Hija De Richter //Diabolik Lovers//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora