Capítulo 17

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Descuidos

"Eres mi reflejo, siempre fuiste mi reflejo, siempre serás mi reflejo."

"Nunca te verá como su hija, porque cada vez que lo haga, me verá a mi."

"Verá a Cordelia... A su amada Cordelia"

Su blanco rostro quedó visible entre la negrura del fondo, luciendo soberbio y satisfactorio ante sus propias palabras. Sus labios se curvaron en una sonrisa cínica y su mirada clavada en la mia demostraba superioridad. Intenté estirar mi mano para abofetearla pero me encontré completamente rígida como una estatua, viendo como poco a poco se acercaba con sus tacones haciendo eco en mis oídos. Estiró su propia mano enfundada en su largo guante negro y acarició mi mejilla por un breve segundo.

"¡Eres mi reflejo!"

Soltó una fuerte carcajada provocando que retumbara y ensordeciera mis oídos para luego levantar su mano y dirigirla a toda velocidad hacia mi rostro...

Abrí mis ojos exaltada y por un breve momento me sentí perdida.

Mi cuerpo se sentía pesado, y a eso se le sumó las insoportables punzadas del dolor de cabeza que llegaron producto de la resaca. Llevé una mano a mi rostro y la tallé en él peresozamente con el fin de aclarar mi visión y alejar los restos de sueño. Habia soñado otra vez con esa maldita zorra.

"Eres mi reflejo"

Si antes la odiaba, ahora la aborrecía. Me enfurece tan sólo recordar su mera presencia, su repugnante rostro. Pero lo que más odiaba era que siempre me recordaría... que tenía razón, por más que lo negara o lo dejara pasar, tenía razón.

Una vez conciente, reparé en el lugar en donde estaba. Viajé hacia atrás, recordando brevemente el club, a Yuma, el intento de escalar hasta mi habitación, a Shu sosteniendome... y su habitacion. Todavía estaba en su habitacion.

Lleve rápidamente una mano a mi cuello, no había marcas. Levanté un poco las sábanas, tenía puesta una playera negra algo grande para mi y aún tenía mis bragas.

Suspiré, no había pasado nada... al menos eso pensé, ya que no estaba realmente del todo segura. Cuidadosamente levanté mi torso quedandome sentada. Si pudiera verme en un espejo ahora mismo seguramente encontraría mi cabello desordenado, mis ojos hinchados y cansinos y mis labios carentes de color por la resequedad. Completamente desastrosa.

Obligué a mi cuerpo a alejarse del calor y la comodidad de la cama mientras buscaba algún reloj que me indicara la hora que era. Al encontrarlo observé que ya eran las 7:00 pm. Todos estaban levantados ¿Cómo carajos se supone que llegué ahora a mi habitacion sin ser interceptada por alguno de los hermanos? Ya encontraría el modo.

Rebusqué en la habitación la ropa que tenía puesta anoche, seguramente Shu la dejó tirada por alguna parte. Aún sigo pensando que le habrá picado al rubio como para... ayudarme y no haberse aprovechado de mi mientras estaba en aquel estado vulnerable.

Encontré mi ropa hecha un ovillo encima del sofá y me la coloqué sin perder tiempo. Estaba arrugada, pero era mejor eso que salir con aquella playera larga que no era mia y que encima podría levantar sospechas de algo que no pasó.

Intenté acomodar con los dedos mi desordenada cabellera antes de abrir lentamente la puerta. No había signos de los vampiros, asi que salí a toda prisa y me alejé lo más rápido posible de alli.

Mi habitación estaba bastante apartada de la de Shu, y lo peor de todo era que todavía no estaba muy familiarizada con los tantos pasillos que se cargaba esta mansion, por lo que llegar a mi cuarto se estaba convirtiendo en una maldita odisea desesperante.

La Hija De Richter //Diabolik Lovers//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora