La Hija De Richter //Diabolik Lovers//

Capítulo 5

Sólo soy...
el peón en su tablero

-Toma, esta vez la poción durará mas tiempo-

Tomé de un sólo sorbo aquel líquido verdoso provocando que mi cara se contrajera por el asqueroso sabor, sin embargo, antes de pronunciar alguna queja, un vaso de agua fue puesto frente a mi. Tomé un poco para quitarme el gusto amargo y luego dirigí mi mirada carmesí hacia Richter -Gracias, padre-

Hice una reverencia y, al no obtener ninguna palabra mas de él, comencé a caminar hacia la salida de aquel cuarto extraño, mas al escucharlo llamarme rápidamente volteé a verlo. Él por su parte se cruzó de brazos un tanto molesto.
-No hagas tanto contacto con los trillizos-

Me sorprendí un poco al escucharlo y traté de calmar mi nerviosismo al verlo acercarse. Mi padre, a pesar de haber estado muy pocas veces en mi vida, era el único hasta ahora que podía leer mis pensares y emociones con sólo mirarme, por lo que de solo pensar que llegase a enterarse de lo que estuvo por pasar en mi cuarto hace unas semanas justamente con los trillizos me inquietaba, y mucho.
-Esta bien, me mantendré alejada de ellos si es lo que desea padre-

Posó una mano en mi cabeza acariciando mis cabellos iguales a los suyos con una sonrisa de medio lado, aprobando mis palabras para luego inclinarse a mi altura, mirándome con algo de frialdad -Quiero que ganes primero la confianza de Shu y Reiji, ellos tienen mas posibilidades de ser los próximos sucesores de la familia- Asentí sumisa viendo como después mi padre me sujetaba y me teletransportaba fuera de ese cuarto con cadenas.
-Te traje aquí para que me ayudes a conseguir el liderazgo de esta familia, no lo olvides-
Nuevamente asentí cabizbaja viendo como desaparecía, dejándome finalmente sola.

Me quedé frente a esa puerta analizándola con tirria. Así que esta era la habitación de Cordelia ¿eh? Aquí era en donde pasaba horas revolcándose con ella cada vez que veníamos a la mansión Sakamaki. Recuerdo que cuando era pequeña intentaba seguirlo, pero siempre me perdía y aveces él me descubría y me ordenaba que me fuera o me castigaría por desobedecerlo.

Aunque... Saliendo de mis pensamientos, observé la puerta con confusión, no lograba entender porqué estaba tan firmemente sellada con aquellas gruesas cadenas. Era un simple cuarto mas... ¿O no? Sujeté el candado que colgaba en el centro y lo observé detenidamente, parecía ser un modelo viejo y extraño.

-Tsk, está prohibido entrar ahí-
Me di la vuelta sobresaltada al escuchar una voz grave y molesta a mis espaldas, provocando que soltara el candado, haciendo que resonaran a su vez las cadenas alrededor, y volteara encontrándome con la ceñuda e irritada mirada de Subaru.
-Subaru-kun, lo siento, me dio curiosidad al verla toda encadenada. ¿Tú... tú sabes porque se encuentra así?-

Volvió a gruñir mirándome aun con el ceño fruncido para luego darse la vuelta y alejarse
-No tengo idea, Reiji lo hizo-

Lo seguí con la mirada hasta perderlo de vista, siguiendo aún confundida por su nada explicativa respuesta.

(...)

Pasado un par de horas y luego de haberme bañado me encontraba en mi habitación terminando de secar mi pelo. Estuve tentada en preguntarle a Reiji por aquella puerta, pero conociéndolo, seguramente no me dirá nada. Los trillizos Tampoco eran una buena opción, no después de la ultima vez.

Inoportunamente, tras mirar el espejo, me encontré con la mirada esmeralda de Laito, quien se encontraba recostado en la cama mirandome.

Suspire, apagué mi secador y volteé a verlo con una ceja levantada -¿Acaso es alguna manía de ustedes entrar sin permiso a la habitación de otros?-

Laito me miró con sus ojos más brillosos mientras se reincorporaba de su lugar y caminaba unos pasos hasta mi, apoyando una mano en el tocador a mis espaldas e inclinandose hasta quedar a mi altura. -Es mi mansión, puedo hacer lo que me plazca-

Rápidamente tomó mi rostro con una de sus manos y me acercó mas a él lamiendo mi mejilla izquierda. Inmediatamente traté de liberarme de su agarre con movimientos bruscos, cosa que no funcionó, en cambio provocó que me sujetara mas firme.

Levantándome del asiento, corrió mi cabello y sin pensarlo clavó sus colmillos en mi piel mientras me apegaba a su cuerpo, degustando mi sangre y disfrutando de mis pequeños gritos de dolor.

-¡S-sueltame... ya... basta!-
Abrí mis ojos como platos y apreté los dientes con fuerza al sentir sus colmillos mas profundo, haciendo del dolor cada vez mas insoportable. Mis piernas comenzaron a flaquear y por un momento creí que me vaciaría por completo, pero para mi alivio, retiró sus colmillos de mi cuello, dejándome ver como limpiaba con su lengua la sangre restante que caía por la comisura de sus labios -Es tan deliciosa... ah... siento como va saciando mi sed-

Finalmente caí de rodillas teniendo como único soporte el agarre del castaño en mis muñecas, quien no desaprovecho la oportunidad y las mordió también -Es tan rica, tan dulce... me incita dejarte marcas de mis colmillos por todo el cuerpo-

-No... no te...-

Mi voz salió en un susurro tembloroso y desesperado mientras mi cabeza se movía lentamente a causa de que me encontraba débil, provocando una fuerte risa cínica en Laito y que a su vez, me lanzara contra la cama -Suplicame, bitch-chan, resistete ante mi... eso me pone mas caliente-

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