Capítulo 10

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¿Un nuevo... pretendiente?

Nuevamente me encontraba en estado débil, con mi cuello marcado y mi vestido... bueno, si se le podía aún llamar vestido al pedazo de tela que se encontraba sobre mi cuerpo, con los tirantes rotos y cubriendome poco y nada.

Subaru por su parte, se empeñaba clavar sus colmillos y en absorber mi sangre sin dar signos de parar, manteniéndome firmemente sostenida contra su cuerpo, evitando que cayese y me separara de él.
Emití varias quejas de dolor e intenté por todos los medios empujarlo lejos de mi, pero era inútil, y mi estado débil me dificultaba cada vez más las cosas

-Su-subaru no si...sigas, p-por favor, no lo volveré a... hacer-
Mis súplicas eran inútiles, ya que sólo se detuvo para relamer sus labios y continuar mordiéndome del lado contrario. Tomó uno de mis muslos y lo alzó provocando que inclinase mi espalda hacia atrás y a su vez que mi cabeza también hiciera la misma acción, producto de que ya no podía sostenerla por mi cuenta.

Subaru intentó retirar aqulla tela de mi cuerpo, pero fue interrumpido por unos golpes en mi puerta, haciendo que levantara su cabeza fastidiado, sin soltarme en ningún momento.
No le dio importancia a los toques y volvió a bajar su cabeza para seguir con lo suyo, pero, sin previo aviso, la puerta se abrió dejando ver la esbelta figura de KarlHeinz tras ella, sorprendiendonos tanto a él como a mi.

-Subaru-kun, déjala tranquila ¿No has absorbido ya suficiente?- Su voz calmada y falsamente amable no hizo más que enojar al albino, quien me sujetó mas firme contra él.

-¡¿Qué haces aquí?! ¡Vete, esto no es asunto tuyo!- Gritó enojado mientras se posicionaba frente a mi.

-Sólo mírala, está muy débil Subaru y la necesito viva, tenemos una charla pendente que continuar- Dio unos pasos para adentrarse a la habitación, manteniendo una leve sonrisa en su rostro al ver a Subaru tratando de alejarme de él.

-¡Olvídalo. Ella se queda conmigo!- Bruscamente tiró de mi y retrocedió con furia plasmada en sus ojos rojos -¡Vete ahora o te sacaré yo mismo a patadas!-

Karlheinz rió con altanería y lo miro desafiante -No me hagas perder el tiempo- Velozmente se teletransportó a mi lado y tomó mis hombros desapareciendo a ambos del cuarto, dejando a Subaru entre sorprendido y furioso por su acción.

(...)

En un parpadeo aparecimos en otra habitación elegantemente decorada. Había muebles de madera oscura con aspecto caro, una mesita de café larga y de cristal en el entro del lugar, rodeada de finos sillones de terciopelo rojo que hacían conjunto con las cortinas bordadas del mismo color, una alfombra rojo vino con detalles en dorado decorando el suelo y una hermosa vista de las rosas detrás del cristal de la ventana. Aquello se veía muy bello.

-Esta muy hermoso ¿no?-
Dirigí mi mirada al mayor, asintiendo en respuesta. Lo ví hacer una seña con sus manos invitándome a tomar asiento, lentamente y con incomodidad, debido a mi horrible apariencia gracias a Subaru, acaté a su pedido.

-Tengo un obsequio para ti, querida. Espero que sea de tu agrado- Caminó unos pasos tomando una gran caja adornada con papel de regalo negro y una cinta plateada con un gran moño en el centro, dejándola frente a mi. Dudé si abrirla o no, pero al final terminé cediendo. Tomé entre mis manos la tapa, retirándola y encontrándome con un hermoso vestido largo de color negro y sandalias de tacón de igual color.

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-¿Qué dices, aceptas mi regalo?-

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-¿Qué dices, aceptas mi regalo?-

Quede estupefacta ante aquella deslumbrante prenda ¿Cómo supo que los vestidos de noche eran mis preferidos? Aunque... tal vez haya sido sólo una coincidencia.

Abrí y cerré los labios sin saber que decir. Quería negarme, pero KarlHeinz se adelantó, diciendo que le gustaría que me lo probase. Lo miré abriendo mis ojos como platos, ¿No pensará que me cambiaré frente a él? ¿O si? Al parecer adivinó mis pensamientos, ya que se volteó y se alejó unos pasos diciéndome que podía comenzar a vestirme. Intercambie miradas, algo temerosa, entre el vestido y él. Sin perder mas tiempo me volteé dándole la espalda y me despojé de mis ropas para cambiarme rápidamente -P-puede mirar ya... KarlHeinz-sama-


Obedeció y al hacerlo me inspecciono con una sonrisa en sus labios, se acercó hacia mi para tomar mi mano y me halago diciendo que aquel vestido me quedaba perfecto. Agradecí por su cumplido en voz baja y agache la mirada al verlo tan cerca de mi -Eres una mujer muy hermosa Nagase, me pregunto cuantos pretendientes hay detrás de ti-

-No los tengo, Richter-sama... él dice que no desea ningún pretendiente para mi- hablé sin levantar la vista.

Lo sentí soltar una risilla, colocando su otra mano en mi cintura, acercándome levemente a él -Pues estoy seguro que aún así debes tener bastantes-


Retuve el aire temblorosa e incomoda, intentando pensar en alguna forma de alejarme.
No tenía en mis planes que mi tío KarlHeinz se "interesara" por así decirlo, en mi.

¿Debería considerarlo algo malo, o... una ruta mas fácil para conseguir lo que mi padre tanto desea?

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La Hija De Richter //Diabolik Lovers//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora