CAPÍTULO 19

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- ¡Joder! - Exclamó el Escorpiano Toby. - Sergio nos citó en este patio de entrenamiento a las cinco de la mañana y ya van a ser las siete.

- ¡Eso! - Dijo Iván. - ¿En dónde estará? Él no suele llegar tarde.

- Cállense ya. - Dijo Xiomara, escorpiana también. - Va a oírlos y saben lo aterrador que es Sergio cuando se enfada.

- No tienes de qué quejarte. - Le comentó un compañero X de su misma academia. - A ustedes las mujeres apenas les alza la voz o mira de esa forma en que nos mira a todos cuando se enfada, con nosotros sí que se pone peor que demonio.

Sam escuchaba conversar a sus compañeros. No sabía si intervenir, pues últimamente Sergio estaba siendo más suave, ya no era tan cruel como antes. Notoriamente el asunto de Ofiuco le había estrellado la cara contra el suelo.

El líder Escorpiano apareció unos minutos despues, serio, bien presentado como siempre y con la mirada fija en sus pupilos.

- ¿QUÉ LES PASA? - Gritó Sergio.-¿NO SABEN DECIR BUENOS DÍAS O QUÉ? ¡Eso se les enseña desde la guarderia,mocosos!

Silencio.

- Está usted tarde. - Dijo André.

- ¡Dos horas tarde, lo sé, no me señales lo evidente! - Bramó el líder. - ¡Conozco mi falta, idiota! ¡Ahora corran doce vueltas a este campo, sin parar! ¡Y NO QUIERO QUEJAS, QUE ME HAN HECHO ENFADAR!

Sin protestar, todos echaron a correr.

- ¡TÚ! ¡SÍ, TÚ, SAM, VEN AQUÍ! - Ordenó Sergio. - ¡Los demás sigan corriendo! ¡SI VEO A ALGUIEN PARAR LE DARÉ UN CASTIGO DE OCHO VUELTAS MÁS A TODA VELOCIDAD!

- Qué raro anda Sergio. - Comentó Paolo mientras corría.

- Es él el que llegó tarde y nos tira la bronca a nosotros. No hay derecho. - Protestó Kiara, disgustada por el inusual comportamiento de su padrino.

Sergio cerró los ojos mientras Sam se acercaba. Diablos, de haber llegado a la hora exacta mis muchachos no tendrían que calentar o entrenar con este sol de mierda. Pensó. Anna, a la próxima procura no dejarme despierto tanto tiempo... Y cierto rubor se le subió por milisegundos al rostro.

- Señor, - Dijo Sam. - ¿Pasa algo?

- Pasa todo. - Fue la seca respuesta de Sergio. - Vente, que tengo una tarea especial para ti.

..................

Sam echó un vistazo hacia sus compañeros que corrían sin parar, y luego miró a su maestro, quien estaba parado frente a una piscina honda.

- Este es un ejercicio de supervivencia. - Dijo Sergio. - Si no actúas rápido simplemente pederás el conocimiento y morirás en cuestión de segundos.

- ¿De qué se trata? - Preguntó Sam.

-Se trata de un ejercicio muy básico que cree para ti, que eres cúspide Libra-Escorpio, aire-agua, tendrás que usar ambos elementos para salvar tu vida o estarás perdido.

- ¿Pero cómo...? - Iba a preguntar Sam, pero Sergio le pegó un empujón con el cual lo tiró al agua. Acto seguido, el líder Escorpión jaló una palanca y el techo de madera sólida de la piscina se cerró sobre esta, dejando poco más de un centimetro de distancia entre la superficie de esta y el grueso plano de madera.

- Sal de ahí como puedas. - Escuchó Sam decir a Sergio, el chico aguantaba la respiración como podía, y no estaba seguro de poder aguantar demasiado ya que el empujón le había tomado desprevenido. Sentía que si no se daba prisa, iba a morir ahogado, y no solo eso. Ver hacia arriba y descubrir un techo compacto y pesado lo angustiaba. Acercó la cabeza a la superficie y asomando su nariz, intentó respirar un poco del poco aire que había entre el la piscina y el techo, logrando que parte del agua se metiera por sus fosas nasales. ¿Qué iba a hacer ahora?

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