En el comedor las mesas eran largas,muy largas.
Cada academia, desde Aries hasta Piscis, tenía dos mesas y en cada una cabían por lo menos ochente estudiantes.Los simpáticos Capricornianos entraron primero, seguidos de cerca por los los justos Librianos.
Los Aquarianos entraron gastando una que otra broma, aunque la mayoría de ellos estaban un poco enfurruñados por haber sido despertados tan temprano.
Pasaron los Cancerianos. Ellos, cómo no, bastante tranquilos, conversando sobre distintos temas.
Sagitario. Ellos, bueno, no hay mucho que decir. Son sumamente competitivos, y entraron rápidamente para tomar los que consideraban los mejores asientos en la mesa.
Uno a uno fueron llegando todos. El ambiente era alocado y divertido, hasta que aparecieron los Arianos y a su lado, aunque considerablemente alejados, los Escorpianos.
El lugar se puso tenso.
Sergio, el líder de los Escorpianos, miró a Arian, el líder de los Arianos. Sostuvieron miradas bastante rato, hasta que la enorme campana sonó, y tuvieron que dejar de mirarse y sentarse para comer.
Sam tragó saliva. No sabía como hacer para encajar ahí, con los demás Escorpianos. Él hace poco había dejado de ser Libra, y pese a que sabía por André, Iván y Toby que la gente de su academia nueva era bastante sensible, su dignidad no les permitía demostrarlo.
- Alza la cara. - Le ordenó Sergio, enderezándolo con la cara de madera. - Y no...
- No desviaré la mirada. Ya lo sé.
Sergio lo miró un rato y Sam se forzó a sostenerle la mirada. En la academia Libriana se aprendía a vencer el miedo hacia otras personas. Sergio daba miedo. En realidad, todos los Escorpianos daban miedo. No eran como los Libra, que vencían el miedo. Ellos NO sentían miedo.
Al menos,eso fingían.
Las doce academias eran regidas por los catorce directores. Todos ellos eran cúspides. Por ende, más poderosos. El señor Fugán, uno de ellos, se paró en el escenario del comedor y empezó a hablar.
- ¡Hermanos y hermanas aquí reunidos, hoy daremos paso de nuevo a un precioso amanecer...!
- ¡Vaya al grano!
Todos voltearon a la mesa de los Leo, lo cual no sirvió de nada, pues siendo ellos los más orgullosos de los doce, no dañarían la reputación de su academia solo por un payaso que se atrevió a faltarle el respeto a Fugán, Señor cúspide Géminis-Cáncer.
Fugán se quedó callado un rato y prosiguió con la misma charla matutina de siempre.
- Qué aburrido. - Le dijo Sebastían a Julián. Los dos, de la academia Aries, estaban tan aburridos como los demás signos de la misma charla de siempre.
Se miraron un rato.
- Sé como solucionar esto. - Dijo Jean, un Ariano también,que los había escuchado, lanzándo un par de miradas a los Escorpianos, sentados en una mesa, escuchando en silencio como los Virgo lo que decía Fugán.
- No...- Dijo América, una chica de la academia Cáncer. - ¿Están locos? Van a hundirnos a todos.
- Cállate. - Le dijo un Sagitariano. - Se lo merecen.
Los Arianos sonrieron con algo de malicia, y uno de ellos hizo un gesto con las manos a la vez que murmuraba:
- ¡Tope de carnero!
Un pequeño balín rojo salió disparado hacia Sam, pero por desgracia, le cayó a Elías, uno de los Escorpianos más fuertes de su academia.
Y la broma no le hizo ninguna gracia.
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Academia Escorpiana
Fiksi IlmiahDentro del enorme instituto de los doce signos zodiacales, Sam es un muchacho de 15 años bastante débil y quien por la fuerza deberá adaptarse a su nueva academia, la de los Escorpianos tras haber dejado ls de los Libra, y en donde donde mostrar sen...