CAPÍTULO 22:

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Los doce líderes de las academias salieron a confirmar que era lo que ocurría cuando escucharon gritos. Si se trataba de Ofiuco entonces todos estaban en graves problemas. Muchos alumnos mayores hacían el ademán de proteger a los más pequeños de la academia pero no era muy fácil.

- ¡Mamá! - Gritó un chiquito de unos ocho años de la academia Virgo. George, alumno Capricorniano, logró avanzar hacia él y quitarlo del camino antes de que una flama enorme cayera sobre el pequeño.

- ¿QUÉ CARAJO ES ESO? - Gritó el chico.

Había un ser que parecía hecho de agua y tierra, pero llevaba los cuernos de Aries, en mano un arma que se asemejaba a la balanza de Libra y en la otra llevaba algo que parecía un rosario de acero de Virgo.

- ¡TERREMOTO TAURINO! - Gritó William, de la academia Tauro, dando un golpe al suelo, haciéndolo temblar y provocando que el monstruo se tambalee, a la vez enfureciéndolo y provocando que le mande un golpe de aire cargado de una presión de varias toneladas.

Aunque William no reaccionó a tiempo, Kasumi detuvo el ataque con un brazo, creando una clase de barrera de aire mientras Mirai saltaba hacia él, y tras formar con su mano lo que parecía una espada de agua con empuñadura de caparazón de cangrejo, atravezó la clavícula de el enorme ser, quien apartó a la canceriana de un manotazo, dándole apenas el tiempo justo para que esta aterrizara como era debido en lo que Jael sacaba a William del camino para, con un puño formado enteramente de roca y tierra, le diera un feroz puñetazo al monstruo.

- ¡Señor! -Gritó alguien, Sergio volteó al reconocer la voz de Iván, quien venía seguido del resto de escorpianos. - ¿¡Qué sucede!?

El monstruo volteó hacia los jóvenes muchachos, quienes tomaron posición de ataque.

- ¡Largo de aquí! - Gritó Sergio. - ¡ESTE NO ES ASUNTO SUYO!

Arian había conseguido, mientras tanto, darle un buen golpe al ser con el puñetazo de los cinco carneros, pero sin embargo, el monstruo se había defendido luego de ser agredido y había mandado al Ariano a estrellarse contra el suelo.

- ¿Estás bien? - Preguntó Sergio. El ariano asintió mientras se levantaba.

- Yo soy más fuerte que tú, Sergio, y lo he dejado claro.- Respondió.

- No me hagas reir. - Fue la respuesta del líder escorpiano.

- ¡CUIDADO! - Gritó Jeff, empujando a sus dos compañeros fuera del camino antes de que un poderoso puñetazo de fuego y tierra sólida cayera sobre ellos. Los tres terminaron en el suelo y Jeff les mirò furioso. - ¡No se queden tan entretenidos hablando ahí, que todos corremos peligro!

- Eso ya lo sé. - Gruñó Sergio, poniéndose de pie y tomando posición de ataque. - No me repitas lo obvio. - Y sonrió con malicia.

Sus puños comenzaron a tomar aura de unas poderosas pinzas y daba la impesión que tras él salía una enorme cola con un aguijón que daba terror. El escorpiano líder recargó agua negra sobre sus puños y se lanzó sobre el monstruo.

- ¡TÉCNICA ESCORPIO NÚMERO 6, GOLPE DE MAR TURBIO!

E impactó sus puños sobre el monstruo, dejándole dos agujeros considerables en el pecho. Sin embargo el ser golpeó a Sergio,apenas dándole tiempo de caer de pie y se rió.

- ¡Ninguno de sus inútiles ataques servirá conmigo, bola de idiotas!

En ese momento un golpe por la espalda lo hizo callarse y casi gritar de dolor. Al voltear vio a un muchacho de cabellera color subio oscuro de aspecto despeinado. El chico tenía un gesto arrogante en el rostro y en su sudadera llevaba el símbolo de Aries.

- Mocoso... Cómo te atreves...

- ¡Cierra la boca, monstruo de mierda! - Gritó Caleb, recargando fuego en su mano y golpeando al ser con la fuerza de un toro. El ser cayó y rompió un muro, dando poco tiempo a los demás de correr y poner a salvo a los más chicos.

- Insolente. - Gruñó el monstruo. - ¿Eres un cúspide, o no?

- ¡Qué bueno que te hayas enterado! - Se burló Caleb, recargando otro golpe, cuando en eso un puño de ese ser surgió del aire listo para machacar al muchacho.

- ¡CALEB, CUIDADO! - Gritó Bruno el Leonino. El chico volteó, pero antes de que ese golpe le tomara desprevenido, Arián lo tomó como quien carga a un costal de papas y lo quitò del camino.

- ¡¿Pero que coño crees que haces?! - Gritó el Ariano líder, dándole un golpe en la cara a Caleb. - ¿¡Acaso creías que por ser un cúspide podías derrotarlo!? ¡Aún no eres más que un mocoso!

En ese momento el lugar se llenó de doce energías muy poderosas,y al voltear todos, vieron a los ancianos cúspides. Todos y cada uno de ellos se miraron, alzaron sus bastones y apuntaron al monstruo. Con un ataque de cada uno de sus signos y elementos combinados a 48, el ser gritó y comenzó a deshacerse en cuanto el poder de los cúspides hubo caído en él.

- Genial... - Dijo Ángela, chica libra.

- Es realmente admirable...- Asintió Ramón, el ariano.

Poco a poco los rugidos del ser se terminaron y este quedó reducido a polvo, uno que pronto se dispersó por la suave brisa del verano.

- Y esto, - Dijo Kimi, la cúspide.- No ha sido más que un esbirro de Ofiuco. Imagino que ya tendrán una idea de a qué se enfrentan.

- Su señoría. - Dijo Hideo. - Eso quiere decir que...

- Qué más vale que estén listos. - Dijo Fugán. No más preguntas. - Miró al muro destrozado. - Y que alguien por favor arregle eso.

Mientras Hideo, Jael y Maurice volvían a alzar el muro, Annabelle se acercó a Sergio.

- Entonces...

- Tengo que empezar a hacer más fuerte a Sam. - Dijo él. - Ahora. Ya no hay peros que valgan.

Anna asintió y miró a la destrucción que había dejado ese ser. El día que llegara el verdadero Ofiuco, estarían todos en serios problemas.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2017 ⏰

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