IV

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Quiero hacer una pequeña pausa en este avance de la historia y contarte una cosa. Ella no era de comprar regalos ni esas cosas, era más bien de hacer cosas a mano, siempre se esforzaba en hacerme algo aunque no fuese un día especial. Y con eso no me refiero a las típicas cartas de papel que se meten dentro de un sobre, eran cosas que significaban mucho para ambos. Sin duda, de todas las cosas que me había hecho, mi preferida, y en la que más se había esforzado, era un álbum de fotos en el que había escrito a mano nuestra historia.

Abrir ese álbum era releer nuestra historia.

Ella nunca me dijo cuándo lo comenzó, pero sin duda tuvo que ser desde que empezamos a quedar. En él describía perfectamente todas nuestras citas, les añadía cada uno de los detalles que se encontraban a nuestro alrededor: el color de las flores, los cambios de color del cielo, los aromas que nos traía el viento, como estaban las calles, como eran los parques, los pájaros que estaban a nuestro alrededor... no sé le escapaba nada.

A parte de eso, también sé que lo empezó a escribir desde muy pronto porque en él habla también de nuestra primera cita, de todas las que le siguieron, del día en el que le pedí que fuese mi novia, tiene cada uno de nuestros detalles.

Pensar que desde tan pronto la enamoré y saber que tuvo ese detalle conmigo me enamoró más, y sobre todo me enamoraba más leer el álbum una, y otra, y otra vez. Leerlo era leer sus palabras, era leer sus emociones, sus sentimientos, como se sintió en cada momento que pasaba a mi lado. Era leer los motivos por los que me enamoré de ella y por los que nunca la olvidaría.

Después de que ella me entregara el álbum tuve la idea de continuarlo y dárselo a ella cuando cumpliéramos un año, para así seguir grabando nuestra historia poco a poco. Mi letra no era ni la mitad de bonita que la de ella, y menos aún sabía usar las palabras tan bien como ella, pero la intención era lo que contaba. Aunque, teniendo en cuenta de que aún lo tengo, está más que claro que no llegué a devolvérselo, no tuve la oportunidad. Y, por tanto, seguí contando nuestra historia hasta el día en que todo se acabó.

La verdad, es triste eso de que "todo se acabó", pero es la verdad, ahí fue donde puse punto y final a nuestra historia, cuando decidí que ya no habría nada más que contar, cuando me di cuenta de que ella ya no estaba enamorada de mí.

Aunque, en el fondo, yo seguía imaginando momentos que me hubiese gustado vivir a su lado y recordando recuerdos que me hubiese gustado revivir.

Lo sé, todo suena bastante contradictorio, pero así es el amor.

En fin, después de este pequeño, breve y diminuto espacio, creo que podemos continuar.

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Y hoy tocaba actualizar esta :3

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Besos

CelyLove

Solo quería un final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora