Metamorfosis.

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— Son cuatro los jinetes del Apocalipsis, estos cabalgarán por la Tierra y esparcirán destrucción, eso es lo único que harán.

El en cielo, había un hombre, poseía partes de insecto y unas alas de mariposa, era... cómo decirlo, hermoso de alguna forma, seguramente podía utilizar muy bien la seducción a su favor, claro, si se quitara esas patas de cucaracha, no en esta batalla claramente. Llevaba una maza color de bronce, con unos picos filosos, una cortina de sangre coagulada le rodeaba el cuerpo.

—Mi nombre es Semyazza, el controlador de la ira, ¿has venido a atentar en contra de mí ser?

Comenzó a hablar para un público que no estaba. Mientras daba su laaaaargo discurso, tomé el arco y estaba por lanzar una flecha.

— Hey, este demonio, Semyazza, es unos de los Ángeles vigilantes, bueno, claro, un ángel caído, perteneciente a los Grigori. Dijo Valeria

— ¿Grigori?, ¿como los que aparecen en la saga de oscuros?

— Algo así, pero la desobediencia y rebelión no fue causada por amor de dos ángeles, de hecho, ellos no tienen la capacidad de enamorarse, aunque algunos se obsesionan con ,los humanos, y empiezan a vigilarlos, además de quererlos para ellos mismos, pero eso es otro tema, la guerra de los dos partidos, ángeles y demonios, era cuestión de poder, y el querer gobernar o tener conexión con los humanos, te aclaro que Adán y Eva no fueron los dos únicos, según la Biblia, fueron los dos primeros, pero no fue así, Dios creó a un grupo de aproximadamente unas doscientas personas, pero en la escritura, esto fue reducido, muy reducido.

—Muy interesante, ¿qué más hay de aquél demonio?— lo miré, seguía con su discurso, no se daba cuenta que ni siquiera le poníamos atención, solo seguía hablando, bla bla bla.

Valeria me miró a los ojos, por un momento me perdí en ellos, era una hermosa, emm cómo podría decirse, bueno si, es chica, a pesar que no era humana, era una chica y muy, pero muy linda.

— Él, como había dicho pertenece a los Grigori, jefe de los Grigori de hecho, ellos eran ángeles interesados en humanos, pero especialmente mujeres, podría decirse que ellos tendrían una vaga sensación de amor, pero en realidad o al menos lo que yo creo, es que tenían envidia de los humanos y su capacidad tanto de amar y reproducirse, y fue por eso que fueron en contra de Dios, eligieron el libre albedrío, pero aún así no pudieron enamorarse. De hecho, era solo fetiche suyo, pero Semyazza convenció a otros ángeles para poder fornicar alguna vez con las mujeres...pudieron hacerlo, pero no les fue fácil, engendraron entonces a los Nefilim, quienes eran mitad humanos y mitad ángeles, con poderes, pero sin alas, y un tiempo de vida mayor que el normal.

—Me aburrí— le interrumpí, deje de mirarla y observé a mi objetivo, con arco en mano, tensé la cuerda, solté está misma, y la flecha salió disparada hacia el demonio, y luego rápidamente lancé cuatro más. Le di en la pierna, antebrazo, cuello, y dos en el abdomen.

—Vaya chaval, no te me precipites— dijo. La sangre rodeó las partes afectadas, rompieron las flechas y sanaron las zonas afectada, al mismo tiempo se formó una espada muy fina y con mucho filo, la que salió disparada hacia mí, era de sangre, muy espesa, esta atravesó mi brazo izquierdo, pero fue un tanto desviada, chocó con el húmero, sentí como éste se trizaba un poco. Caí al suelo por el dolor, me sangraba mucho el brazo, pero me levanté a pesar del dolor que me provocaba la herida. Nuevamente le lancé flechas, esta vez intercambiaba los lanzamientos, lo hacía con mi boca en vez de mi brazo dañado, él no esquivaba ninguna, la sangre que había a su alrededor le protegía totalmente, esa misma sangre le cubrió nuevamente y sanó sus heridas. Repetimos el proceso varias veces, el solo dañó mi brazo izquierdo y mi pie derecho. Este último fue muy doloroso, mi pie quedó atrapado en el suelo, era como una estaca, al arrancarla, la sangre salpicó por todos lados, Semyazza solo se reía.

El camino de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora