Casi, tortolitos.

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—Fuimos interrumpidos el otro día, ¿qué dices si terminamos lo que comenzamos?

—Por mí está bien, nunca pensé que llegarían de improviso a avisarnos que mis padres se quedarían en el Averno junto a mí.

—Entonces, ¿qué esperas?— dijo Valeria sonrojada.

—Las damas primero—le respondió Skath coquetamente.

   Valeria comenzó a desabrochar los botones de su camisa, era roja, como la sangre que bebía. Estaba por llegar a la mitad, Skath le tomó las manos deteniendola.

—¿Quieres hacer esto o no señorito Chris?

—Claro que quiero, mi amor. La chica sonrojó, el demonio le estaba desabrochando la camisa con su boca, y le dejaba al descubierto el sostén de encaje negro que llevaba. Valeria estaba rojísima. Al terminar, ella misma se quitó la camisa.

—Vaya que eres hermosa. Dijo Skath.

   Valeria paseó sus manos de la cara hasta la parte inferior de la polera del demonio. Lentamente comenzó a subirla. Skath dió vuelta a Valeria, le sacó el brasier. Caminó hasta el frente de la chica. Ambos estaban con el torso desnudo. Se miraban fijamente. Ojos café y ojos verdes en armonía total, se amaba. El chico abrazaba a la cintura. La chica a los hombros.

—Eres tan hermosa, mi amor.

—Y tu encantador, mi Salvador. Valeria rió levemente.

   Ambos miraron la cama al mismo tiempo, Valeria dio un empujoncito a Skath. Lamió su cuello, y miró al chico.

—Ya sabes lo que ocurrirá ¿verdad?

— Lo siento, ya me dieron un beso así,  a esa chica​ la amo, recuperó mis re... ¡Oh!, Valeria eres tú, dame ese tan esperado beso.

   Seguía lamiéndole, como si lo marcara, y pasado tres segundos clavó sus afiliados colmillos en el cuello de Skath. El rostro de este se tornó placentero, abrió la boca como auto reflejo y sacó su lengua. No recordaba lo excitante que era el beso vampírico. La chica se apartó, dejó dos agujeros como marca, mientras escurría unas finas gotas de sangre por ahí. Se besaron.

— Te estás poniendo algo extraño, hahaha, ¿estás bien?

— Esto es tan, ¿como describirlo?, como cuando tienes antojo, mucha hambre y ves una pizza con mucho queso y ...

   Valeria lo besó, un cálido beso, ambos cerraron los ojos, un universo entero estaban recorriendo en ese momento, sus lenguas se entrelazaban cariñosamente, abrieron los ojos, otra vez al mismo tiempo, se separaron lentamente mientras sus lenguas terminaban de desenlazarse. Se miraron fijamente a los ojos, por un pequeño momento. Se taparon bajos las sábanas y se quitaron los pantalones. Ahora cada uno estaba casi al desnudo, ella con bragas que hacían juego con su sostén (que ya no tenía puesto) y el solo con bóxer. Ella sobre él, se miraron, al mismo tiempo trataban de quitarse lo último de ropa que les quedaba. Lo lograron, estaban ambos desnudos totalmente. Se besaron con aún más ardor. Estaban tan cerca uno del otro. Valeria estaba lentamente tratando de colocarse encima de Skath. Ambos estaban nerviosos, era para ambos su primera vez.

— Si no quieres hacerlo, no lo hagas. Dijo el demonio.

—Lo haremos, si quiero. Respondió la vampiro.

    Puso las manos sobre el pecho del chico para ayudarse a subir.
  
   La puerta se abrió de golpe.

—Skath, Valeria, algo malo acaba de pa...

   El mensajero que se dió cuenta de lo que ocurría se tapó los ojos.

—Disculpen, esto no debió... vayan a ver a Lucifer.

—...

—...Eh...

   El mensajero se dio media vuelta.

—Para la próxima traten de... no lo sé, asegurar las puertas de la habitación. Se fue corriendo nervioso.

   La vampiro y el demonio se miraron, rieron algo nerviosos, como no, si los pillaron con las manos en la masa... o quizás en otras partes.

—Creo que está vez tampoco podremos...

—¿Lo dejamos para otro día?, pero esta vez nos aseguramos que nada pase. Si miraron sonrojados, se vistieron rápidamente y salieron.



  

  

El camino de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora