Vaya...

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   Se vistieron rápidamente, aún ambos estaban sonrojados, se miraban en cada momento. Terminaron de vestirse, se dieron un apasionado beso y salieron de la mano del cuarto. Se presentaron ante Lucifer, se mostraba entre serio y enojado. Se dieron cuenta que el tema que había en juego era muy importante. Caminaron hasta el trono. Lucifer estaba rodeada de chicas que le alimentaban con frutas, con un gesto de la mano las apartó y lo dejaron completamente solo. Les miró a los ojos, nadie quería romper el silencio y la tensión que había allí, incluso llegó Karón. Por fin alguien articuló unas palabras, fue Valeria.

  — Me imagino a que está tu mano derecha, la tensión que hay en el ambiente y que nos llamaste a los dos juntos, esto debe ser de máxima prioridad y seriedad.

— Bueno la verdad es que...—  Lucifer jadeó un poco antes de dar su respuesta.

— ¿Qué es lo que ocurre, Karón?—  preguntó Skath.

   Karon y Lucifer soltaron unas pequeñas carcajadas.

— ¿Qué son todas estas risitas señores?.

   Lucifer respondió.

— Me imaginé lo que iban a hacer, creo que di en el clavo, cochinones.

   Explotaron en carcajadas los  dos grandes demonios. No había nadie más a su alrededor, Skath y Valeria se pusieron rojos como tomate.

— Vaya... eso no lo esperaba para nada— dijo Skath.

—   ¡Idiota! —  gritó Valeria, tomó de la mano a Skath y volvieron a su habitación.

    Lucy, la madre de la vampiro apareció del piso mientras Lucifer y Karón reían a todo dar. Le dio una cachetada al señor del inframundo.

  — Pobrecitos que son, déjalos y no les molestes, ya son adultos para que estés como un niño pequeño, en especial si molestas... aunque suene redundante, niños.

— Lo siento—  dijo Lucifer mientras se sobaba el rostro.



   Mientras en el cuarto estaban desnudos nuevamente Skath y Valeria.

— ¿Quién diría que sería tan fácil que nos dejaran en paz?

—  Ahahaha, exacto, hacernos los inocentes y avergonzados, para luego continuar con lo que estábamos haciendo fue lo mejor.

   Se miraron fijamente a los ojos, como unos locos enamorados, se abrazaron y sus labios se juntaron haciendo una danza con sus lenguas. 

El camino de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora