El apocalipsis inicio gracias a la decepcion de Dios hacia los seres humanos. En esta prueba, solo sobreviven los valientes de buen corazón y alma pura.
Aunque no todos están de acuerdo, por esta razón se les da una última oportunidad para cambiar y...
-Cuando tengamos los enrejados, podremos comenzar a ir verticalmente. - dice ella, mientras deja la pala a un lado. - Duplicar la producción de tomates por metro cuadrado. Hasta ahora, sólo podemos ajustar las raciones... Aún no eh visto ningún brote. - baja la cabeza sin ánimos.
-Oye. - llama su atención. - crecerán... Estaremos bien. - unos cuantos pasos acelerados los hacen girar. Al parecer algo sucedió en la casa-cárcel.
..._______'S.. P. O. V :
-No. - hablo señalando lo. - no. - repito en advertencia pero se sigue acercando. - no te atrevas Carl Grimes. - hablo seria cuando ya se encuentra frente a mi. - ¿por favor? - suplico con voz suave. Demasiado tarde. Se abalanza sobre mi de un solo salto. - ¡Ahhhh!
-Es tu culpa.
-¡Detente! Detente! - digo entre risas.
-Tú me retas te. - ríe también. - ¡Joder! - nos caemos al suelo gracias a la risa y las cosquillas.
-Fue.. tu culpa..- hablo entre respiraciones.
-Repito: tú me retas te. - da toquesitos en mi nariz con su dedo índice, señalando me.
-Tengo sed. - digo mientras me pongo de pie y le tiendo la mano. Él la toma pero en vez de levantarse, tira de mi, logrando que caiga sobre su regazo.- Tú te metiste con mi libro. ¿Cómo creíste que iba a reaccionar?
-Si me hubieras dado un beso, no me hubiera metido con tu libro. - habla con burla. Me acerco a sus labios y dejo un casto beso sobre ellos. - Ese no es el beso que quería. - frunce el Seño y hace un pequeño puchero. Ruedo los ojos y lo beso de nuevo. - Sigue sin serlo. - antes de que pueda responder, se acerca y me besa lento. - ¿Vez?- susurra. - era así de fácil.
-yo sigo teniendo sed. - suelto una pequeña risa.
-¿Te traigo algo?- pregunta y me besa.
-No, está bien. - le doy una pequeña sonrisa. - yo voy.
Una vez estoy en la cocina, enciendo una pequeña luz que hay bajo la alacena. Un leve ruido en las escaleras llama mi atención, haciendo que gire rápidamente.
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-¿Carl? - pregunto. - Carl, no es divertido. - espero respuesta alguna pero lo único que percibo es otro leve ruido. - ¿Hola?. - Presiono el pequeño interruptor de la luz y me dirijo a las escaleras. Pongo mi pie sobre el primer escalón pero antes de que pueda subir el otro, me sorprende el ruido en seco, de alguien resbalando a tan sólo un metro de mi. La tenue luz de las escaleras me permite ver la figura de un hombre; sus ojos verdes son lo que más reluce entre las sombras. Me examinan cuidadosamente. Al no reconocer aquella figura lo primero que pasa por mi mente es gritar y correr hasta la habitación. Quizá el grito sea lo suficientemente alto como para llamar la atención de Carl, Rick o Michonne. Pero si no es así, quizá pueda llegar hasta alguna de las habitaciones antes de que me atrape. Pero él parecía ya conocer mis intenciones. Quizá por mi cara de terror o simple intuición, ya que justo en el momento que abrí mi boca este se abalanzó sobre mi y la cubrió con su mano, giró mi cuerpo rápido pero sin rudeza alguna, acorralando me entre la pared y su brazo. Gracias a este forcejeo el vaso de agua resbaló de mis manos y se estrello contra el suelo partiéndose en mil pedazos. El hombre apretó los ojos fuerte, sabiendo que su intento de silenciar la situación, había sido nada más y nada menos que un fracaso. Cuando levanta de nuevo su mirada hacia a mi, el seguro de un arma siendo quitado suena a sus espaldas.
