Indiferente

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Nunca entenderé a las mujeres. O al menos, no a esta que tengo aquí enfrente. Dudo que ella misma se entienda. Sus palabras no hacen sentido, ni para ella misma, estoy seguro. A penas y entro a mi habitación, pensando en lo que McGonagall nos dijo, cuando escucho furiosos golpes en mi puerta

— ¡Malfoy! ¡Ábreme!

Ruedo los ojos. ¿Qué quiere con tanta prisa? En cuanto abro la puerta, evidentemente molesto, inicia la conversación más extraña que tuve jamás con Rose

— ¿Qué fue eso?

Arqueo una ceja. Es que ¿qué contestas a eso? Ella se ve molesta. Su cabello está hecho un desastre, sus ojos azules son como una tempestad furiosa y destructiva. De repente me mira de arriba a abajo y suelta un furioso bufido. Cruza los brazos y voltea su cara. Yo no entiendo nada

— ¿Qué cosa?

— ¿Cómo que qué cosa? — descruza los brazos y comienza a manotear — ¿qué estás usando?

Me miro intrigado. Estoy usando una playera azul de manga corta, cuello redondo y un pantalón gris holgado. Lo que usualmente uso de pijama. Ya saben, por aquello de que ya me iba a dormir

— ¡No importa! — me siento ofendido por la falta de coherencia de sus palabras. Y confundido — lo que le dijiste a McGonagall que nos ocupamos en el tren — dijo con impaciencia

— ¿La asignación de rondas?

— Si... eso. ¿Por qué no se nada de eso?

— ¿Porque no fuiste a la junta de prefectos que tuvimos en el tren?

— ¿Por qué demonios tuvieron una junta sin mi? — la marea estaba a punto de tsunami

— No llegaste. Teníamos que hacer las rondas

— ¡Es que nadie me avisó!

— El aviso estaba en la carta donde comunicaron que éramos premio anual...

Ella abrió la boca y la cerró varias veces. Sacudía su cara y creo que se sonrojó levemente

— Aquí la tienes, si quieres hacer algún cambio — digo cuando ella no decía nada y convoco la lista con mi varita

Me arrebata la lista de las manos y la arruga furiosa

— No me refiero a eso es que ¿estás tratando de hacerme quedar mal? Con todo el "no se preocupe ya nos ocupamos en el tren" y "voy a armar la estupida armadura en la que te tropezaste" ¿qué pretendes?

— Mira, únicamente estoy ocupándome de lo mío, si tu decidiste que cualquier problema personal que tengas conmigo era más importante que asistir a la junta de prefectos no es mi culpa, el trabajo se tenía que hacer de cualquier modo, y ¿la armadura? no entiendo qué quieres decir con eso, así que ni siquiera voy a hablar de eso, esas son las rondas — digo señalando el papel que arrugaba con fuerza — si no te parece lo que armamos convoca a una junta extraordinaria de prefectos, está en tu poder como premio anual, lo dice en el reglamento que venía junto con tu carta por cierto. Buenas noches — remate cerrando la puerta en su cara

No le gustó. Golpeó mi puerta gruñendo como troll y luego se fue a su cuarto. Lo sé porque un pequeño temblor se sintió en toda la torre cuando azotó la puerta. ¿Qué le pasa? ¿Qué demonios quiere de mi? Estoy haciendo justo lo que me pidió, ¡no! Me ordenó, la última vez. Dejarla en paz. Dijo que le molestaba mi presencia, mi voz, mi personalidad, mi existencia. No puedo dejar de existir, pero puedo ayudarla a creer que es así. Toda su vida me ha ignorado. Yo toda mi vida he estado en su sombra, tratando de acercarme a ella, de hacerme su amigo, su rival, ¡algo! Su indiferencia me mataba, aunque no lo demostraba, cada vez que me mataba con la mirada, que me dejaba con la palabra en la boca, sentía que moría un poco, pero quise cambiar mi enfoque, quizá siendo directo, por lo que la invité a salir. El corazón iba a salirse de mi pecho. Escuchaba la sangre correr en mi cabeza, como un río salvaje, deje de respirar analizando su mirada, sus gestos... dijo que no, pero vi un destello en su mirada, ella sintió pena por mi, ya no odio. Tontamente pensé que las cosas estaban cambiando a mi favor.

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