Inevitable

Inquieto

Cuando Rose se va, me ofrezco para ir a casa a traerle ropa a mi padre, mi mamá ya se durmió y él se quedó a su lado, por tanto, tengo tiempo libre y hay algo que me muero por hacer.

Voy a mi equipaje y encuentro las cartas de Rose. Esas que me envió cuando estaba en Durmstrang. Nunca tuve el valor para leerlas, pero con lo que acaba de pasar, creo que debería hacerlo, lo peor ya pasó, la he enfrentado en persona y me dijo un par de cosas que me inquietaron, siendo la principal, que me repitió demasiadas veces que me quiere. No que me quería en tiempo pasado, que me quiere en tiempo presente, ¿será posible? ¿Lo nuestro tendrá remedio aún?

Tengo la primer carta en mis manos y después de tantos años, por fin voy a abrirla. Respiro hondo

Scorpius:

Me encontré con tu madre hace un par de días y me dijo que estás terminando la escuela en Durmstrang, me tomo el atrevimiento de escribirte porque he estado reflexionando mucho en lo que nos pasó el año anterior en Ilvermorny, el hechizo del Pukwudgie. Se supone que Alf quería que resolviéramos nuestros conflictos y no hacíamos más que dar palos de ciego y salir de los hechizos sin analizar realmente lo que estábamos haciendo y lo que debíamos hacer. Hablé con Alf y él me dijo que yo lo había entendido, quizá los hechizos paren, pero estoy preocupada por ti, porque dijo que habías tomado un mal camino y no quiero que nada malo te pase. Te escribo con la esperanza de que tú también estés reflexionando y que mis palabras te puedan ayudar en algo.

Saludos,
Rose W.

Primero pensé en lo que pasó durante el primer hechizo, pero creo que todo comienza antes, porque Alf dijo que sintió conflicto en nosotros, y creo que primero debo analizar que tipo de conflicto sintió. Debes saber que malamente y sin si quiera conocerte, siempre sentí peligro cerca de ti, como si no debiera estar cerca de ti, y cuando comenzó lo del intercambio, se me complicó mantenerme alejada, además creo que me sentía culpable por lo que ocurrió entre nosotros en el verano, te hablé muy brusco y fui muy grosera y no lo merecías porque todo fue porque yo estaba pasando por un mal momento, ese día yo recién había terminado con Yann y tuve una pelea con mi madre, me pareció muy inapropiado que quisieras tomar ventaja de ello para acercarte a mi, exploté, no tengo disculpa pero quisiera que me perdonaras, debí haberme disculpado y quizá las cosas no hubieran sido tan incomodas, pero mi extraña sensación de aversión hacia ti me lo impedía, no me dejaba ver claro y comencé a guardarte rencor porque sentí que tú te habías indignado conmigo porque te rechace cuando tú escogiste un pésimo momento para abordarme.
Cuando comenzaste a tener mucha atención de parte de las chicas, pensé que me sentía irritada porque era una tontería, todas actuaban como tontas, ahora veo que eran celos. Porque ahora no sólo ya no serías para mi, sino que podías tener otra chica, me molestaba sentir que estabas huyendo de mi, cuando elegiste otra casa en Ilvermorny solo para no estar conmigo, y si, ya sé que yo te lo pedí y se que debo sonar como una loca, pero me dolió que te hubieras rendido conmigo.
Así que, esos celos que me negaba a ver por lo que eran, así como el remordimiento de haber sido la causante de un distanciamiento que en el fondo no quería, fue lo que Alf debió sentir, mi conflicto.
Cuando me desperté en tu cuerpo, me volví loca de la rabia. Primero pensé que tú habías tenido algo que ver, pero luego me pareció que estabas tan confundido como yo. Me sentía perdida y desesperada, pues estar en tu cuerpo era un gran conflicto para mi, que de entrada no quería estar ni cerca de ti, y odiaba las sensaciones que me despertabas, me confundía sentirme atraída por ti y además me daba rabia verte ser más maduro que yo al respecto, buscando soluciones, permaneciendo tranquilo. Gracias a ti averiguamos qué nos pasaba en primer lugar y por lo tanto estábamos a un paso de salir de este enredo. Pero las palabras de Alf el Pukwudgie que nos hechizó me hundieron más, porque dijo que debíamos arreglar nuestros conflictos, fue todo, no más explicaciones y me volví a derrumbar. En aquel entonces no entendía mi conflicto y no creí que fuera posible un arreglo entre tu y yo pero acabamos encerrados por tus amigas en una habitación con el fin de que pudiéramos hablar y darnos cuenta a qué se refería. Yo no estaba poniendo mucho de mi parte, no estaba siendo sincera ni abierta, me daba pánico abrirme a alguien y más si ese alguien eras tú, de ti era de quién más quería esconder mis verdades, además esos días que pasé en tu cuerpo, me comencé a sentir insegura de mi misma, se que suena tonto, pero me dolió ver que no era tan bonita como tus amigas y que me gritaras que ya no te gustaba no ayudó mucho, y lo sé, fue mi culpa porque estaba actuando como loca pero era porque no sabía que estaba sintiendo y cómo lidiar con ello, el hecho es que me dolió saber que no me consideraras bonita, además hacía dos dias que no me bañaba, me vino mi periodo y me sentí tan vulnerable, contigo viéndome así, que perdí la razón y por eso me porté demasiado violenta y agresiva, no estoy orgullosa de ello, te lastimé y me lastimé a mi misma cuando me dí cuenta de lo que hice. La culpa me estaba matando, pensé que si aún no había hecho suficientes méritos para que me odiaras, ahora sí no habría remedio, me dolió que te portaras tan frío conmigo, que me hablaras como lo hiciste, y no es que no me lo mereciera, al contrario, era lógico. Decidí disculparme contigo porque si bien no había palabras para reparar lo que hice, al menos quería dejar ese peso en mi consciencia. Pero saber que tú no me culpabas sino que estabas apenado por haber violado mi privacidad, me mató. Y entonces me di cuenta que tú eras una buena persona. Internamente deseé ser más noble, ser como tú y para ello, deseé conocerte mejor, para saber si era posible que existiera gente así en el mundo. Así fue como volví a mi cuerpo. Me confundía el hecho de que ahora quisiera estar cerca de ti, no sabía cómo acercarme y creo que eso desencadenó el segundo hechizo...