Instantes

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No me mal entiendan. Estoy feliz de tener a Scorpius de vuelta. O lo que queda de él al menos... físicamente está bien, pero tiene un obliviate, que no pueden revertir, y eso me rompe el corazón.

Lo miro sentada junto a mi madre y Draco, fuera de la habitación de Celina, ya que Scorpius ha insistido en que quiere verla, saber si está bien. Todos lo acompañamos a visitarla, aún yo después de mi berrinche, pero lo dejamos entrar solo, queremos darle su espacio, que sepa que es uno de nosotros y que confíe en nosotros. Él habla con su hermana por varias horas. Nosotros los miramos desde afuera, es espeluznante, Scorpius la trata como a una princesa, la hace reír, ella le hizo tanto daño pero él la quiere... por Merlin... por fin Scorpius la besa en la frente y sale de ahí

— No lo entiendo... ella no me recuerda, no recuerda nada, ¿qué le pasó? ¿Esto es mi culpa?

— No Scorpius, ya te dije que no es tu culpa, ella se lanzó ese hechizo sola... fue un accidente

— ¿Tampoco ella recordará jamás?

— No. Su hechizo es irreversible también.

— Esto es demasiado... ¿pudiera pedirles que me dejen sólo? Quisiera descansar.

— Claro, descansa, nosotros nos quedaremos por aquí

Scorpius se va a su cuarto y yo me quedo con el alma en un hilo. Tanto esperé encontrarlo, para ahora que ha terminado todo este horror y estamos reconstruyendo el mundo, por fin podamos estar juntos, vivir nuestro matrimonio, ser una familia, estar juntos como siempre debió ser. Y él no me recuerda, si no me recuerda no me ama y si no me ama no se quedará conmigo. Debo hacerlo enamorarse de mi otra vez, debo recuperarlo, y no lo haré sentada aquí, entonces me levanto y me dirijo a su habitación. Abro la puerta y entro en silencio, pero él se incorpora en la cama y me mira acercarme, recuerdo cuando me colé en la enfermería en Ilvermorny a su cama y el recuerdo me hace sonreír, me meto en su cama nuevamente. Él está sorprendido pero me hace lugar y me abraza cuando me acurruco en su pecho, me comienza a acariciar y me siento en paz, tranquila, feliz, a pesar de todo, mi esposo está conmigo.

Me duermo en sus brazos y al día siguiente me pregunto si habrá sido todo un sueño, pero me convenzo de que no, cuando lo siento rodearme con sus brazos

— Buenos días — digo acercándome a besar sus labios, sorprendiéndolo e inquietándolo — perdón, ¿te incomodo? No quiero presionarte, solo quiero que todo vuelva a la normalidad, y te he extrañado mucho... sé que no me recuerdas pero...

— No te recuerdo. No sé quién eres, pero todo el tiempo sueño contigo. No sabía si eras real, si estaba alucinando, pero... no sé, es raro, siento que te conozco aunque no puedo recordar nada

Eso me da esperanzas, una sombra de su amor sobrevivió a la maldicion del olvido, porque él soñaba conmigo. Además, él me defendió de su hermana, ella me hubiera hechizado, borrado mi memoria y él se lo impidió, el instinto de protegerme quedo en él

— Ya recordarás. Te necesito tanto... — me acerqué a él y presione mis labios en los suyos y comencé a moverlos acariciándolos, la sensación se me hizo familiar, placentera, pero no duró, porque lo sentí inhalar profundamente y empujarme gentilmente

— Perdona... yo... estoy muy confundido ahora. Me gustas mucho, siento cosas que no entiendo por ti, porque se suponía que no eras real y aún así yo no dejaba de pensar en ti, supongo que son sombras de mis viejos sentimientos por ti, pero... no los recuerdo, fuera de eso, no recuerdo nada sobre mi, sobre mi vida, sobre esto de la magia, estoy perdido y solo en un mundo que no conozco y no sé cómo seguir, tengo muchas preguntas pero ahora lo que más quiero es estar solo y pensar

Inevitable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora