Capítulo 34

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KyuHyun

En cuanto llegué a la universidad busqué a Sandra por todos lados. Se me hizo demasiado extraño que no estuviera en ningún lugar. Ella jamás faltaba, pasara lo que pasara, asistía a clases.

Cuando me decidí a regresar a mi grupo, me encontré con TaekWoon. Parecía distraído y su mirada estaba en los alrededores.

—También la estoy buscando—Le hablé y me miró un poco confundido.

—La he llamado toda la mañana y no contesta su celular—Hizo una pausa—. ¿Crees que esté bien?

—No pienses en cosas extrañas—Le miré mal.

Nos quedamos un rato en silencio, hasta que Hae llegó con nosotros.

—Hola, chicos-Sonrió levemente—. ¿Han visto a mi novia? En la mañana salió de casa porque dijo que debía buscar algo en la biblioteca, pero ahora no la encuentro.

—Debe estar con Sandra—Suspiré de alivio—. Tampoco está aquí.

—Ya veo—Asintió.

El silencio se hizo presente una vez más. Los tres estábamos en nuestro mundo. ¿Cómo era posible que esas dos chicas nos dejaran así?

El celular de Hae interrumpió nuestros pensamientos. Cuando vió la pantalla, una sonrisa se escapó de sus labios y supe que era Ale.

—Hermosa, ¿dónde estás?—Soltó una risita—Te extraño.

TaekWoon y yo nos quedamos viendo con una mueca de desagrado, la cual no duró mucho hasta que la expresión contenta de DongHae cambió a una de pánico.

—¿Qué? ¿Dónde están?—Habló—En unos minutos estaremos allá, tranquila.

—¿Algo va mal?—Me acerqué preocupado.

—Sandra está en el hospital—Unas cuantas palabras bastaron para que mi mundo se congelara.

—¿¡Qué!?—TaekWoon gritó—¿En dónde?

—Vamos en mi auto, así llegaremos más rápido.

Deseaba con todas mis fuerzas que no fuera grave. Que sólo fuera un desmayo y que ella estuviera bien.

En menos de quince minutos llegamos al lugar y entramos. Alejandra estaba sentada mientras permanecía con la mirada baja. En cuanto estuvimos más cerca volteó y se acercó a Hae, sus ojos estaban completamente rojos. Lo abrazó y lágrimas salieron de sus ojos. De un momento a otro nos miró a mí y a TaekWoon fijamente sin decir nada.

—Preciosa, ¿qué pasa?—Hae limpió las mejillas de Ale con sus pulgares.

—No sé—Confesó—. Estábamos juntas, y ella se fue por un momento para buscar algo. Cuando regresó su mano estaba sangrando demasiado y unos minutos después se desplomó en el suelo frente a mí.

—Tranquila—Su novio volvió a abrazarla.

—No puedo—Sollozó—. Hae, dijeron que sus latidos eran muy débiles, y todo fue mi culpa por separarme de ella justo en ese momento.

TaekWoon se dejó caer lentamente al suelo y yo me puse junto a él. Si Sandra no estaba, entonces nuestra existencia no tenía sentido, tampoco. Estábamos ahí por esa castaña, por ella ninguno de los había intentado regresar.

Nos quedamos todo el día esperando alguna respuesta. Hasta que uno de los doctores se acercó a nosotros. El estado crítico en el que Sandra había entrado se debía a la pérdida de sangre, y aunque, no fue en exceso, seguía siendo peligroso por su presión baja, sumándose el hecho de que jamás cuidaba de sí misma.

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