Darkness (Bellamy Blake)

Capítulo 2.

En el campamento Jaha, el nombre que habían decidido dar al campamento, todos trabajaban para conseguir vallar toda la zona como protección de los terrestres. Mientras, Kane, caminaba hacia la habitación en la que habían encerrado a Bellamy para interrogarle.

—¿Cuanto tiempo me van a tener aquí encerrado? –preguntó Bellamy.

—Hasta que considere que no eres ningún peligro. Dijiste que había muchos terrestres atacando. ¿Cuántos? ¿Cien, doscientos...?

—No los conté. Estamos perdiendo el tiempo. Los demás no se han volatilizado, se los han llevado. Y tenemos que ir a buscarlos.

—Un equipo se prepara para ir.

—Necesito estar en este equipo, por favor.

—No. No estas entrenado.

—Es mi gente la que esta allí fuera– suplicó. Sin embargo, a Kane no le importó.

—También es mi gente–Bellamy suspiro, exasperado.— La forma de ayudar es diciéndome todo lo que sabéis sobre ellos. ¿Que armas utilizan?

—Lanzas, hachas, cuchillos, espadas... No tienen armas de fuego. Sin embargo... –se vio interrumpido por la entrada de Murphy, sujetado por dos guardias a aquella celda.

—Le acaban de dar de alta– explicó la guardia que le llevaba.

—Bien, atadle.

Cuando le ató, unos estruendos se comenzaron a oír, por lo que todos se fueron dejando en la misma sala a Bellamy y a Murphy.

Sin embargo, esos estruendos sólo provenían de un hombre que decía haber visto a alguien en el bosque moverse.

***

Reí viendo como Jasper tonteaba con Maya. Se notaba que esa chica Le había calado hondo.

Clarke se encontraba a mi lado trazando un mapa con las posibles salidas, y yo simplemente observaba y la decía las cosas que había visto a lo largo de la mañana, cuando había ido a investigar.

Sin embargo, esos momentos de calma duraron poco ya que una alarma comenzó a sonar muy fuerte.

—¿Que ocurre? –preguntó Clarke a Maya bajando de la litera.

—Una patrulla vuelve del exterior. Necesitan ayuda.

Dicho esto se dio la vuelta y comenzó a caminar con un paso rápido hacia la salida.

Clarke comenzó a seguirla y la agarré del brazo.

—¿Dónde vas?

—Quizá hayan traído a uno de los nuestros –se soltó de mi agarre y salió corriendo tras Maya. Chasqué mi lengua quejándome y comencé a seguirla junto con Jasper.

—¡Clarke!

Cuándo llegamos a la enfermería, el médico hablaba con Maya sobre el estado de esas personas.

—¿Quién les ha atacado?

Clarke cogió bruscamente la tarjeta de Maya y fue hacia la puerta, ignorando todos los grito de al rededor. Tras rodar los ojos, fui detrás.

Llegamos a aquella sala en la cual había un cadáver y me aproximé a verle.

—Es una herida de bala– solté, sorprendida.— Han tenido que ser los nuestros.

Clarke se acercó y miró la herida también.—Siguen vivos, y nos están engañando.

—¡Sacadles de aquí! –dijo una médica entrando, mientras ayudaba a caminar a un hombre.