Darkness (Bellamy Blake)

Capítulo 10

Selección natural.

Bellamy y Lincoln se encontraban en el bosque. Este último había asesinado a un animal y comenzó a echarse sus sangre en el rostro. Bellamy se agachó a su lado.

—Bueno, llegamos a la puerta sin que nos vean los auténticos segadores. ¿Qué hacemos después?

—Yo los mato a todos y tu te metes dentro.

Lo siguiente que hizo Lincoln fue pasarse pintura blanca por el rostro. Debía lucir como ellos.

—Vamos, debemos caminar mucho antes del anochecer.

Ambos comenzaron a caminar por aquel frondoso bosque.

—Tengo que saber que pasa cuando entras.

—Te quitan la ropa– explicó este.— Te disparan agua hirviendo y luego separan. A todos les mandan a cosecha, a mi me mandaron a cebrerus.

—Cebrerus. El perro de dos cabezas que guarda el inframundo– Lincoln elevó una ceja.— Mi madre nos leía mitología a Octavia y a mí –hizo una pausa de unos segundos.— Está bien contigo. Le das fuerzas.

—Ya era fuerte.

—Oye, tengo que hacerte una pregunta– Bellamy frenó, y Lincoln se giró hacia él para mirarle.— Ayudaste a mi hermana cuando no la conocías, ¿por qué?

Lincoln pensó unos segundos. —Cuando era pequeño vi una nave caer del cielo, como la de Raven.

—Es un suicidio a tierra. Había oído esas historias.

—Le llevé comida, agua. Aún no hablaba vuestra lengua, por lo que no le entendía. Al tercer día se lo dije a mi padre, me ordenó matarle. El mundo intenta convertirme en un monstruo desde que tengo memoria. Sigamos adelante.

Bellamy se quedó quiero unos segundos, pensativo, pero luego le siguió.

(...)

Una parte de la coalición era permitir la entrada de los terrestres en el campamento, por lo que éste estaba lleno de ellos.

No tenía nada en contra, pero estaba claro que no eran para nada como nosotros. Eran brutos, tenían espadas y luchaban como bestias.

Veía como Octavia se acercaba. Al parecer ella quería aprender a luchar como ellos. Yo sin embargo prefería no hacerlo.

Me alejé y caminé hacia la enfermería, ya que Abby me había dicho que necesitaba mi ayuda. Al llegar ahí, ella me sonrió y comenzó a enseñarme a hacer algunas cosas para poder ayudarla con los pacientes.

Sabía que ella me había pedido venir porque sabía que yo quería hacer esto, siempre me había gustado, y ahora mismo necesitaba una distracción.

—¿Has hablado con tu padre? –me preguntó. Suspiré mientras doblaba unas vendas y las guardaba.

—¿Ha hablado contigo? ¿Te ha pedido algo?

Abby no dijo nada, simplemente negó con la cabeza.— Eres su hija. Todo lo que ha hecho lo ha hecho por ti.

Fruncí mi ceño mirándola.

— Si no te importa, arreglaré mis propios asuntos sola.

Salí de ahí, dejando a Abby sola.

(...)

Bellamy y Lincoln estaban en la entrada del túnel. Bellamy con sus manos atadas a un tronco y Lincoln sosteniendole con una correa. Ambos comenzaron a caminar hacia dentro del túnel, y, aunque ninguno lo admitió, ambos tenían miedo.