Capítulo 26.

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Me estiré en la cama todo lo que pude y bostecé perezosamente. Estiré mi mano, buscando a Bellamy en la oscuridad, pero luego recordé que no había dormido en la cama conmigo esa noche. Su respiración profunda se seguía oyendo en la habitación, encendí una tenue luz y le vi en el sofá. Me sentí algo mal porque durmiera ahí, pero no estábamos en nuestro mejor momento. Cuando llegamos al Arca las cosas fueron bien, sin embargo con el paso del tiempo las cosas se complicaron, al menos entre Bellamy y yo.

Teníamos días buenos y malos, en los buenos sin duda recordaba por qué le quería tanto, mientras que en los malos me preguntaba si realmente merecía la pena. La muerte de Clarke había sido un golpe duro para todos, pero Bellamy y ella tenían una conexión especial, y eso le había hecho cambiar. Lo comprendía, sin embargo, sentía muchas veces que me culpaba a mí, de alguna forma, por su muerte.

Tomé una de las mantas de la cama y se la eché por encima, con cuidado de que no despertara. Le aparté algunos de los rizos de su cara y dejé un beso en su frente antes de salir de la habitación de puntillas, para que nadie se diese cuenta de que estaba despierta tan temprano.

Cuando llegué a mi destino, la habitación de Echo, entré sin llamar. Esta dormía plácidamente en su cama, pero me acerqué a ella y la sacudí con suavidad.

—Necesito que lo hagamos ahora– susurré, cuando vi como sus ojos se abrían levemente.

—Te dije que lo haría contigo, pero no a estas horas. Quiero dormir, Katia.

—Por favor, Echo. Llevo semanas sin poder dormir, no aguanto más –supliqué, bajo su atenta mirada. Finalmente, rodó los ojos.

—Está bien– dijo levantándose.— Vamos.

Una vez en la enfermería, me tumbé en la camilla y le indiqué paso a paso lo que tenía que hacer. Encendí el pequeño monitor y lo observé, atentamente, mientras ella pasaba el ecógrafo por mi estómago.

—Ahí, déjalo justo ahí un minuto –ella asintió,y sin moverlo, observó la pantalla.— ¿Lo ves?

—La verdad es que no– respondió ella, sincera. Yo observé un poco más y luego sonreí ampliamente.

Me fijé bien en la imagen que aparecía y señalé un pequeño punto distinto al resto. Había pasado días estudiando manuales de ginecología para saber hacer esto.

—Aquí, míralo. Es mi bebé –mis ojos se llenaron de lágrimas pero las aparté rápidamente.

—¿Eso es tu bebé? –se rió.

—Oye– le pegué un manotazo mientras limpiaba mi estómago. —Es muy pequeño, tiene unas siete semanas.

Ella sonrió y tomó mi mano dándole un apretón. Mi rostro se puso serio de repente y ella lo notó.

—¿Lo sabe Bellamy? –yo negué con la cabeza.

—Llevo varias semanas sospechando, pero no se lo dije porque me da miedo su reacción. Bellamy y yo pasamos el día discutiendo, las cosas no van como antes. No creo que un bebé ahora mismo sea lo mejor, y menos ahora que tendremos que bajar a la tierra pronto. No sabemos lo que nos espera ahí.

—Pero te ha hecho feliz, tu quieres ese bebé.

—Yo quiero una vida normal, Echo. Una familia y ser feliz, eso es lo que siempre he querido. Y un bebé... Es un gran paso para eso, pero quizá no sea el momento.

—Nunca será el momento si buscas el perfecto. A Bellamy le gustará la noticia, ya lo verás.

Hice una mueca mientras me levantaba de la camilla y dejaba todo como lo habíamos encontrado.

Darkness (Bellamy Blake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora