Capítulo 23

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—¿Ya tienes la lista?– preguntó Raven a Clarke, mientras estábamos en la despensa, viendo cuántas provisiones teníamos, las cuales eran pocas.

—No, no la tengo aún.

—Pues hazla. Quiero saber quién estará tras estas puertas cuando repare la nave.

—Aun no...

Guardamos silencio cuando una alarma comenzó a sonar.

—Todos a la puerta principal. Ha llegado un grupo de enfermos.

Corrí rápidamente y vi como muchos guardias apuntaban hacia la puerta. Me abrí paso entre ellos y llegué hasta aquellas personas. Me sorprendí a ver a Luna entre ellos cargando a una niña, la misma a la que salvó aquel día en la nave.

—¿Nycko?– preguntó Clarke acercándose.

—Es la enfermedad. Cuarenta han muerto de camino.

Vi como Luna tosia rep todas veces y me acerqué a la niña que parecía inconsciente.

—Por favor no nos rechaceis por lo que os hice.

—Clarke, llama a tu madre– pedí mientras tomaba la temperatura a la niña. Ardía.

Abby llegó pocos segundos después.

—¿Qué les ocurre?

—SIA –respondí, con una mueca.

Bellamy miró con curiosidad.— ¿Qué es eso?

—Sindrome de Irradiación Aguda –le respondió Abby, justo antes de agacharse junto a mi.

—¿Cuando comenzaron los síntomas?– retiré el pelo de la cara de la niña para ver las heridas que tenía en un lado de su cabeza.

—Justo antes de que los peces comenzaran a morir.

—Esto no es contagioso, llevarles a la enfermería rápido –ordenó Abby.

Observé cómo se les llevaba y tragué saliva. —Ya está aquí.

(...)

—No deja de subir su fiebre –le dije a Clarke tocando la frente de la niña. –Es por ingesta de peces irradiados, no por el aire. Eso es bueno, aún no está en el aire. Bueno para nosotros, para ellos no.

Me levanté de su lado y caminé hasta Abby.

—No sé cómo curarles – dijo ésta.— Su fiebre no para de subir, las medicinas no sirven de nada, solo para quitar su dolor, pero estamos desperdiciandolas.

—Katia– me gire a Bellamy.— Vamos a salir. Raven ha hecho cuentas, no tenemos más de dos meses.

—¿Qué? ¿Y a dónde vas?

—Jaha dice que existe un búnker. Vamos a comprobarlo. Si existe... No necesitaremos arreglar la nave, cabriamos todos.

—Está bien. Yo me quedaré aquí. Ellos... Van a morir, Bellamy. No hay medicinas para curar la radiación.

—Lo sé. Buscaremos una salida.

Asentí con la cabeza, y después de que dejara un beso en mi cabeza salió de la enfermería y volví a mi trabajo.

(...)

—Dáselas a la niña, Katia. Si funciona, a los demás – me tendió un pequeño bote de píldoras para la radiación. Me acerqué a la niña y se la tendí.

—Es como comida, tienes que meterla en la boca y tratarla con agua –le sonreí levemente. Esta me obedeció.– Tumbala –ordené a Jackson –tiene la garganta muy cerrada.

Darkness (Bellamy Blake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora