Cap. 13: Verdades oculta

45 2 1
                                    



A medida que el sol se ocultaba, el cielo se tornaba de un tono naranja a uno rosa amoratado, cubierto de varias nubes que pronosticaban una tormenta.

-Como en casa- pensó Harry con una sonrisa amarga. El detalle era que esa no era más su casa, Londres no significaba casa sin Jessica para Harry, nada era lo mismo para el sin ella, y es ahí cuando te das cuenta del verdadero significado de "casa". Te das cuenta de que "casa" no es un lugar, mucho menos un estado o un país. Casa significa estar en paz total, relajado con uno mismo, feliz y cómodo. Casa es sinónimo de seguridad, y es ahí, cuando te das cuenta de que casa puede ser una persona, aquella que te hace olvidarte hasta de tu nombre y saca al verdadero tú, que te hace la persona que eres y saca un lado de ti que nadie más conoce.

A medida que Harry se acercaba a la casa de los Montrose, las manos le sudaban gracias a los nervios sin siquiera saber la sorpresa que le esperaba. Después de hablar con Louis y Eleanor y aclarar todo el asunto de la relación que Eleanor aún tenía con Jessica, Harry estaba más que enterado de que ella estaba, no solo comprometida, sino que también era con el mismo chico que la había vuelto tan cerrada y tímida como solo ella era. Gracias a Ron, Jessica había tardado demasiado en confiar en Harry y gracias a eso habían perdido mucho tiempo valioso. Lo peor del caso era que cuando por fin ella se había repuesto a los problemas que Ron le había generado ella había vuelto a Paris y junto a esta, había vuelto a Ron. –La ironía en el máximo de su esplendor- pensó Harry para sí mismo.

Por otro lado, Jessica estaba igual o peor que Harry. Ella sabía que él estaría presente en la cena de esa noche.

Ella había planeado una tranquila velada en un restaurante caro frente a la Torre Eiffel, característico de Ron, pero la tormenta había arruinado sus planes ya que Ron era demasiado paranoico y nervioso como para conducir en una tormenta. Ahora iban en camino a casa de Jack, el padre de Ron, para cenar junto al "gran prodigio" como Jack y Ron le habían apodado después de su gran audición. Si el simple hecho de verle le ponía de punta todas las terminaciones nerviosas, escucharlo cantar era demasiado para su sistema nervioso.

Ninguno había sido capaz de despejar su mente. El por las contracción que le daban cada que recordaba lo bien que se veía después de todo el tiempo sin verla y ella por los repentinos recuerdos de sus días en Londres.

Cuando Ron y Jessica llegaron a casa de Jack ella respiro profundamente –puedes hacerlo, el ya no es importante para ti- se intentó convencer a sí misma. A medida que cruzaban el camino de la entrada para llegar al pórtico de la casa de Jack algunas gotas empezaron a caerles haciéndose cada vez más fuertes, lo que solo significaba una cosa, una gran tormenta.

-¡Chicos! ¡Pasen antes de que se desate la tormenta!- dijo Jack mientras los saludaba en la puerta y los apuraba a entrar a la casa. Jack se veía bastante bien para edad que tenía, aparentaba cuando menos unos siete años menos de los que tenía. Su cabello era de un café tirándole a gris y tenía los mismos ojos que Ron. En realidad ambos se parecían demasiado, tanto física como personalmente, la única diferencia era el sentido de humor que Jack tenia y que a Ron le faltaba.

-La tormenta empezó desde que lo vi de nuevo- pensó Jessica repentinamente ansiosa por verle de nuevo.

-Supongo que ya se conocen- dijo Jack mientras Ron y Jessica se sentaban en la mesa, Jessica de frente a Harry con Ron a su derecha y Jack a su izquierda.

-De hecho conozco a Jessica desde hace mucho- dijo Harry mientras Jessica lo miraba abriendo los ojos como platos, Ron lo miraba con cara de pocos amigos y Jack se encontraba divertido con la situación.

-¿A si?- susurraron Jack y Ron mirando a Harry y a Jessica consecutivamente. Mientras Harre asentía y contaba la historia, omitiendo algunos detalles, Jessica estaba cada vez más roja. Así fue como la cena transcurrió, entre peleas y risas, no tan mal como Jessica o Harry esperaron que fuera.

-Sera mejor que me valla- dijo Harry mientras se levantaba su silla.

-¿Con esta lluvia? ¡Ni hablar! No quiero arriesgarme a que pierdas tu voz- contesto Jack con una sonrisa idéntica a la de Ron, falsa y sincera a la vez.

-No quiero molestar señor, si me apresuro ahora podré llegar casa- la verdad era que no quería pasar un minuto más cerca de Jessica o de Ron ya que le recordaban lo feliz que él pudo haber sido con ella y como ella se había olvidado de él.

-No te preocupes, Ron no conduce con lluvia sí que él y Jessica también se quedaran- eso hacia la idea de quedarse menos atractiva pero por más que el insistía en irse Jack era aún más insisten y sin dejarle otra opción más que quedarse Harry termino aceptando.

-Jessica ¿te molestaría mostrarle la casa a Harry mientras yo arreglo algunos asuntos con Ronald?- dijo Jack haciendo que el aire le faltara a Jessica. Apenas había pasado una cena con él y los recuerdos de cuando tenían dieciocho ya la empezaban a atormentar ¿Cómo se suponía que estaría a solas con el sin largarse a llorar? Sacudió la cabeza un poco para deshacerse de los pensamientos y dijo:

-Claro, solo apúrate amor- dijo depositando un rápido beso en los labios de Ron y dirigiéndose hacia el pasillo de las escaleras junto con Harry.

El camino hacia los dormitorios estuvo bastante callado. A Harry le volvía loco el simple hecho de pensar en Jessica con alguien más y verla besar a Ron acabo con lo poco de frialdad que le quedaba. En cambio, Jessica iba pensando en el mismo beso, pero de una manera diferente... ¿Por qué la piel de la nuca no se le erizaba igual que antes cuando beso a Ron? ¿Por qué las conocidas mariposas no aparecían cuando estaba con Ron desde que había vuelto a ver a Harry?

-Esta es la habitación de huéspedes- dijo ella una vez que estaba frente a la puerta de la habitación donde Harry se quedaría. –Necesito un poco de té antes de dormir así que estaré en la cocina si me necesitas.

-No puedes irte a dormir sin una taza de té- susurro Harry con una sonrisa recordado la primera vez en la que se percató de ello. Poco después de "quedar como amigos" el día antes de encontrarse con Niall ella se había parado a las tres de la mañana por un poco de té. – ¿Te molesta si te acompaño?- pregunto el con una sonrisa tonta.

-Por supuesto que no- susurro Jessica sonrojada mientras se percataba de lo entusiasta que su repuesta había sonado –me refiero a que es tu decisión, si quieres a mí no me importa y si no quieres tampoco- Harry contuvo una risa sin ser discreto haciendo que Jessica se pusiera aún más roja.

8/10

Encontrándonos Otra Vez ~ H.S ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora