Avanzamos por la calle que bordea el río Fiume Arno desde mi hotel hasta llegar a un arco de piedra de por lo menos seis metros de altura. Hay varios pilares sosteniendo el arco de piedra que recorre desde la calle de mi hotel hasta más delante de donde estamos. Hay cuatro estatuas colocadas dos a cada lado de la entrada.
-La primera estatua - dice Harry notando mi curiosidad ene estas - es Francesco Ferruccio, fue un capitán de Florencia que lucho en las Guerras Italianas- dice él y por un momento estoy tentada a reírme.
-¿Guerras Italianas? - pregunto entre confundida y divertida. Normalmente soy yo quien explica los lugares turísticos, pero a pesar de que conozco a algunas de las esculturas aquí, no se mucho de la historia de Italia.
-Un conflicto, mejor conocido como las Grandes Guerras Italianas, situados entre 1494 y 1559. Aunque también hubo participaciones de varios estados Europa Occidental como Francia, España e Inglaterra entre otras, no recuerdo el resto - estaba sorprendida, normalmente la gente encuentra aburridos ese tipo de hecho pero a mi parecer eran completamente lo opuesto.
-¿Desde cuándo sabes tanto de la historia de Italia? - pregunto divertida.
-Llevo seis meses en Italia y mis presentaciones son en la noche, tenía que ocupar mis tardes en algo - contesta con una sonrisa tímida pero a la vez orgulloso de impresionarme.
-¿Y decidiste estudiar la historia de Italia? - pregunte tanto divertida como sorprendida.
-No seas tonta - rió el – he venido varias veces tanto a este lugar - dijo indicando con la cabeza la entrada a la galería – como a los demás lugares que estoy por mostrarte.
-Bien - conteste sin salir del shock emocional provocado por la conmoción de la sorpresa – ¿Quién es el? - pregunté señalando la siguiente estatua.
-Giovanni dalle Bande Nere - dijo exagerando el acento italiano haciéndome sonreír – fue un capitán de tropas mercenarias italianas reconocido del renacimiento.
-¿Todos son capitanes de guerras? - pregunte – pensé que esta era un galería, ya sabes, donde se ve arte - dije recordando un poco de lo que había leído de la Galería degli Uffizi.
-Solo los cuatro de aquí afuera, adentro hay desde políticos y filósofos hasta pintores y escultores- dijo el con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
-¡No te rías de mí! Jamás había venido a Italia - intente sonar ofendida pero su risa era contagiosa y a final ambos terminamos riendo.
-Me gusta cuando te enojas - dijo Harry – te pones toda roja, levantas la voz y mueves las manos exageradamente - dijo haciéndome sonrojar.
-A mí me gusta cuando me explicas la historia de Italia - dije para cortar el espesor del ambiente haciéndonos reír a ambos, aunque en realidad disfrutaba de sus explicaciones.
-Eso es porque jamás te has visto explica la historia de Francia - dijo él y yo levante una ceja para indicarle que se explicara - empiezas a sonreír demasiado y a mover mucho las manos - se volteó a verme quedando solo a quince centímetros de mi - y luego aparece un brillo adorable en tus ojos - ahora eran solo diez centímetros.
-Si bueno... - estaba nerviosa, ahora eran solo cinco centímetros. - no pienses - me recamo mi conciencia, me había decidido a no darle tantas vueltas a las cosas y así lo hice. Harry termino con los centímetros que nos separaban uniendo nuestros labios en un corto beso que solo logro enchinarme la piel.
Harry estaba sonriéndome como tonto, supongo que yo estaba sonriendo igual. Teníamos nuestras frentes unidas y los turistas que pasaban a nuestro lado se detenían a admirar la escena.
-Harry - susurre y el solo hizo un sonido en señal de que me escuchaba y que prosiguiera. – La gente nos está mirando.
-Pues que nos miren - sonrió él y yo negué con la cabeza divertida.
-¿Quién es él? - señale la tercera estatua alejándome de Harry, el solo negó con la cabeza y se acercó a mi nuevamente tomando mi mano.
- Piero Capponi, uno de los cabecillas del partido contrario a los Médici y jefe de la república - yo solo asentí con la cabeza, procesando la información para no olvidarla luego.
-¿Y el? - pregunte señalando la última estatua.
- Farinata degli Uberti, era un gibelino perteneciente a una de las más antiguas y famosas familias florentinas de su época - dijo Harry.
-¿Gibelino? - pregunte confundida.
-Los güelfos y gibelinos eran dos facciones en conflicto durante la segunda mitad del siglo XII. Pelaban por el Dominium mundi, que era la idea de dominio universal en la Edad Media - yo asentí sin hacer más preguntas, repitiendo lo que había dicho Harry mentalmente para memorizarlo.
-Me gusta cuando eres listo - sonreí mientras pasábamos entre la gente a través del arco de piedra que era la entrada a la galería.
-¿Solo cuando soy listo? - pregunto divertido aferrándose a mi mano para no soltarnos entre la multitud.
-No- sonreí - también cuando eres un tonto, osea la mayoría del tiempo - me miro con fingido resentimiento y yo reí - también cuando eres un romántico sin remedio y cuando eres un músico dedicado... - dije pensativa y él me miraba atento -todo tú me gustas- concluí con las mejillas sonrojadas.
-Y a mí me gusta cuando te pones toda roja - sonrió el pellizcando mis mejillas.
-Eso ya lo habías dicho antes, muchas veces - dije divertida, era imposible no estar feliz a su lado.
-Bueno, es porque en realidad me gusta y más cuando yo soy la razón - dijo el - también me gusta cuando ríes, se te marcan un par de hoyuelos diminutos y tus ojos brillan - era imposible controlar el rubor en mis mejillas con el hablando así - toda tu me gustas - concluyo él.
-¡Hey! No copies mis frases - reclamé y ambos reímos.
Pasamos la tarde en la galería, Harry mostraba las pinturas y hablaba acerca de los artistas como si fueran sus amigos. Con tanta naturalidad que me tenía absorta en su explicación.
Después de sala de arqueología, la sala de duecento y giotto, la sala trecento sienés, la sala trecento florentino, la sala de gótico internacional, la sala de primer renacimiento y la sala de los lippi decidimos salir a comer, pues aún nos faltaban otras siete salas.
-Tenemos que regresar luego, solo recorrimos la mitad del museo - dije haciendo pucheros.
-Lo haremos mañana, por ahora solo sé que tengo mucha hambre - dijo Harry y yo reí.
-Sonaste igual a Niall - suspire nostálgica recordando París. Si dejamos de lado que mi vida amorosa no era la mejor, había tenido juntos a todos mis amigos y mi familia.
-¿Los extrañas? - pregunto Harry y yo asentí con la cabeza.
-No me malentiendas, me gusta Florencia y me gusta estar contigo - dije con una sonrisa - pero extraño a nuestros amigos ¿Tu no? - le pregunte.
-Claro que sí, pero prefiero no pensar en ello - dijo el - tal vez, dentro de dos meses, después de tu presentación, podemos ir a visitarlos a Londres- sugirió él y yo sonreí par mi misma.
-Me gusta hacer planes para el futuro juntos - susurre y Harry sonrió.
-¿Vamos a jugar de nuevo a decir que nos gusta? - sugirió Harry y yo reí.
-Puede que eso sea como nuestra frase - dije yo - ya sabes... como esas parejas que tiene su canción, su lugar, su historia...- Harry me interrumpió.
-Sé de qué hablas, nosotros tenemos varias de esas cosas - dijo el - Ya sebes, canciones son varias, nuestro lugar el Point Zero des routes de France, nuestra historia Romeo y Julieta...
-Bien tienes razón - reí - ¿nuestra frase? - pregunté.
-Todo de ti me gusta - contestó el - porque enamorarse es amar las coincidencias, y amar, enamorarse de las diferencias.
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Encontrándonos Otra Vez ~ H.S ~
Fiksi RemajaDespués de más de un año sin saber del otro, Harry y Jessica han hecho su vida, o reparado lo que queda de ellas, o eso piensan ellos ya que el día en que se vuelven a ver su 'pequeño mundo reconstruido' se cae y todo cambia para ellos. ¿Qué creen q...