Cap. 14: Del pasado al presente

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Tan cerca pero a la vez tan lejos, así era como Harry y Jessica se sentían. Ambos caminaban al lado del otro pero sus mentes estaban en lugares completamente diferentes.

El no paraba de mirarla de reojo y observar cada uno de los detalles de su rostro. A pesar de ir arreglada como para una entrega de galardones su maquillaje era sencillo, remarcaba simplemente cada uno de sus rasgos; Sus delicados y delgados labios con brillo rosa haciendo énfasis en ellos, incitando a Harry a cometer alguna idiotez por ser tan impulsivo; sus pómulos rojizos, tanto por el polvo para dar color como por el rubor de sentir la inquisitiva mirada de Harry sobre ella; para finalizar con sus largas y rizadas pestañas cubiertas con una sube capa de rímel; sus grandes ojos avellana, remarcados con sombra blanca y rosa a juego con su vestido. Su mirada perdida y el color de sus mejillas la hacían ver adorable a la vista de Harry, el color de su vestido –rosa pálido- no ayudaba tampoco. Y luego estaban sus labios y el corte del vestido, la hacían ver más madura y provocativa de lo que debería verse, al menos así era para Harry.

Harry no era el único que se fijaba en los detalles de su acompañante. Jessica había hecho un análisis profundo sobre los cambios en Harry a comparación de la última vez que la vio. Estaba más alto, aunque siempre fue varios centímetros más alto que ella; su sonrisa ya no era infantil y el hoyuelo en su mejilla izquierda se había hecho más grande; su cabello era ahora más corto pero aun así seguía teniendo esos rizos perfectamente despeinados; las pulseras y collares que solía llevar habían desaparecido y ahora su manera de vestir era mucho más formal de lo que era antes. Iba vestido con un saco negro, pantalón gris, camisa azul grisáceo y zapatos tipo Oxford negros.

Mientras Harry se perdía entre recuerdos y la actualidad, Jessica no podía dejar de pensar en lo que sentía cada que estaba cerca de Harry y lo que había dejado de sentir por Ron.

Cuando Harry se fue de su vida un gran espacio por llenar había quedado en su corazón, un espacio que Ron se había encargado de llenar con tantos detalles y atenciones hacia ella. Su relación había sido muy complicada desde un principio, ella se negaba relacionarse con el de cualquier manera. Pero poco a poco él se había acercado a ella, él se había vuelto su mejor amigo y ella, sin nadie más en quien confiar, se acercó a él. La escuchó llorar noches enteras por Harry, la hizo reír un millón de veces y le pidió perdón en cualquier oportunidad que tenía –sonrió inconscientemente ante aquel recuerdo- Ambos habían cambiado bastante desde su aventura en parís. Pero ahora que Harry estaba alado de ella ese hoyo que había dejado, aquel hoyo que Ron había llenado, intentaba hacer entrar a Harry de nuevo, sin tener que sacar a Ron. El problema es que solo podía tener a uno de los dos.

Harry no había tenido tanta suerte, Sophia había sido una manera rápida de librarse de Jessica, e alguna manera era fácil hablar con Sophia ya que ella podía escucharlo por horas. La diferencia entre Sophia y Jessica era que Jessica podía darle consejos, mantener conversaciones, escucharlo... reírse como mejores amigos y amarse como esposos; En cambio Sophia solo sabía escucharlo, pero le faltaba la lógica y la habilidad para los consejos que Jessica tenía, ni siquiera podía mantener conversaciones normales con él y aun así ella decía que él le arruinaba la vida hablándole de sus problemas, tenía un carácter volátil, difícil, complicado... simplemente ella no era Jessica.

-Siéntate, iré a poner el agua- dijo Jessica sacándolo de sus pensamientos.

-¿Eh?- susurro el aun perdido en su mente.

-El agua para el té, Harry- dijo Jessica intentando estar seria pero se le escapo una risita inconscientemente haciendo a Harry sonreír.

-¡No te rías de mí!- ambos rieron –estoy un poco dormido- bufó él.

-Perdone usted señor Styles- dijo ella haciendo voz de viejita y el corazón se le encogió al instante, él había imaginado como sería escuchar su voz a diario hasta el día en el que ambos fueran viejos, vivir una vida entera a su lado, reírse juntos, hablar de todo y amarse como nadie podía hacerlo. Harry sacudió un poco la cabeza para deshacerse de esos pensamientos y evitar largarse a golpear lo primero que viera, especialmente a un chico de cabello azabache y ojos azules que le había quitado a su chica.

Después de ese comentario ella se sentó en frente de él y ambos se mantuvieron en un silencio para nada incómodo. Ambos seguían analizando cada detalle del otro hasta que el sonido de la tetera los interrumpió haciendo a Jessica sonrojarse por la cercanía que habían adquirido inconscientemente y a Harry reírse como un niño por su reacción.

Ella sirvió el agua en dos tazas y puso una en frente de Harry y luego tomo una caja con varios sobres de tés de diferentes sabores y se sentó en el mismo lugar en donde estaba hacia algunos minutos.

Ella tomo un sobre de fresa y vainilla y le puso canela en polvo mientras el se limitaba a un simple sobre de té inglés. Harry sonrió ante el recuerdo del peculiar olor natural de Jessica, canela y vainilla, el conocía tantas cosas de ella que de seguro ella ni siquiera tomaba en cuenta. Por ejemplo: su manía de morderse el labio y ponerse roja cuando está nerviosa, la manera en la que pestañea para evitar mirar a la gente a los ojos, su adicción al café en las mañanas y al té en las noches, sus diferentes tipos de sonrisas, ese brillo en los ojos cuando baila, su inspiración y amor por la lluvia... por no mencionar más. Pequeños detalles que la hacían única.

-Tu té es igual de complicado que tú- dijo Harry haciéndolos reír a ambos mientras ella golpeaba ligeramente su brazo.

-Eres un tonto- susurro ella una vez calmada mientras le daba pequeños sorbos a su taza.

-Tienes razón, tu eres más complicada...- ambos rieron de nuevo –no me malentiendas, adoro tu manera de ser complicada- las mejillas de Jessica se tornaron rojas y a pesar de que ella intento esconderlas mientras agachaba la cabeza y tomaba de su taza, Harry la conocía y no pudo hacer más que sonreír al verla así.

La conversación continua alegre, entre risas y recuerdos. Hacía mucho que ninguno de los dos se sentía así, tan llenos de paz y sin tomarle importancia al resto del mundo.

Sus miradas se entrelazaron y no se necesitaban las palabras, poco a poco ambos se fueron acercando y cuando estaban a centímetros de unir sus labios la alarma de la razón en la cabeza de Jessica se activó.

-No puedo- susurro mientras se alejaba de Harry –estoy comprometida, Harry- susurró ella mirándolo a los ojos y él pudo notar como ese par de ojos, verdes para él y avellana para ella, se llenaban de lágrimas –lo siento, no puedo hacerle esto a Ron- el corazón de Harry dio un vuelco al escuchar el nombre del prometido de Jessica y antes de que pudiera responderle ella salió de la cocina y segundos después lo último que escucho de ella esa noche fue la puerta cerrarse con fuerza.

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9/10

Encontrándonos Otra Vez ~ H.S ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora